¿Quién sufre más con el calor en España? La respuesta no es tan obvia

Consulta cómo influyen la edad, las condiciones de vida o el entorno laboral en la vulnerabilidad frente a los peligros del calor en España

Ola de calor - Sociedad
Llega la ola de calor a España
EFE

Desde el pasado verano, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha una herramienta que permite conocer de forma precisa los peligros del calor en función del lugar de residencia. Este sistema divide el país en 182 zonas y calcula una temperatura umbral para cada una, a partir de la cual aumenta significativamente el riesgo de hospitalizaciones o muertes.

No es lo mismo soportar 30 grados en Lugo que vivirlos en Sevilla. Así lo refleja el nuevo mapa de riesgos que, este año, incorpora variables personales y sociales que condicionan nuestra respuesta física ante el calor extremo.

Este enfoque más afinado pretende entender los peligros del calor no solo desde una perspectiva climática, sino también humana. La edad, las patologías, la soledad o las condiciones laborales son factores clave para determinar la vulnerabilidad real de cada persona.

Los factores que determinan los riesgos

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha explicado que el calor “no nos afecta igual a todos”. En su intervención más reciente, subrayó que los peligros del calor están condicionados por el entorno. No es lo mismo vivir en una casa con aislamiento térmico que en un ático de chapa sin ventilación, ni sufrir 40 grados en una oficina con aire acondicionado que repartiéndote el sudor bajo el sol. Incluso el acceso a zonas verdes puede marcar una diferencia crítica.

En otras palabras, los peligros del calor dependen del contexto tanto como de la temperatura. La desigualdad se traduce en grados. El calor también va por barrios. Y afecta más a quienes menos recursos tienen para combatirlo.

Calor ciudades - ¿Quién sufre más con el calor en España? La respuesta no es tan obvia
El impacto del calor en las ciudades
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Gracias al nuevo sistema de avisos MeteoSalud, ahora se pueden consultar tres niveles distintos de exposición a los peligros del calor, adaptados a cada colectivo. El nivel rojo, por ejemplo, no implica lo mismo para todos. Para la población general supone un peligro moderado; para los mayores de 65 años y personas con rentas bajas, un peligro elevado, y para quienes sumen varias vulnerabilidades, un peligro extremo.

Este cambio de enfoque ha sido respaldado por Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático. Según sus palabras, “a mayor número de factores de riesgo, mayor vulnerabilidad frente a los peligros del calor”. Una misma ola de calor puede ser tolerable para una persona joven y sana, pero letal para otra con patologías previas y aislamiento social.

10.000 muertes en tres años: una realidad alarmante

Las estadísticas respaldan la urgencia de actuar. Solo en los últimos tres años, cerca de 10.000 personas han muerto en España por causas atribuibles a los peligros del calor. En 2022 fueron 4.813; en 2023, 3.009; y en 2024, otras 2.012. A eso se suman incrementos preocupantes en hospitalizaciones y accidentes laborales relacionados con el calor extremo.

Según Sanidad, las olas de calor son cada vez más frecuentes, intensas y duraderas. Cuando las temperaturas no bajan ni de día ni de noche, el cuerpo no logra recuperarse. Y esa sobrecarga térmica puede desencadenar enfermedades graves o incluso golpes de calor que, en determinados contextos, resultan mortales. Los peligros del calor son hoy una emergencia sanitaria.

Grupos de riesgo ante el calor extremo

El nuevo protocolo identifica tres grandes grupos vulnerables ante los peligros del calor:

  • Personales: bebés, menores de cuatro años, mayores de 65 años, mujeres embarazadas y personas bajo tratamiento farmacológico.
  • Sanitarios: pacientes con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o mentales, y personas con dificultades de movilidad o autonomía.
  • Sociales y laborales: personas que viven solas, en situación de pobreza, sin hogar, migrantes, o trabajadores expuestos al sol, como jardineros, repartidores, agricultores o empleados de la construcción.

Estos grupos no solo están más expuestos a los peligros del calor, sino que tienen menos herramientas para protegerse. Por ello, el nuevo sistema busca priorizar su atención, prevención y protección.

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