Para Ora Rubinstein, tía del rehén israelí Bar Hupershtein, las palabras pronunciadas por Donald Trump este lunes en la Casa Blanca fueron un bálsamo. Los familiares de los rehenes, capturados por Hamás en la masacre del 7 de octubre de 2023, sueñan con recibir a sus seres queridos antes de que se cumplan dos años de su cautiverio. Se estima que 20 de los 48 siguen vivos, aunque en condiciones agónicas: encerrados en túneles, violentados, sin apenas comida, faltados de oxígeno y sin atención médica.
“Cuando Bar vuelva a casa, su padre podrá andar y hablar de nuevo”, reconoció la mujer israelí durante una entrevista con la periodista Tal Schneider. Su sobrino fue secuestrado en el festival musical Nova, donde trabajaba como guardia de seguridad. “Incluso bajo los intensos bombardeos, le dijo a su abuela que cuidaría a los asistentes de la fiesta. En su última llamada le dijo que no se preocupara, que estaba bien”, recuerda.

Como la mayoría de las familias, “no sabemos nada sobre él, pero estoy convencida que sigue vivo, y espero que resista lo mejor que pueda. Pasó medio año con Ohad Ben Ami, antes de que fuera liberado en febrero. Estuvieron encerrados en una habitación pequeña en los túneles. Pasaban hambre y abusos de sus carceleros”, recuerda.
Nieto de un superviviente del Holocausto, su tía recuerda que “Bar siempre quiso ayudar a los demás antes que a sí mismo. Sé que es fuerte y sobrevivirá estos tiempos difíciles en los túneles, donde permanece desde su segundo mes de cautiverio”. Igual que el resto de los familiares, “quiero decirle a Bar lo mucho que le echamos de menos. Sueño con él, deseo que esté bien”. El padre de Bar viajó especialmente a Nueva York para exigir al primer ministro Benjamin Netanyahu que le devuelva a su hijo en vida. Las familias alertan que la ocupación de la ciudad de Gaza en marcha podría ser su sentencia de muerte.

“Ya pasó el tiempo de pedir perdón, no necesito nada del Ejército o del Gobierno. Solo importa que devuelvan a los rehenes. A los 48: hijos, padres, hermanos, primos y la única hija que queda. Necesitamos que se pare la guerra, estos dos años ya fueron suficiente difíciles, es un camino doloroso que agota nuestras energías”, lamenta.
Desde el Foro de Familias se mostraron “profundamente agradecidos” a Trump por su “incondicional compromiso con nuestras familias y el estado de Israel, y por lograr lo que pedimos desde el 7 de octubre: un acuerdo para traer de vuelta a nuestros familiares”. El colectivo agradeció que el presidente estadounidense lograra “lo que otros decían imposible”.

“Este es un acuerdo histórico que permitirá a nuestro pueblo sanar, poner fin a la guerra y forjar un nuevo futuro para Oriente Medio. Felicitamos también a Netanyahu por aceptar la iniciativa de Trump y le pedimos que ordene de inmediato el cese de los combates en Gaza, que siguen poniendo en peligro el destino de nuestros rehenes. No hay razón para arriesgar sus vidas”, consideraron.
“Es ahora o nunca”
En opinión de las familias, “el mundo debe ejercer la máxima presión para garantizar que Hamás se comprometa con esta oportunidad histórica para la paz. Y aclararon que pese a celebrar la buena noticia, “no descansaremos hasta que vuelve el último rehén, es nuestra obligación moral”.
Los familiares avisaron que en los últimos meses ya hubo declaraciones positivas sobre posibles acuerdos, que finalmente “nunca llegaron a completarse”. Por ello, “debemos asegurar que este no tenga el mismo destino. Le pedimos a nuestro gobierno que actúe con determinación para completar el pacto, el mundo nos mira y la historia recordará. Es ahora o nunca”.

El plan de Trump, que prevé una retirada militar israelí de la Franja de Gaza por fases, impulsará la creación de una fuerza de seguridad interina en el enclave, con participación de países árabes y la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Desde la extrema derecha israelí presionan a Netanyahu para desoír a Trump y seguir la guerra hasta la “victoria total”. Hasta nuevo aviso, el balón está en el tejado de Hamás.