La reina Máxima de los Países Bajos ha protagonizado un momento inesperado que se ha extendido por las redes sociales y desatado las risas de los usuarios. Ocurrió durante la recepción oficial que tuvo lugar este miércoles en La Haya, donde los Reyes de Países Bajos recibieron a Donald Trump. Como es habitual en este tipo de actos, las cámaras y periodistas estaban presentes para inmortalizar cada instante. Sin embargo, nadie podía prever que la reina dejaría de lado el protocolo por un breve, pero llamativo, gesto.
Mientras el rey Guillermo Alejandro y Donald Trump intercambiaban sonrisas y palabras frente a los medios, Máxima, situada junto a ellos, realizó una mueca que no ha pasado desapercibida. Justo después de que el monarca preguntara al líder estadounidense cómo había dormido tras su estancia en el Palacio Huis ten Bosch, la Reina giró levemente el rostro y, en lo que muchos interpretaron como una burla, imitó el peculiar modo de hablar de Trump, gesticulando de forma exagerada con la boca.
Queen Maxima mimicking Trump's mouth movements really got me pic.twitter.com/hCjVB9IIj0
— Polling USA (@USA_Polling) June 25, 2025
La reina Máxima, nacida en Argentina y casada desde hace más de dos décadas con el entonces heredero al trono, siempre ha sido conocida por su naturalidad, su cercanía y su sonrisa habitual. También por su estilo llamativo y por algunos de sus ‘outfits’ que a veces sorprenden por su atrevimiento -como el mono verde lima que lució en la cena que la Casa Real organizó para los mandatarios, y que ha causado furor en las revistas de estilo-. Sin embargo, pese a esa imagen desenfadada, no deja de resultar llamativo que una figura acostumbrada al protocolo incurra en un gesto que algunos califican de inapropiado, sobre todo en el contexto de una visita oficial con fuertes implicaciones diplomáticas.

No obstante, las críticas han sido menores en comparación con la oleada de apoyo y humor que ha generado la escena. Mientras tanto, Trump, ajeno al revuelo mediático que desató el gesto, se mostró muy elogioso tras el encuentro. En sus redes sociales escribió que los Reyes eran “personas hermosas y espectaculares” y aprovechó para ensalzar a los Países Bajos.

Cabe recordar que Trump pasó la noche anterior en el Palacio Huis ten Bosch como invitado del Rey y asistió también a una cena de Estado donde tuvo ocasión de conocer a la Princesa Amalia. La mañana siguiente, compartió un desayuno con el matrimonio real antes de continuar con su agenda.
No es ningún secreto que Trump siente debilidad por el ambiente palaciego y por el trato distinguido que acompaña a este tipo de visitas oficiales. Su llegada a la cena de Estado fue un ejemplo más de esa escenografía que tanto le gusta. El presidente hizo su entrada a bordo de “La Bestia”, su imponente vehículo blindado que suele acompañarle. Trump fue el último de los mandatarios invitados en llegar a la cena.
LuckyTV – Donald J. Trump ontmoet Maxima 😂 @raymondmens pic.twitter.com/GL3bVYgWpc
— DisneyParksNews (@DisneyFan1835) June 25, 2025
Tras su entrada, las puertas del palacio se cerraron, marcando así el inicio oficial de la velada. La familia real neerlandesa, le recibió a la entrada del edificio. Fue entonces cuando se produjo otro gesto que llamó la atención de los presentes: Máxima, en un movimiento que parecía una reverencia exagerada, saludó al presidente con una inclinación nada protocolaria. La Reina, conocida por su simpatía y expresividad, mantuvo una amplia sonrisa mientras realizaba el gesto, lo que hizo que más de un asistente se preguntara si aquella reverencia había sido un gesto amable… o si, quizás, encerraba un matiz de humor irónico.