Duelo

¿Quién tiene más ira? Trump y Greta Thunberg reavivan su enemistad en plena semana del Nobel

En plena semana en que sus nombres suenan para el Nobel de la Paz, Donald Trump y Greta Thunberg han vuelto a enfrentarse públicamente

Greta_Thunberg

A solo unos días de que se anuncien los ganadores del Premio Nobel de la Paz, dos nombres que figuran entre los candidatos más comentados —el expresidente estadounidense Donald Trump y la activista sueca Greta Thunberg— han protagonizado un nuevo cruce de declaraciones marcado por insultos, ironías y reproches. La disputa, que recuerda a sus enfrentamientos pasados, surge en un contexto especialmente simbólico: ambos representan visiones radicalmente opuestas del mundo, y esta vez el detonante ha sido la reciente participación de Thunberg en la flotilla rumbo a Gaza.

El lunes, durante una comparecencia de prensa en la Casa Blanca, Trump fue preguntado por la detención de Thunberg en Israel, donde fue interceptada por la Armada mientras navegaba con la Flotilla Global Sumud hacia la Franja de Gaza. Su respuesta fue inmediata y despectiva: “Ella es solo una alborotadora, ¿sabes? Ya no le interesa el medio ambiente. Ahora está en esto. Es una alborotadora. Tiene problemas para controlar su ira. Creo que debería ir al médico”.

El presidente insistió en este tono, añadiendo que Thunberg “es joven y está tan enojada, tan loca. Solo es una alborotadora”. Sus palabras llegaron en un momento en que él mismo busca proyectar una imagen de líder capaz de negociar la paz en conflictos como Ucrania y Gaza, algo que algunos de sus seguidores consideran merecedor del Nobel.

Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca, el 6 de octubre de 2025.
EFE

Thunberg contraataca

Lejos de ignorar los comentarios, Thunberg respondió al día siguiente a través de Instagram, con un tono cargado de ironía. “Con mucho gusto recibiré cualquier recomendación que pueda tener para tratar estos llamados problemas de control de ira, ya que, a juzgar por su impresionante historial, parece que también los padece”, escribió la activista sueca.

 

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Thunberg, de 22 años, agradeció además las palabras “muy halagadoras” de Trump y su “preocupación” por su salud mental. Es un estilo que ha empleado en otras ocasiones para contestar ataques del expresidente: devolver el golpe con sarcasmo y sin elevar el tono.

Una relación complicada

No es la primera vez que Trump y Thunberg se enfrentan públicamente. Su relación comenzó con tensión en 2019, cuando la entonces adolescente pronunció un discurso histórico en la ONU exigiendo acción climática urgente. Trump reaccionó en redes sociales con sarcasmo, describiéndola como “una joven muy feliz que espera un futuro brillante”. Thunberg convirtió esa frase en su biografía de Twitter, en una jugada que se volvió viral.

En junio de este mismo año, Trump ya la había calificado de “extraña” y “enojada” tras su primera misión humanitaria hacia Gaza. Ella replicó entonces que el mundo necesitaba “más mujeres enfadadas”. Este patrón -él la provoca con desdén, ella responde con ironía- se ha repetido una y otra vez, convirtiéndose casi en una especie de duelo mediático.

greta thunberg
La activista sueca Greta Thunberg
Efe

Gaza y el Nobel

Thunberg regresó a Europa este lunes tras ser deportada de Israel junto a otros miembros de la flotilla. A su llegada al aeropuerto de Atenas, lanzó duras críticas al gobierno israelí, acusándolo de que “Israel está intentando eliminar a una población entera”, en referencia a la situación de los palestinos en Gaza. También aseguró: “Podría hablar durante mucho tiempo sobre los malos tratos y abusos que sufrimos durante nuestro encarcelamiento, pero esa no es la historia”.

Mientras tanto, Trump busca posicionarse como un actor clave en la resolución de conflictos internacionales. Tras asumir un rol central en las negociaciones de paz en Ucrania y Gaza, sus aliados han promovido su candidatura al Nobel de la Paz. De hecho, la ceremonia del anuncio del galardón tendrá lugar esta misma semana, el 10 de octubre.

Thunberg, símbolo de la desobediencia civil y la denuncia del statu quo, frente a Trump, que intenta presentarse como negociador y garante de estabilidad. Y ambos, irónicamente, en el centro de una disputa sobre “ira” y temperamento.