Tailandia se enfrenta a una nueva crisis política tras la filtración de una conversación telefónica entre la primera ministra Paetongtarn Shinawatra y el exlíder camboyano Hun Sen. La llamada, de 17 minutos y ocurrida el 15 de junio, fue difundida públicamente por Hun Sen en su página oficial de Facebook, generando una tormenta política en Bangkok y un deterioro grave de las relaciones diplomáticas con Camboya.
El contenido del audio reveló comentarios comprometidos por parte de la mandataria tailandesa, quien se refirió a Hun Sen como “tío” y criticó a su propio Ejército tras un reciente enfrentamiento en la frontera que resultó en la muerte de un soldado camboyano. Estas declaraciones generaron una ola de indignación en Tailandia, donde diversos sectores acusaron a Paetongtarn de socavar el interés nacional y mostrar una deferencia inapropiada hacia un líder extranjero.
La salida de la primera ministra “es cuestión de tiempo”
“Paetongtarn comprometió su posición como primera ministra y dañó los intereses nacionales de Tailandia al rendirse ante Hun Sen,” declaró Thitinan Pongsudhirak, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Chulalongkorn. Según el académico, la salida de la primera ministra “es cuestión de tiempo” y podría enfrentar cargos adicionales.
El impacto político de la filtración fue inmediato. El Bhumjaithai, segundo partido más grande de la coalición gobernante, anunció su retiro de la alianza este mismo miércoles, debilitando considerablemente la estabilidad parlamentaria del Gobierno. Si más socios deciden abandonar la coalición, el Partido Pheu Thai, liderado por Paetongtarn, perdería la mayoría en el Parlamento, situación que podría forzar la retirada de la primera ministra.

“Si quiere algo, solo dígamelo y yo me encargo“
La conversación, confirmada como auténtica por ambas partes, también reveló la intención de Paetongtarn de manejar personalmente la relación con Camboya: “Si quiere algo, solo dígamelo y yo me encargo,” le dijo a Hun Sen. Además, criticó a un comandante militar tailandés por buscar protagonismo: “Ese lado quiere parecer ‘guay’, dirán cosas que no benefician a la nación.”
Estas palabras no solo irritaron a los militares, sino que también alimentaron las protestas en ambos países. En Camboya, miles de ciudadanos participaron en una manifestación en apoyo a su gobierno y fuerzas armadas. Mientras tanto, en Bangkok, manifestantes antigubernamentales se congregaron frente a la Casa de Gobierno este jueves, exigiendo la renuncia inmediata de Paetongtarn.

Conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya
Tailandia no está en su mejor momento: enfrenta una economía debilitada, difíciles negociaciones comerciales con Estados Unidos y ahora, una escalada diplomática con su vecino. El conflicto fronterizo, que estalló con fuerza tras la muerte del soldado camboyano en mayo, ha llevado a ambos países a adoptar medidas punitivas mutuas.
Tailandia tomó el control de los puntos de cruce fronterizos, impuso restricciones al movimiento entre ambos países y amenazó con cortar el suministro de electricidad e internet a las localidades camboyanas limítrofes. Por su parte, Camboya respondió con la suspensión de importaciones de frutas y verduras tailandesas, así como la prohibición de programas de televisión y películas tailandesas.

Además, Camboya presentó una solicitud ante la Corte Internacional de Justicia para resolver la disputa territorial, aunque Tailandia no reconoce la jurisdicción del tribunal en esta materia. La disputa, que incluye templos antiguos y áreas mal delimitadas desde la época colonial francesa, ya había causado enfrentamientos armados en el pasado.
“Táctica de negociación” desde Tailandia
Paetongtarn, que asumió el cargo en agosto de 2024 tras la destitución de su antecesor Srettha Thavisin, es la primera ministra más joven en la historia del país y la segunda mujer en ocupar el cargo, después de su tía Yingluck Shinawatra. Hija del ex primer ministro Thaksin Shinawatra —íntimo aliado de Hun Sen—, Paetongtarn representa una dinastía política en Tailandia.

En la rueda de prensa del 19 de junio, la mandataria intentó minimizar el impacto de sus declaraciones. Afirmó que sus palabras fueron parte de una “táctica de negociación” y que la llamada “no debería haberse hecho pública”. Agregó: “Entiendo ahora que esto nunca fue una negociación real. Fue teatro político. Publicar esta llamada… no es la manera en que debe hacerse la diplomacia”.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores tailandés calificó la filtración como “una violación de la etiqueta diplomática” y expresó su “profunda decepción”. En una nota dirigida al embajador camboyano, advirtió que el incidente “afectará gravemente los esfuerzos en curso por resolver el problema de buena fe.”

Paetongtarn ha asegurado que no volverá a mantener conversaciones privadas con Hun Sen. Pero con la presión política y social aumentando, su futuro como líder de Tailandia pende de un hilo.