Primero de mayo

Suspenso en igualdad: los grandes sindicatos nunca han tenido una mujer al frente

En CC.OO. y UGT, las mujeres han ganado peso dentro de las organizaciones con estructuras paritarias y listas cremallera, pero aún no han dado el salto a la secretaría general desde su legalización en 1977

Imagen de los secretarios generales de los sindicatos.

(De izq. a dcha.) Secretarios generales de CIG (Paulo Carril), CGT (Miguel Fabrique), CC.OO. (Unai Sordo), LAB (Garbiñe Aranburu e Igor Arroyo), UGT (Pepe Álvarez), LAB (Igor Arroyo) y USO (Joaquín Pérez). Kiloycuarto

“La primera sensación cuando tú entrabas antiguamente, eran los cinco tíos con los huevos y los puños sobre la mesa en sus asambleas. Y las mujeres solían salir corriendo”, reconocía una sindicalista en un artículo sobre la Participación de la mujer en el movimiento sindical. “La dirigencia sindical, como cualquier otro cargo de responsabilidad en una empresa o institución, requiere de una dedicación extra de tiempo libre y estancias continuas fuera de casa, lo que choca con el papel de responsable de los cuidados y el hogar que siguen teniendo muchas mujeres”, admite Lourdes Pedrazuela, secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO.

Esta construcción masculina de la organización unida a la dificultad de las mujeres para conciliar “trabajo, familia y sindicato” explican la dificultad a la que históricamente se han enfrentado las mujeres sindicalistas. Pero como en otros tantos ámbitos, las mujeres están logrando romper las barreras de género en las organizaciones sindicales, especialmente desde la última década.

Hoy han ganado representatividad y existe paridad en las comisiones ejecutivas confederales de los grandes sindicatos de clase. Ellas ocupan la mitad de los 45 puestos de los máximos órganos de gobierno de CC.OO., UGT, USO y CGT y encabezan secretarias generales de las federaciones sectoriales y territoriales.

Sin embargo, aún se les resiste la posición más visible: la secretaria general. Desde su legalización en 1977, hace más de 47 años, no ha habido ninguna mujer en asumir este cargo en los sindicatos de clase de ámbito nacional, tampoco en otros de nivel regional, como el sindicato mayoritario gallego (CIG) o ELA en País Vasco, que forman parte de órganos de negociación estatales, como el Consejo Económico y Social. Hasta la fecha, la excepción ha sido LAB una organización pionera que en 2008 nombró a Ainhoa Etxaide, secretaria general, y que desde 2018, cuenta con una coordinación general compartida entre un hombre y una mujer.

En UGT, el secretario general es Pepe Álvarez, que está en su segundo mandato desde su nombramiento en marzo de 2016 cuando sustituyó al histórico Cándido Méndez, tras 22 años en el cargo; mientras que, en CC.OO., corresponde a Unai Sordo que, en julio de 2017, reemplazó a Fernández Toxo, quien estuvo ocho años al frente del sindicato. Ese mismo año, fue también elegido por primera vez Joaquín Pérez al frente de USO.

Ascenso

¿Cuándo veremos una mujer al frente de un gran sindicato? Nadie se atreve a aventurar… aunque si las mujeres ya están en los principales órganos de representación, este salto podría producirse en las próximas renovaciones de cargos. La Unión General de Trabajadores (UGT) celebrará del 25 al 27 de noviembre de este año su 44º Congreso Confederal en Barcelona y ahí, entre los candidatos a la secretaria general, en el caso de que hubiera más de uno, podría presentarse una mujer tras lograr los avales suficientes.

“Tarde o temprano tendrá que llegar, las mujeres hemos accediendo a más responsabilidades y será un reflejo de esa normalidad que haya una secretaria general mujer“, señala Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de la UGT, cuando se le pregunta al respecto, aunque remarca a Artículo14, “tenemos un gran secretario general que esperamos que siga”. En su caso, es la segunda en la comisión ejecutiva confederal, en la que se sienta junto a otras siete compañeras en un órgano formado por dieciséis miembros.

Comisiones Obreras (CC.OO.) celebrará su próximo Congreso Confederal en 2025 y entre los candidatos también podría estar una mujer. Gracias a iniciativas como las listas cremallera, también su comisión ejecutiva es paritaria (seis mujeres de doce miembros), aunque en su caso no tiene vicesecretaría. “Existe paridad y algunas federaciones muy relevantes están encabezadas por mujeres”, incide la secretaría confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, Carolina Vidal.

“Cuándo veremos a una mujer es una pregunta que no podemos responder, depende primero de que alguna quiera dar el paso y presentarse a la Secretaría General y, por supuesto, de que después la organización la respalde en un congreso. De momento, no ha habido ninguna candidata a secretaria general, por lo que ese sería el primer paso”, explica Lourdes Pedrazuela de Unión Sindical Obrera (USO). En su caso, la renovación de su comisión ejecutiva confederal sería en 2026.

Caso LAB

El sindicato vasco LAB es el único que hasta la fecha ha contado con una mujer al frente. En 2008, tras un proceso de renovación interno, Ainhoa Etxaide asumió esta responsabilidad. “En 2004, nuestros órganos de decisión ya eran paritarios, así que en nuestro caso esta decisión un proceso muy organizado”, explica la Etxaide a Artículo14. En marzo de 2017, fue relevada por Garbiñe Aramburu. Dar paso a un hombre, se interpretaba con un paso atrás. Sin embargo, se abrió otro proceso de reflexión interna en el que se analizó la conciliación del líder sindical. “Entre otros objetivos, buscamos un modelo de liderazgo que no suponga un coste personal tan fuerte y de ahí, sale la idea de un nuevo modelo compartido”, recuerda Etxaide.

Como explicó en la presentación del nuevo modelo Aramburu, “apostamos por un modelo de dirección más horizontal, colegiada, participativa, y siguiendo los pasos que estamos dando en el seno del sindicato, tanto hacia fuera como hacia la transformación feminista, vamos a llevar al congreso la propuesta de que haya, en lugar de una persona como secretaria general, dos personas como coordinadoras generales”. En junio de 2022, Garbiñe Aranburu e Igor Arroyo fueron elegidos coordinadores generales del sindicato.

Lo que en España es aún excepción tiende a ser ya habitual en la Unión Europea, como demuestran los casos de Miranda Ulens (ABVV-FGTB) y Marie-Hélène Sak (ACV-CSC), en Bélgica o Marylise Leon (CFDT) y Sophie BINET (CGT), en Francia. Todas ellas son secretarias generales. Las bases están, ahora solo toca dar el paso al frente para que una mujer asuma el liderazgo de uno de los grandes sindicatos en España.

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