Tras el estreno de su documental Metamorfosis, Aitana Ocaña ha ofrecido una de sus declaraciones más sinceras hasta la fecha en una entrevista para Vogue España. La cantante asegura que consumió porno desde muy joven y advierte sobre sus riesgos, particularmente por cómo puede distorsionar la percepción del sexo.
Aitana revela que, desde pequeña, la pornografía moldeó su idea de lo que significaba el sexo: “Se me creaba una imagen de lo que era el sexo muy distinta a la que podías ver en una película, donde el tono no suele ser tan explícito y agresivo”. Con estas palabras, la artista pone el foco en una diferencia crucial entre una representación cinematográfica convencional y las dinámicas que se reproducen en el porno.
La artista insiste en que el mal llamado “contenido para adultos” frecuentemente transmite “dinámicas muy violentas” que están dirigidas hacia la satisfacción masculina: “Y claro, se me creaba una imagen … donde el tono no suele ser tan explícito y agresivo”. La cantante describe esas dinámicas como “peligrosas” por el mensaje que envían sobre el sexo y las relaciones.

Aunque afirma que el contenido altamente sexual y la adicción al sexo y la pornografía está cada vez más presente en el discurso social —con hombres y mujeres hablando abiertamente sobre depresión, ansiedad o acudir a terapia—, Aitana señala que sigue sin existir un reconocimiento adecuado de los riesgos que conlleva el consumo de pornografía, especialmente si contiene escenas agresivas o violentas.
Pese a todo, Aitana recuerda con gratitud la educación sexual que recibió a edades muy tempranas. Su madre le habló con naturalidad sobre el tema alrededor de los 11 o 12 años, lo que le permitió interpretar esos contenidos desde una perspectiva más saludable. Este apoyo familiar aparece como un elemento clave para poner en contexto lo aprendido por otros medios.
Del porno a la ruptura de tabúes
La cantante también reflexiona en tono irónico sobre la rigidez que aún existe al hablar de sexo, especialmente para ellas: “Muchas veces estoy en una comida con gente que apenas conozco y les digo: ‘A ver, posiciones favoritas’. Ellos se quedan como: ‘¿Perdón?’”. Para Aitana, romper ese silencio es importante en la medida misma en que el tabú alimenta la incomprensión.
“A mí me parece un tema muy divertido. Que sí, para mí también es íntimo. No lo compartiría con cualquier persona. Porque es un intercambio de energías muy heavy. Tienes a alguien dentro de ti. Literalmente. Pero tiene que dejar de ser un asunto tan tabú, porque eso es lo que lo estigmatiza”, continúa la artista.
En las mismas declaraciones, la artista confirma estar con “alguien” —se da a entender que se trata del youtuber Plex—, y destaca que, aunque la experiencia haya sido privada, está cómoda compartiéndola en su entrevista. Sin embargo, la atención mediática se centra en sus palabras sobre la pornografía, más que en su vida sentimental.

Aitana, sexo y depresión
Aitana comparte también su experiencia sobre la salud mental. “Cuando me diagnosticaron la depresión, que fue a finales de noviembre, me costaba mucho salir de la cama. A mí, que me gusta cuidar la alimentación, no comía nada sano. Me empezó a dar un poco igual cómo trataba mi cuerpo. Ahí fue cuando me di cuenta de que era muy peligroso todo lo que estaba viviendo en mi cabeza y decidí coger otra vez las riendas de mi vida”, ha confesado a la revista.
También ha reconocido que para ella ha sido una liberación hacer partícipe al resto del mundo de que sufría depresión. “Sigo con la medicación, eso sí. Me han dicho que no la puedo ir bajando hasta después de los estadios. Ahora mismo, los antidepresivos me sujetan tanto por arriba como por abajo”.
Ahora, ha apuntado, está centrada en la promoción del disco que sacó el 30 de mayo, Cuarto Azul, y en preparar los conciertos. “Mi equipo me decía que era mejor sacar el álbum a finales de año, pero les dije que no porque quiero empezar a meter las nuevas canciones en los directos. Pero gestionar todo esto ha sido un reto que te cagas”.
También ha salido en defensa de su padre, Cosme Ocaña. En el documental Metamorfosis muchos interpretaron que tienen una relación poco sana, la típica historia del padre que explota a su hijo artista. Ella lo ha negado rotundamente: “Yo sufrí mucho las cosas que le decían a mi padre cuando salió el documental. No es para nada como lo ve la gente. Yo soy quien soy y he tirado para delante muchas veces, gracias a la confianza que él ha puesto en mí. Para empezar, mis padres nunca jamás me han pedido nada. Nada. Yo… esto es algo muy personal e igual mi padre me mata, pero ellos estaban hipotecados todavía cuando yo salí de Operación Triunfo. Y, dos años después, cuando yo ya había ahorrado un poco, les dije que quería pagarles la hipoteca. Llegué a llamar al banco y todo. Pero mi padre me dijo que bajo ningún concepto. Que mi dinero era mío”.