Una estudiante de Valencia invierte 10 euros al mes en un fondo indexado global desde su móvil. Un joven técnico de sonido de Madrid invierte en ETFs (fondos cotizados) de energías limpias con aportaciones automáticas de 15 euros a la semana y sin pagar una sola comisión. Una diseñadora en Lyon redondea cada vez que paga con su tarjeta y, sin darse cuenta, acumula 500 euros invertidos en fondos indexados diversificados.
Una recepcionista en Berlín se educa en finanzas con una app diseñada para mujeres y aporta 5 euros a la semana a una cartera automática. Ninguno de estos perfiles trabaja en el sector financiero ni tiene formación especializada. La escena se repite. Mismo patrón, distintas ciudades. La inversión ya no se inicia en una sucursal, sino en la pantalla del móvil. No se necesitan 10.000 euros ni asesoramiento personalizado. Solo una app, una cuenta verificada y la decisión de activar un plan automático. El importe mínimo: 1 euro.
Aplicaciones que simplifican el acceso a los mercados
Plataformas de inversión como SoFi, Acorns, Stash o Ellevest han desarrollado modelos que facilitan el acceso a la inversión desde pequeñas cantidades. Con ellas, invertir es tan fácil como hacer una transferencia o pedir comida. SoFi, una de las plataformas pioneras en este campo, permite empezar con 1 dólar, sin comisiones. Acorns redondea los pagos con tarjeta y convierte los céntimos sobrantes en carteras diversificadas. Ellevest, centrada en el público femenino, combina planes personalizados con cursos formativos.
En España también hay opciones. MyInvestor permite invertir desde 1 euro en más de 1.800 fondos, sin comisión de custodia. Indexa Capital automatiza completamente la inversión desde el primer paso con una estructura de comisiones totales desde el 0,43 %, y permite estrategias de inversión global diversificadas. Finizens, por su parte, está especializada en carteras indexadas con un enfoque a largo plazo con bajas comisiones. Y Trade Republic, también muy popular entre los más jóvenes, ofrece acceso a ETFs y acciones sin comisiones, acciones fraccionadas y planes de ahorro desde la app.
Los neobancos se suman al ecosistema inversor
Además de las plataformas específicas, los neobancos como N26, Revolut, Openbank o Imagine están integrando servicios de inversión en sus apps. Primero ofrecían cuentas remuneradas o tarjetas sin comisiones. Ahora dan acceso a ETFs, acciones y planes automatizados. La experiencia es 100% digital desde el alta hasta el seguimiento.
El fenómeno gana fuerza. Según BlackRock, desde 2022 más de 700.000 personas han comenzado a invertir en España. La mayoría, jóvenes y mujeres. Un patrón que se repite en países como Alemania, Francia o Italia, donde los bancos tradicionales han cedido terreno a soluciones más ágiles.
Los ETFs son el producto estrella. Según una encuesta de BlackRock a 37.000 personas, su contratación en España ha crecido un 55% desde 2022. Son líquidos, transparentes y baratos. Sus comisiones suelen estar entre el 0,1% y el 0,4%, frente al 1,5% de los fondos clásicos. Les siguen las criptomonedas (+24%), las acciones (+10%) y los fondos tradicionales (+5%).
Y el interés sigue creciendo. Según un estudio de N26 en Europa, casi dos de cada tres mujeres quieren invertir más en 2025. Y en Estados Unidos, más del 60% de las millennials se involucran activamente en inversiones no tradicionales como criptomonedas, ETFs temáticos y carteras ESG. Y el 37 % se consideran ya “trader” con conocimiento y autogestión.
El nuevo inversor tiene otro perfil. Joven, digital, curioso y autónomo. Invierte no solo para ahorrar, sino por aprender. Por independencia. Por no tener que preguntar en una oficina. Y cada vez más, es mujer.
Bajo coste, facilidad y flexibilidad
¿Qué está impulsando este “boom”? Primero, el coste. Mientras un banco puede cobrar hasta un 1,5% en comisiones, estas plataformas operan con márgenes mucho más bajos (0,1%-0,4%) o incluso cero.
Segundo, la facilidad. Abrir cuenta lleva cinco minutos. Sin papeleo, sin horarios. Solo hay que verificar la identidad y vincular una cuenta bancaria. A partir de ahí, todo es digital: elegir estrategia, activar aportaciones, hacer seguimiento. Y si no se sabe, se aprende: vídeos, simuladores, formación integrada.
Tercero, la flexibilidad. Se puede empezar con 1 euro, pausar aportaciones, retirar sin penalización o ajustar el riesgo en cualquier momento. No hay permanencia, ni letra pequeña.
El resultado no es solo más inversión, sino mejor inversión. Según N26, las carteras de mujeres han obtenido un 0,23% más de rentabilidad que las de los hombres en el último año. Y lo han hecho con menos riesgo, más diversificación y un enfoque sistemático.
Además, la experiencia de usuario cuenta. Las apps muestran gráficas, envían recordatorios y ofrecen seguimiento en tiempo real. Lo que comienza como una curiosidad se convierte en hábito, después en estrategia y luego en un plan financiero.
Al mismo tiempo, la presencia en redes sociales también ha influido. Muchos usuarios comparten experiencias, comparan plataformas y divulgan conocimientos, lo que ha facilitado la aparición de una comunidad digital en torno a la inversión. Según BlackRock, por primera vez hay una auténtica comunidad de inversores en Europa.
Actualmente, más de nueve millones de personas en España utilizan neobancos y plataformas digitales para invertir. Todos comparten un modelo basado en apps, bajos costes y atención digital. Para muchos, son la puerta de entrada a la inversión.