BELLEZA

L´Oreal ficha a una influencer de OnlyFans para su campaña en TikTok

Esta colaboración entra en aparente conflicto con los propios estatutos de L’Oréal, que limitan trabajar con personas que hayan publicado material pornográfico

Ari Kytsya
@arikytsya

La imagen tradicionalmente cuidada y recatada del gigante francés de la cosmética parece haber virado de rumbo. L’Oréal se ha visto envuelta en la polémica tras conocerse que ha contratado a Ari Kytsya, una influencer y creadora de contenido para adultos en la plataforma OnlyFans, como embajadora de su marca de maquillaje Urban Decay.

La elección ha abierto un debate con varias capas. En primer lugar, porque esta colaboración entra en aparente conflicto con los propios estatutos de L’Oréal, que limitan trabajar con personas que hayan publicado material pornográfico o contenido contrario a sus valores corporativos de “respeto, tolerancia e inclusión”. Urban Decay, adquirida por la multinacional en 2012, comercializa una amplia gama de cosméticos dirigidos mayoritariamente a un público femenino joven.

Una campaña en TikTok, epicentro de menores de edad

El segundo foco de discusión se centra en el medio elegido para la campaña: TikTok, la red social con mayor número de menores de edad entre sus usuarios. La plataforma cuenta con más de 1.582 millones de cuentas activas en todo el mundo y, en España, supera los 19 millones de usuarios. La elección de este canal alimenta la pregunta de fondo: ¿está L’Oréal normalizando la cultura del contenido erótico y pornográfico en una industria cuyo alcance llega a millones de adolescentes? La controversia revive el eterno enfrentamiento entre marketing y ética, ahora amplificado en el entorno digital.

En su defensa, L’Oréal ha argumentado que uno de los factores determinantes para fichar a Kytsya es su franqueza a la hora de hablar sobre “los placeres, desafíos y riesgos de la industria en la que trabaja”. La creadora de contenido, además de su faceta en OnlyFans, comparte consejos sobre salud sexual y ofrece tutoriales de maquillaje, peinados y cosmética a sus 4,6 millones de seguidores en Instagram y TikTok.

Urban Decay, por su parte, ha jugado abiertamente con la imagen para adultos de la influencer en la campaña incluyendo imágenes pixeladas y mensajes que vinculan la cosmética con el sexo, como el lema “UD likes it raw” (“A Urban Decay le gusta al natural”).

Un precedente inédito en España

En España no se conocen campañas de esta envergadura protagonizadas por creadoras de OnlyFans para marcas de gran consumo, aunque sí existen agencias especializadas en posicionar contenido para adultos y en gestionar colaboraciones dentro de la propia plataforma. Desde su nacimiento, OnlyFans ha estado rodeada de la polémica y de la acusación recurrente de ser “prostitución encubierta”.

Por ahora, las colaboraciones entre creadores de contenido para adultos y marcas no cuentan con una regulación específica. Sin embargo, la normativa general sobre influencers se ha endurecido: desde octubre de 2025, todo contenido patrocinado deberá señalarse de forma explícita, y la responsabilidad de su cumplimiento recaerá tanto en las marcas como en los propios creadores.

El caso de L’Oréal y Ari Kytsya se convierte así en un ejemplo paradigmático del choque entre la búsqueda de visibilidad de las marcas y los límites éticos en un entorno digital donde las audiencias, cada vez más jóvenes, consumen contenido sin barreras claras.