Elecciones vascas

Sánchez ata a un PNV ganador y deja sin margen a Feijóo

Los socialistas suben dos escaños y serán decisivos tras el empate a 27 diputados del PNV y Bildu. El PP mejora pero sigue siendo irrelevante para la gobernabilidad. El presidente ve reforzada su estrategia en un momento difícil. Sumar entra, Vox resiste y Podemos desaparece

Pedro Sánchez rompe la racha a la baja de las últimas citas electorales y lo hace en una plaza clave

Pedro Sánchez rompe la racha a la baja de las últimas citas electorales y lo hace en una plaza clave R2 Media Factory

“Hay legislatura”. Así de categóricos se mostraban ayer en Moncloa tras los resultados en el País Vasco. La cita era un mero trámite pero se convirtió en un revulsivo para Pedro Sánchez en uno de sus momentos más bajos. El plan estaba escrito a falta de los números. Se reeditaría el gobierno con el PNV. El pacto se cerró hace meses con el visto bueno de Bildu, que aceptó a cambio la alcaldía del Pamplona.

Las urnas sorprendieron a los socialistas, pero esta vez para bien. Pese al empuje de los de Pello Otxandiano, el PNV logró imponerse por 27.000 votos a Bildu. La irrupción de ETA en los últimos días de campaña lastró a los de Arnaldo Otegi, que celebraban ayer un resultado histórico tras emparar a 27 diputados con los jetzales. El ascenso de los “neobatasunos” es imparable. En cuatro años han pasado de obtener el 27,8 por ciento de los sufragios al 32,46. El Parlamento vasco tendrá una abultada mayoría soberanista con 54 diputados de los 75 de la cámara que anhelan separarse de España.

¿Por qué está entonces el presidente del Gobierno satisfecho? La respuesta pasa una vez más por su supervivencia. El candidato del PSE, Eneko Andueza, ha mejorado en dos escaños (12) respecto a 2020 y sumado 27.000 votos. Los socialistas rompen la racha a la baja de las últimas citas electorales y lo hacen en una plaza clave. Se consolidan como socio indispensable en el País Vasco para el PNV y ganan fuerza de cara a las negociaciones en el Congreso con los de Aitor Esteban. Con los conservadores vascos por encima de Bildu en apoyos también es más fácil mantener los equilibrios, pese a que ya en campaña, los de Otegi dejaron claro que seguirán manteniendo su apoyo en Madrid a Sánchez. Las alianzas con las formaciones vascas seguirán funcionado como un reloj suizo.

Manual de resistencia

La reflexión del entorno más cercano al presidente es que las “naciones” están satisfechas con las políticas de Sánchez y esto permite ser optimistas de cara a la inminente cita electoral en Cataluña el 12 de mayo. El líder socialista ha puesto todas sus expectativas en la victoria de Salvador Illa. Otro factor que no ha pasado desapercibido en la fontanería monclovita es el “pobre” resultado del PP. El candidato Javier de Andrés, ha anotado un escaño más hasta llegar a siete gracias a absorber el voto de Ciudadanos, con los que fueron en coalición en 2020. Las cifras son positivas. Se han logrado 95.000 votos frente a los 60.000 de la anterior cita y se ha roto la racha de hasta seis elecciones consecutivas perdiendo apoyos. La campaña ha funcionado, a diferencia de otras ocasiones, pero el tirón ha sido insuficiente.

Los populares necesitaban ser decisivos en la gobernabilidad y han vuelto a ser irrelevantes. Había dos objetivos claros que no se han cumplido: el primero acabar con Vox, siguiendo la estela de Galicia donde nunca han logrado representante, y segundo poder haber ofrecido al PNV una alternativa al PSE. Incluso un acuerdo a tres hubiese sido rentable de cara a Madrid. En el PP hay quienes defienden que hay que acercarse a “medio plazo” a los nacionalistas vascos y recomponer relaciones si se aspira a que Sánchez no se perpetúe en La Moncloa. Quienes abonan esta tesis anoche se mostraban preocupados y escépticos. “Si seguimos siendo irrelevantes en País Vasco y Cataluña, no podremos gobernar España”, lamentaban altos cargos populares.

“No ha sido nuestra mejor noche”

Entre los barones también había un desasosiego que chocaba con el conformismo de Génova. Presidentes autonómicos coinciden en que “no ha sido nuestra mejor noche”. Preocupa a los líderes territoriales que el mensaje no cale en País Vasco y Cataluña, donde por el contrario esperar mejorar los datos. Los “bandazos” en el mensaje y la estrategia son el centro de la crítica interna. Asimismo, se recela de la estrategia frente a Vox, dado que sigue manteniendo su escaño con el 2,5 por ciento de los sufragios en el País Vasco pese a que ninguna encuesta lo reflejaba. Para Alberto Núñez Feijóo es clave desinflar a los de Abascal en las próximas citas electorales y de cara al futuro poder romper las alianzas autonómicas si pasan a ser irrelevantes. No hay suma alternativa con PNV o Junts si la ultraderecha está en la ecuación.

La Dirección Nacional ya está con la vista puesta en Cataluña. Hay esperanza de que incluso ganando Salvador Illa desca las alianzas post electorales permitan descabalgar a Sánchez. Carles Puigdemont ya lo verbalizó este fin de semana y aunque en la agenda oficial del PP “no están en eso” no se cierra la puerta a una moción de censura táctica con Junts para ir a elecciones. Por el momento sólo son cábalas, aunque hay contactos permanentes a través de emisarios.

En el bando de la izquierda la mejor parada ha sido Yolanda Díaz. Tras el varapalo en su tierra donde no logró representación tenía todas las miradas en ella. Incluso compañeros del Consejo de ministros preparaban la artillería para apuntalar que está “amortizada”. Los que esparcen estas afirmaciones han colocado a Íñigo Errejón y a la ministra de Sanidad, Mónica García, como sucesores. Tendrán que esperar. El recuento fue agónico pero con el 3,3 por ciento de los sufragios entró un representante de la plataforma aunque no la candidata a lehendakari. Aire para las catalanas en las que las discrepancias con los Comunes de Ada Colau pueden ser un problema y de cara a las europeas donde se medirán con Irene Montero. Bruselas ya es el último flotador para los morados que han desaparecido también del Parlamento vasco.

Hoy arrancará en el Congreso la comisión por el “caso Koldo”. Los socialistas llegan con un resultado impensable hace una semana. No ha habido desgaste por la presunta corrupción. Sánchez lo ha vuelto a hacer. Ha sobrevivido, aunque entre altos cargos de su partido adviertan que será “muy difícil” volver a meter a la serpiente de Bildu en el cajón.

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