Informe anual

“Buscamos un lugar donde podamos vivir en paz”: 60 millones de mujeres desplazadas en 2024

Más de 123,2 millones de personas en el mundo se encuentran desplazadas por la guerra, la violencia y la persecución. ACNUR expresa su preocupación por el impacto de los recortes presupuestarios

Siria
Una mujer siria espera para cruzar a Siria desde Turquía en la puerta fronteriza de Oncupinar, cerca de la ciudad de Kilis, al sur de Turquía
Efe

En 2024, el número de personas desplazadas forzosamente en el mundo alcanzó una cifra récord de 123,2 millones. Detrás de esta estadística colosal se ocultan millones de historias personales marcadas por la pérdida, el miedo y la resiliencia. Las mujeres, en particular, enfrentan una doble vulnerabilidad: por su condición de desplazadas y por su género.

A través del “Global Trends Report 2024” de ACNUR, podemos desglosar las cifras de afectadas. En principio, estas cifras están bastante igualadas. El 27% de las personas desplazadas forzadamente son mujeres adultas (de 18 a 59 años). El 3% corresponde a mujeres mayores de 60 años. Además, el 20% son niñas menores de 18 años. Los datos masculinos son prácticamente idénticos.

Estimación demográfica de los refugiados – Finales de 2024. Fuente: Global Trends Report 2024, ACNUR
ACNUR

Pese a esa igualdad demográfica, sobre el terreno la experiencia no es la misma.

Recortes en protección y asistencia

ACNUR manifiesta una seria preocupación por el efecto que los recortes financieros están teniendo sobre la protección y asistencia a mujeres desplazadas. La reducción de fondos ha afectado gravemente el acceso a alimentos y refugio, obligando a muchas mujeres y niños a emprender rutas peligrosas en busca de seguridad.

Un ejemplo de esta situación es Sadeqa, una mujer rohinyá rescatada en las costas de Indonesia. “Buscamos un lugar donde podamos vivir en paz”, afirmó. Sadeqa y su hijo son dos de los 152 refugiados rohinyá rescatados en Aceh del Sur, Indonesia, en octubre de 2024, tras pasar semanas en el mar mientras huían de Bangladés en busca de seguridad. Por desgracia, tres personas a bordo del barco perdieron la vida.

Bangladés
Una manifestante con un cartel pidiendo ayuda a la ONU durante una protesta en Daca, Bangladés
Efe

En su caso la situación es aún más dramática ya que las mujeres rohinyás, además de estar desplazadas, son apátridas, lo que limita su acceso a derechos fundamentales como la educación, el empleo o la atención médica. Su situación las convierte en una de las poblaciones más vulnerables del mundo.

Tres de cada cuatro centros no están en funcionamiento

Espacios de protección destinados a mujeres y niñas en riesgo de violencia están cerrando en diversas regiones: en Sudán del Sur, apenas 25% de los centros de ayuda sigue en funcionamiento, lo que ha dejado sin acceso a servicios necesarios como apoyo psicosocial, legal y médico de emergencia a cerca de 80.000 personas. Incluyendo en la suspensión a las víctimas de matrimonio infantil.

Cada tres segundos se casa una niña en algún lugar del mundo
KiloyCuarto

En Etiopía, más de 200.000 refugiados y desplazados internos ya no tienen acceso a servicios vitales, incluido un refugio seguro que anteriormente albergaba a mujeres en peligro inminente de ser asesinadas. En Jordania, al menos 63 programas que brindaban asistencia específica a mujeres y niñas están siendo cancelados o interrumpidos, afectando a unas 200.000 personas vulnerables, tanto refugiadas como de comunidades de acogida.

Haití llega al millón de desplazados internos

En términos de seguridad, las mujeres y niñas continúan siendo uno de los grupos más expuestos. En la región del Sahel Central, aproximadamente un tercio de las comunidades señala la ocurrencia mensual de incidentes de protección. En países como Burkina Faso, Malí y Níger, el desplazamiento es impulsado principalmente por ataques armados, pero la violencia dirigida contra mujeres y niñas constituye uno de cada seis casos reportados.

Un caso alejado de África es Haití. Durante 2024 ha sufrido un aumento de la violencia de bandas criminales, lo que ha generado que el desplazamiento interno se triplicara en 2024, alcanzando el millón de personas. El impacto de la violencia de las bandas ha sido especialmente brutal para mujeres y niñas. La situación humanitaria se deterioró rápidamente, dejando a casi la mitad de la población del país en necesidad de asistencia urgente.

El número de refugiados y solicitantes de asilo haitianos alcanzó durante el año los 423.300. Casi todos fueron acogidos por otros países de América.

Las mujeres haitianas enfrentan riesgos extremos, incluyendo violencia sexual, secuestros y explotación. Las pocas estructuras de apoyo disponibles están colapsadas, y los servicios de salud y protección son casi inexistentes.

El 18% de las mujeres refugiadas muestran signos de depresión

También se observa un impacto en la salud mental de las mujeres desplazadas. La exposición prolongada a traumas, junto con la falta de servicios adecuados, incrementa los riesgos psicosociales. En países como Sudán del Sur, Camerún y Pakistán, el 18% de las mujeres refugiadas muestran signos de depresión (con variaciones entre el 14% y el 29%), siendo las mujeres mayores las más afectadas.

Sudán
Una mujer transporta sobre su cabeza una garrafa de agua que acaba de rellenar en una fuente en el centro de tránsito de Renk
Efe

Los hogares encabezados por mujeres viudas o separadas enfrentan una carga aún mayor: tienen un 40% más de probabilidades de reportar síntomas depresivos. Estas cifras reflejan la urgente necesidad de respuestas focalizadas por parte de los Estados receptores y de las agencias humanitarias, con especial atención a la salud mental y la protección integral de mujeres y niñas en situación de desplazamiento forzado.

Las mujeres en retorno

El informe señala que en 2024 hubo un aumento del 60% en los retornos respecto al año anterior, con 1,6 millones de refugiados y 8,2 millones de desplazados internos que regresaron a sus hogares. Si bien ACNUR enfatiza que los retornos deben ser voluntarios y seguros, también advierte sobre los riesgos de retorno en condiciones adversas, particularmente para las mujeres.

Particularmente en el caso de Afganistán, para las mujeres y niñas, los retornos son especialmente difíciles, ya que regresan a un entorno donde sus derechos básicos, incluido el derecho a la educación, a la libertad de movimiento y de expresión, están siendo vulnerados.

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