“No hacemos comentarios al respecto”: la discreta respuesta de la OTAN al crítico análisis de EE UU sobre el futuro de Europa

La número dos de la Alianza Atlántica asegura que los "llamamientos" de Trump a "un mejor reparto de la carga" no son una novedad en Washington

La vicesecretaria general y el secretario general de la OTAN, Radmila Shekerinska y Mark Rutte.
OTAN

“Si continúa el declive económico, la transformación del continente debido a las políticas migratorias y la pérdida de las identidades nacionales, Europa será irreconocible en 20 años o menos. Por lo tanto, no es nada evidente que ciertos países europeos vayan a tener economías y Ejércitos lo suficientemente fuertes como para seguir siendo aliados fiables”. Esta es parte del análisis que Estados Unidos hace sobre Europa en su última Estrategia Nacional de Seguridad. Unas palabras a las que la OTAN, compuesta mayoritariamente por países del Viejo Continente, ha respondido de manera discreta.

El secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, se limitó a afirmar este jueves que la Estrategia de Seguridad de EE UU sí contiene un claro compromiso de Washington con la seguridad del continente europeo. “Como secretario general de la OTAN mi principal tarea es garantizar que la Alianza sea segura en su conjunto. Y si miro la estrategia de seguridad (de EE UU), ahí pone claramente que se compromete a darle seguridad a Europa“, dijo en una rueda de prensa en Berlín con el canciller alemán, Friedrich Merz.

Asimismo, Rutte subrayó que Washington reconoce “que toda la Alianza tiene que seguir siendo segura”, para lo cual hace falta una “estrecha cooperación” entre los aliados europeos, EE UU y Canadá. El secretario general de la Alianza Atlántica recordó que con motivo de la última cumbre de la OTAN, en La Haya, Trump reclamó un mayor esfuerzo conjunto para incrementar el gasto en defensa. “Estados Unidos siempre se ha comprometido con la OTAN, pero también ha tenido siempre la expectativa de que hagamos más, de que gastemos tanto como ellos”, enfatizó. “No porque simplemente tengamos que hacerlo, sino porque tenemos que hacerlo para alcanzar nuestros objetivos de capacidades y garantizar que podamos combatir contra los rusos si nos atacan”, agregó Rutte.

Los “llamamientos” de Trump

Por su parte, la vicesecretaria general de la OTAN, Radmila Shekerinska, señaló el pasado miércoles en Estados Unidos que todos los presidentes del país norteamericano elaboran estrategias de seguridad, aunque también apuntó que “todos los aliados tienen sus propias estrategias de seguridad”. Preguntada directamente por la Estrategia Nacional de Seguridad de la Administración Trump, Shekerinska declaró que “no hacemos comentarios al respecto porque nos centramos en lo que hacemos juntos”. “Y lo que hacemos juntos es proporcionar seguridad colectiva”, añadió.

La número dos de la OTAN aseguró que las exigencias expresadas en ese documento por Estados Unidos es un “patrón recurrente”, desde Dwight Eisenhower o John F. Kennedy. Además, Shekerinska dijo que los “llamamientos” del actual presidente estadounidense a “un mejor reparto de la carga”, en referencia al requerimiento de Trump de aumentar el gasto en defensa o de implementar cambios en sus políticas de seguridad, han estado presentes “prácticamente en todas las Administraciones”.

La Estrategia de Defensa de EE UU

La Estrategia de Defensa de Estados Unidos precisa que si las “tendencias actuales continúan”, en referencia al “declive económico, la transformación del continente debido a las políticas migratorias y la pérdida de las identidades nacionales”, Europa “será irreconocible en 20 años o menos”. Por ello el país norteamericano destaca en el documento que “no es nada obvio que ciertos países europeos vayan a tener economías y ejércitos lo suficientemente fuertes como para seguir siendo aliados fiables”. “Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su confianza civilizatoria y que abandone su enfoque fallido de asfixia regulatoria“, añade al respecto.

Sin embargo, la Administración Trump asegura que Europa “sigue siendo estratégica y culturalmente vital” para Estados Unidos. La nación norteamericana destaca, entre otras cuestiones, que la industria manufacturera, la tecnología y la energía europeas “siguen estando entre las más sólidas del mundo”. “No solo no podemos permitirnos descartar a Europa, sino que hacerlo sería contraproducente para lo que esta estrategia pretende lograr”, agrega el documento.

Debido a ello Estados Unidos realiza unas recomendaciones de política general para el Viejo Continente. Entre ellas: “restablecer las condiciones de estabilidad dentro de Europa y la estabilidad estratégica con Rusia”; “permitir que Europa se valga por sí misma y funcione como un grupo de naciones soberanas alineadas, asumiendo la responsabilidad principal de su propia defensa, sin estar dominada por ninguna potencia adversaria“; así como “poner fin a la percepción de que la OTAN es una alianza en perpetua expansión”.

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