El mercado de vehículos de ocasión en nuestro país encuentra, por un lado, los acuerdos de compraventa y la transmisión entre familiares y/o amigos de estos por otro.
Al hacer uno u otro, se debe realizar obligatoriamente el cambio de titularidad del coche. El objetivo es formalizar la transferencia de la propiedad y evitar posibles problemas legales o normativos posteriores.
A continuación, te explicamos todo lo que debes tener en cuenta sobre esta acción, desde la gestión con la DGT hasta la liquidación tributaria pertinente.
El ITP y la gestión con la DGT
A la hora de cerrar la compraventa de un vehículo, el primer movimiento debe ser pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP). Este se rige por el modelo 620 o 621, según la autonomía.
El coste de esta obligación fiscal varía dependiendo del lugar de residencia del comprador y del valor real del coche. No obstante, normalmente oscila entre el 4% y el 8% del valor del coche.
Eso sí, la Agencia Tributaria recuerda que el plazo máximo de la autoliquidación del tributo tiene un plazo máximo de 30 días hábiles desde la firma del contrato de compraventa.
La gestión con la Dirección General de Tráfico
Una vez abonado el tributo, el siguiente paso a seguir es inscribir la transmisión en el Registro de Vehículos de la DGT.
Para ello, será necesario aportar la documentación necesaria.
Esta incluye la identificación (DNI, NIE…) de las dos partes, el contrato de compraventa (firmado), el permiso de circulación del coche, los justificantes de pago del ITP y de la tasa de la DGT, y la solicitud de cambio de titularidad firmada también por ambas partes.
Una vez reunida la documentación, puedes realizar el trámite en el registro electrónico de la DGT.
Recuerda que, antes de realizar el cambio, debes asegurarte de que el IVTM (el Impuesto de Circulación) del año anterior esté pagado y que el vehículo esté libre de cargas.
Diferencias entre compraventa y donación al cambiar la titularidad de un coche
Una duda muy frecuente es si resulta más económico realizar una donación o una compraventa a la hora de realizar el cambio de titularidad de un coche. Especialmente, entre conocidos (familiares, amigos…).
En el caso de una compraventa, está sujeta al pago de ITP. El impuesto final será bastante bajo, en caso de ser un coche relativamente antiguo.
Si el coche se transmite gratuitamente, en vez de abonar el ITP, se grava el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD). Como bien es sabido, este es progresivo, y a pesar de existir algunas bonificaciones autonómicas, a menudo resulta de un importe superior al del ITP.
Además, es recomendable e incluso obligatorio en algunos casos (para recibir las bonificaciones) hacer una escritura ante notario, la cual tiene un coste adicional.
En resumidas cuentas, dependiendo de la autonomía y del valor del vehículo, puede ser más ventajoso pagar el ITP que el ISD, a la hora de ceder un vehículo.
Siguiendo los pasos correctos, la transmisión del vehículo puede realizarse sin problemas ni quebraderos de cabezas.