Narges Mohammadi, activista de derechos humanos y ganadora del Premio Nobel de la Paz, fue “violentamente arrestada” en Irán e ingresada en un hospital la semana pasada, según explicó su familia. El domingo, la mujer de 53 años avisó por teléfono que fue ingresada de urgencia tras “ser atacada por agentes de paisano en la cabeza y en el cuello”, según informó la Fundación Narges.
Como de costumbre en estos casos de represión, el régimen iraní evitó pronunciarse al respecto, aunque las autoridades aclararon que fue detenida por realizar “afirmaciones provocativas” durante un acto conmemorativo en la ciudad de Mashad. La Fundación Narges, junto a familiares y abogados, realizaron una rueda de prensa de urgencia desde París este martes, en la que participó Artículo14.
Los peores temores se confirman
Hamidreza Mohammadi, hermano de Narges, explicó desde Oslo la urgencia de la situación. Tras incidir en la dificultad de obtener información sobre su hermana, remarcó que “estábamos preocupados por su salud. Al cabo de unos días, Narges consiguió llamar a mi hermano en Irán. Y se encontraba en muy mal estado. Físicamente había sido agredida. Al principio no lo sabíamos, pero se ha confirmado que la Policía la golpeó con porras en la cara, la cabeza y el cuello. Tiene moratones en el cuello y la cara”.

Mohammadi, vicepresidente del Centro de Defensa de los Derechos Humanos en Irán, ganó el Premio Nobel en 2023 por su activismo contra la opresión femenina en el país. En total, ha pasado más de 10 años en prisión. Desde 2024, afronta una pena de cárcel bajo acusación de “realizar actos de propaganda contra el estado” y “choques con la seguridad estatal”, algo que ella denegó. En 2024, fue liberada de la prisión de Evin -reconocida por su duro trato a disidentes- por razones médicas.
Falta de información sobre la premio Nobel
“Mi hermano ha intentado convencerlos de que acepten que un médico independiente la examine para asegurarse de que no ha sufrido ninguna hemorragia interna en la cabeza o en cualquier otro órgano. Pero no han aceptado ningún examen médico. Por ahora, tenemos muy poca información sobre su estado de salud. Y estamos muy preocupados por cómo la retienen, dónde la retienen y cómo la tratan”, prosiguió su hermano Hamidreza.

Tras la “brutal interrupción” por parte del régimen de la rueda de prensa en Mashad, en un acto de homenaje a Khosrow Alikordi (otro activista que fue hallado muerto a principios de mes), se constató que más personas fueron arrestadas violentamente. “Mashhad tiene unas circunstancias especiales. El imán que lidera la oración del viernes es un extremista. Aunque saben que Narges ha sido sometida a varias operaciones de médula y corazón, fue brutalmente agredida y detenida”, incidió el hermano desde Oslo.
Amenazas de muerte
“Enfatizó que ni siquiera sabe qué autoridad de seguridad la tiene detenida y que no se le ha dado ninguna explicación al respecto. Su estado físico al momento de la llamada no era bueno y parecía estar mal, añadió. Entre otras, también se la acusa de “cooperación con el gobierno de Israel”, y se la amenazó con que su madre pronto lamentaría su muerte.
Dos activistas más, Sepideh Gholian y Pouran Nazemi, también fueron brutalmente apaleados. Según Hasan Hematifar, fiscal de la región de Mashad, 39 personas fueron arrestadas durante el evento. El fiscal alegó que Mohammadi y el hermano del difunto Khosrow Alikordi, Javad, animaron “a cantar eslóganes prohibidos” y fomentaron la “disrupción de la paz”.
El Comité del Nobel protestó el viernes por el “brutal arresto” y exigió a las autoridades iraníes que “aseguren la seguridad y la integridad de Mohammadi, así como su liberación sin condiciones”. Decenas de activistas proderechos humanos iraníes consideraron lo ocurrido en el memorial de Alikordi como “un duro recuerdo del preocupante estado de la libertad y la seguridad y, por consecuencia, de la ineficiencia y la falta de responsabilidad de las autoridades en el Irán actual”.
“Nuestra primera demanda es que se libere a todas las personas que asistieron al memorial, especialmente a Narges. Cuando hicimos la llamada, estaba claro que no se encontraba bien. Exigimos que su hermano en Irán pueda reunirse con ella y asegurarse de que no está herida, de que no le han hecho daño”, reclamó Hamidreza Mohammadi a la prensa internacional. Y concluyó: “Participar en un funeral es un derecho de todo ser humano. Nadie debería ser detenido por llorar la muerte de alguien”.


