Ester Muñoz (León, 1985) es la mujer de moda en el PP. Este miércoles cumplió 100 días al frente de la portavocía del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, desde que Alberto Núñez Feijóo le confiara uno de los puestos de mayor relevancia política y mediática del partido. La acompañamos por los pasillos de la Cámara, hablamos con su equipo de colaboradores y escuchamos a ejército parlamentario. “Es combativa”, le reconocen. “Mi único objetivo es echar a Sánchez”, dice ella contundente.
En la segunda planta del edificio ampliación de la Carrera de San Jerónimo es desde donde la flamante portavoz se ha dedicado personalmente a conocer a todos sus diputados. Uno por uno, toman un café con Muñoz desde que ostenta sus nuevas funciones. Con especial deferencia a los diputados más veteranos, “de los que quiere aprender”, aseguran en su entorno. En esas reuniones, la mayoría le pide “más carga de trabajo”.
Los diputados que ya han pasado por su despacho valoran que la portavoz quiera “escucharles”, según trasladan a este periódico. “Ejerce un liderazgo desde el colectivismo”, aseguran. “La gente trabaja mejor cuando se la implica que si se impone el ordeno y mando”, reivindica ella misma. Al cerrar la puerta de su despacho, hay una sensación común sobre Muñoz. “Va a por todas”.
Trabaja en el despacho que antes ocupaba Miguel Tellado, ahora secretario general del PP y uno de sus grandes aliados políticos. Lo primero que hizo al llegar es colgar un cuadro de la catedral de León. Más allá, en su despacho solo hay cuadernos, subrayadores y bolis. “Ella se prepara todas sus intervenciones, no deja que nadie se las haga”, explican sus principales colaboradores.

La primera iniciativa que escribió de puño y letra a su llegada a la jefatura del grupo popular tenía por objeto instar al Gobierno a reactivar proyectos estratégicos de León. “Un gesto a su tierra”, dicen fuentes del grupo. Esta misma semana, la propia portavoz la defendió en la tribuna del Congreso y consiguió su tramitación gracias al apoyo de Vox y del grupo mixto.
Sus días empiezan muy pronto –de lunes a jueves vive en Madrid- y sus semanas ahora son más “ordenadas”. Ahora tiene una agenda diaria, un calendario de trabajo. Es uno de los principales rostros del partido, y lo sabe.
Del comité de dirección de los lunes salta al Congreso. Le apasiona el trabajo parlamentario. Además, ya lo conocía de fondo. En 2019 fue senadora y desde 2023 es diputada. Para encontrarla en la Cámara Baja hay que hacer guardia en los pasillos de Palacio o en el patio del mismo. Siempre de su despacho al hemiciclo y acompañada por su núcleo duro. Por cierto, todas mujeres. Su jefa de prensa, de gabinete, la secretaria general del grupo parlamentario, la jefa de asesoría y de secretaría. “No responde a cuotas, sino que son las mejores”, presume siempre la propia Muñoz.
Los martes, desde muy pronto, prepara con su equipo la reunión de la junta de portavoces, el órgano que fija el trabajo parlamentario bajo la orden de Francina Armengol. Allí, suele ser “muy clara”, aunque sin faltar al respeto a nadie en sus intervenciones. Después, acude a la tradicional rueda de prensa para trasladar a los medios los asuntos más importantes del pleno. Le gusta charlar con los periodistas tras dejar la sala de prensa en los conocidos “off the record”, pero el tiempo apremia y su equipo rápido disuelve los corrillos. Y es que antes de que empiece el pleno, la portavoz reúne al grupo parlamentario.

En esa reunión se consensúa o comunica el sentido de voto de las iniciativas a debate. Además, suele dar instrucciones a sus diputados sobre el pleno que arranca y les comenta alguna línea estratégica que se pacta el lunes en Génova13, con Feijóo. “No caigáis en las provocaciones del gobierno”, les ha pedido en más de una ocasión. Esta semana, por ejemplo, quiso advertir a sus diputados de un gobierno “a la defensiva” que busca “deshumanizarles”. Ante eso, pidió hacerles frente con propuestas. “Transmitir el proyecto del PP, con 59 propuestas presentadas en el Congreso, y decir a la gente que otra España es posible”, les arengó.
Esas reuniones son en cierta forma de terapia. “Vais a poder decir que fuisteis los responsables de la caída de Sánchez”, es una frase que repite constantemente la portavoz a los suyos en este tipo de encuentros. El grupo está movilizado, en modo campaña. “La gente sabe que mi único objetivo es echar a Pedro Sánchez”, transmite Muñoz, que se niega a darle más importancia a Vox de la que cree que tiene.
Ya el miércoles, llega al pleno del Congreso acompañada de Feijóo, su valedor. Hasta su llegada, era la secretaria general, Cuca Gamarra, quien se sentaba a la derecha del presidente, y ya a su lado el portavoz parlamentario Miguel Tellado. Ahora, Muñoz se sienta junto al líder popular y el escaño consecutivo lo ocupa el secretario general.
La portavoz protagoniza su rifirrafe semanal con la vicepresidenta María Jesús Montero. Adrenalina pura. En el último pleno, preguntó a la ministra si “tiene un proyecto para España o si único propósito es tapar a Sánchez, tapar su familia y la corrupción de su partido”. La corrupción, interpreta Muñoz, acabará haciendo caer a Sánchez. Y el PP, subraya, tiene que estar preparado para ofrecer una alternativa ilusionante.