La supervivencia en cáncer pasa por confiar en la investigación, entender la situación clínica, las opciones existentes, los avances que se logran cada día y poder contar con los tratamientos más adaptados a cada caso. Todo eso, según nos avanza Jesús Sánchez, responsable de proyectos científicos de CRIS contra el cáncer, es vital para el bienestar y la tranquilidad de un paciente diagnosticado con cáncer. Pero lo que marca hoy la diferencia es que ya no solo se diagnostica y trata a los pacientes, sino que se les hace partícipes de la investigación.
“La investigación no se hace solo para los pacientes. Cada vez más, se hace con ellos y ese es el verdadero cambio en el panorama actual. Concienciar a la sociedad de esto y de la importancia de la investigación favorecerá una mayor financiación y más opciones terapéuticas, mejores métodos diagnósticos y la búsqueda de una mayor calidad de vida para todos aquello que padezcan estas enfermedades”, explica.
Terapias para todos y a tiempo
El empeño de CRIS contra el cáncer es que los avances científicos lleguen cuanto antes a los pacientes, financiando investigación de excelencia e impulsando cambios estructurales que agilicen la aprobación de nuevos tratamientos. “Colaboramos con instituciones públicas y expertos para modernizar normativas y asegurar que los pacientes tengan acceso a terapias a la vanguardia dentro del Sistema Nacional de Salud, apoyando además ensayos clínicos, terapias avanzadas y unidades de investigación que abren nuevas vías de esperanza”.
Entre sus hitos, con impacto en la supervivencia de los pacientes, Sánchez destaca el impulso para lograr la aprobación del uso de cuatro terapias CAR-T en la sanidad pública. “Estas terapias celulares -señala- permiten mejorar la supervivencia de pacientes con diferentes tumores de la sangre (linfoma del manto, mieloma múltiple, linfoma folicular y linfoma difuso)”. Además, la fundación ha lanzado un ensayo clínico en el que niños y adolescentes con sarcomas de mal pronóstico recibirán una terapia CAR-T creada y diseñada por el equipo del doctor Antonio Pérez en la Unidad CRIS de terapias avanzadas contra el cáncer infantil del Hospital La Paz.
La fundación ha impulsado también la creación de una nueva Sala Blanca en el Hospital Materno Infantil del Hospital Universitario de la Paz, una estructura imprescindible para desarrollar más terapias avanzadas y nuevos ensayos clínicos y llegar a muchos más niños con cáncer, con el fin último de aumentar su supervivencia.
Al hablar de hitos, Sánchez no se olvida de la Unidad CRIS de Inmunoterapia del Hospital 12 de Octubre, que sigue creando nuevas terapias innovadoras contra el cáncer de pulmón de células grandes, uno de los tumores de pulmón con peor pronóstico. Señala también la primera Unidad Computacional que utiliza IA en la sanidad pública española. “Situada dentro de la Unidad CRIS de terapias avanzadas del Hospital Clínico San Carlos, utiliza tecnologías avanzadas para descubrir compuestos, convertirlos en fármacos y que lleguen a los pacientes en el menor tiempo posible y con un coste un 80% menor que con métodos tradicionales”.
Una cuenta pendiente con los tumores infantiles raros
Quedan aún muchos retos y algunos de ellos se concentran en tumores infantiles raros, con un marcado mal pronóstico, como el Glioma Difuso de Línea Media (DMG) o el Glioma Pontino Intrinseco Difuso (DIPG). “La baja incidencia de estos tumores -indica Sánchez- dificulta la inversión en investigación. En CRIS impulsamos proyectos para buscar terapias efectivas para estas enfermedades”.
Además de estos tumores raros, existe un importante reto en el diagnóstico y tratamiento del cáncer: que todos los pacientes, independientemente de su estatus socioeconómico y localización geográfica reciban el mejor diagnóstico y terapia posible, con herramientas genéticas innovadoras que, a veces, no están disponibles en todos los hospitales. “Por ello, colaboramos en el proyecto PENCIL, de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (SEHOP), para lograr que esto sea una realidad para todos los niños y niñas con cáncer, que son de los que más ven limitadas sus opciones según su lugar de residencia”.
Tratamientos casi a la carta
Finalmente, otro de los desafíos es la correcta personalización de los tratamientos para cada paciente, teniendo en cuenta el impacto que terapias innecesarias pueden provocar a largo plazo en la calidad de vida de las personas. Clara Montagut, investigadora CRIS Excellence, en el IMIM/Hospital del Mar, defiende el uso de la biopsia líquida (estudio genético de ADN tumoral a partir de muestras de sangre) para guiar el manejo de los pacientes de cáncer de colon y omitir quimioterapias cuando ya no las necesitan. Algo similar sucede en cáncer de próstata, con David Olmos, también investigador CRIS Excellence, y Elena Castro apoyando que se realice un estudio genético del cáncer de próstata desde el diagnóstico para guiar mejor las decisiones clínicas, usar tratamientos más personalizados para los pacientes y mejorar su supervivencia.
Sobre todo, Jesús Sánchez recalca que la investigación es supervivencia para el paciente. “Es muy importante que las instituciones públicas y la sociedad civil comprendan que la única forma de curar el cáncer es investigando. Sus resultados significan, sin duda, transformación, impacto y progreso social. Las altas cifras de supervivencia, aunque muy positivas, pueden crear una falsa sensación de tranquilidad. Disminuyen mucho si el cáncer se diagnostica en estadios avanzados. Por ello, es necesario continuar realizando pruebas diagnósticas de rutina, evitar factores de riesgo relacionados con el cáncer (tabaco, exposición al sol, mala alimentación…) y trabajar en concienciar a la sociedad para que acuda al médico cuanto antes ante cualquier señal de alarma, como puede ser un lunar sospechoso, una bajada de peso rápida e involuntaria…, a pesar de que son síntomas, la mayoría de las ocasiones, que no se asocian a ninguna patología”.