7-O

Un trauma colectivo sin cicatrizar

Los kibutz fronterizos con la Franja de Gaza y el memorial del festival Nova se convirtieron el 7 de octubre en epicentro de los homenajes a los asesinados y secuestrados

2nd anniversary of Hamas attacks
Familiares israelíes visitan los monumentos conmemorativos en el lugar del festival de música Nova, cerca de Re'im, en el segundo aniversario de los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023, cerca de la frontera de Gaza, en el sur de Israel, el 7 de octubre de 2025.
EFE/EPA/ATEF SAFADI

Cada día sigue siendo 7 de octubre de 2023 en Israel. Con la herida abierta por la peor matanza de judíos sufrida desde el Holocausto, los familiares de las víctimas y los rehenes conmemoraron dos años de la tragedia, con el corazón en un puño siguiendo el devenir de las negociaciones de paz en marcha en Egipto. 

El epicentro de la conmemoración fueron los kibutz fronterizos con la Franja de Gaza y el memorial del festival Nova, donde se produjeron la mayoría de los asesinatos y secuestros. En un solo día, 1.200 israelíes murieron y otros 251 fueron secuestrados, en un ataque sorpresa de Hamás que penetró la frontera sin resistencia. 

Residentes israelíes del kibutz Kfar Aza asisten a una ceremonia conmemorativa en el segundo aniversario del ataque de Hamás contra Israel
EFE/EPA/ATEF SAFADI

Los residentes del kibutz Nir Oz, donde uno de cada cuatro residentes fue matado o secuestrado (117 de poco más de 400), llegaron en un convoy a su calcinada comunidad desde Kiryat Gat, la ciudad donde siguen alojados. La mayoría no volverá a vivir a la zona cero de la masacre. Sagui Dekel-Chen, que fue liberado en la última tregua de febrero, visitó por primera vez el cementerio de la localidad. “De modo extraño, logré sobrevivir, pero no puedo dejar esto atrás”, dijo con lágrimas en los ojos. 

Hamás destruyó el 97% de los hogares de Nir Oz, y todavía nueve de sus residentes permanecen en Gaza. Cinco se estima que siguen vivos: David y Ariel Cunio, Matan Zangauker, Omri Miran y Eitan Horn. Dafna Margalit, viuda de Eliyahu Margalti -asesinado y cuyo cuerpo fue llevado a la franja-, dijo que volver al lugar fue un “retorno a la vida”. No obstante, los familiares de los cautivos insisten en que solo se cicatrizará la herida y se empezará la reconstrucción cuando los 48 cautivos vuelvan a Israel. 

Una columna de humo en Gaza tras un ataque aéreo, este martes
EFE/ Ahmad Awad

La conmemoración de la masacre coincidió con la festividad judía de Sukot, en que la mayoría de la actividad del país se detiene. Las conmemoraciones oficiales del estado se postergaron al día 16 de octubre, tras el final de las “altas fiestas” judías. En otros puntos del país, cómo la céntrica ciudad de Rehovot, una maratón exigió el “retorno de todos a casa”. Nimrod Cohen, otro de los rehenes vivos, es oriundo de esta localidad. 

En la Plaza de los rehenes de Tel Aviv, miles de israelíes contemplaron silenciosamente obras de arte y otros símbolos de memoria a los rehenes y los asesinados en la matanza. En el centro de la plaza, un túnel emula la situación en la que se encuentran los cautivos en manos de Hamás: sin aire, luz, comida, lavabo ni conexión con el mundo. Su tiempo se agota. 

Familiares israelíes visitan los monumentos conmemorativos en el lugar del festival de música Nova, cerca de Re’im, en el segundo aniversario de los ataques de Hamás
EFE/EPA/ATEF SAFADI

Para la terapista Ilana Yahav, el 7 de octubre de 2023 abrió tantas heridas que “es imposible tratar a todos los que están sufriendo. Quién estuvo ahí, o tuvo un familiar que estuvo ahí o solamente vio algún video, necesitará muchos años de tratamiento”. Las escenas más gráficas de la matanza están censuradas al público, y solamente periodistas o diplomáticos extranjeros han tenido acceso al “clip de los horrores”, una película de 47 minutos que recoge terribles escenas filmadas con cámaras GoPro por parte de los terroristas. 

Volver al lugar de la tragedia

Si bien a algunos israelíes les cuesta acudir al lugar de la tragedia, otros como Tzlil Hasson acudió a la plaza junto a su mujer y tres hijos. “Es importante como padres que los traigamos aquí, para recordar y rezar. Ojalá en unos días los rehenes sean liberados”, declaró al New York Times.

Familiares israelíes visitan los monumentos conmemorativos en el lugar del festival de música Nova, cerca de Re’im, en el segundo aniversario de los ataques
EFE/EPA/ATEF SAFADI

En Kfar Aza, un pequeño kibutz a poco más de dos kilómetros de Gaza, 62 vecinos fueron asesinados y otros 19 capturados. En el lugar, todavía deshabitado, los vecinos guardaron un minuto de silencio a las 6:29 de la mañana, la hora en que sonaron las alarmas por los primeros disparos de misiles el 7 de octubre de 2023. El sistema de defensa antiaéreo del Ejército colapsó, y minutos después empezó la invasión terrestre islamista. La mayoría de las víctimas fueron asesinadas y quemadas en sus propias casas, y más de 300 jóvenes fueron baleados en el festival Nova. 

La brutal respuesta militar israelí a la masacre acumula ya más de 67.000 víctimas en Gaza. Pero la herida abierta en Israel dificulta empatizaron con el sufrimiento palestino. La reticencia de Netanyahu a lograr la tregua ha exacerbado las tensiones internas en una sociedad israelí muy dividida antes de la guerra. Se estima que un 70% de los israelíes exigen detener la ofensiva, y muchos culpan a Netanyahu de extender la agonía por su interés político de mantenerse en el poder y no asumir responsabilidades. 

Gaza
Familias de los rehenes durante una protesta en Tel Aviv
Efe

Cientos de israelíes se concentraron en el recinto del festival Nova, con carteles con los rostros de las víctimas dispuestos en filas. En el lugar también se instalaron placas con capturas de pantalla de las conversaciones de Whatsapp de las víctimas, que reclamaban ayuda urgente a sus familias para intentar salvarles. El rescate nunca llegó. Anat Magnezi sostenía sobre su rostro un cartel con la foto de su hijo Amit, de 22 años, quien fue asesinado. “Ojalá todo el mundo viera esto y supiera lo que nos pasó y que es real”, dijo. Y lamentó: “Pero ahora todo el mundo está en nuestra contra”.