“Un accidente evitable”

67 personas han fallecido en el choque entre un avión de pasajeros y un helicóptero militar en el que es ya el accidente aéreo más mortífero en Estados Unidos en casi 24 años

Un vuelo de American Eagle despega del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington frente a los restos de un avión comercial que chocó con un helicóptero militar, en Arlington, Virginia, EE. UU., el 30 de enero de 2025. EFE/EPA/JIM LO SCALZO

Un plácido vuelo 5342 de la compañía American Airlines entre las ciudades de Wichita, en Kansas, y la capital de Estados Unidos Washington DC terminó en tragedia cuando el avión colisionó con un helicóptero militar por causas que se desconocen.

Entre las autoridades hay una sensación de desconcierto sobre lo ocurrido mientras repiten la promesa de descubrir lo antes posible qué salió mal y, lo más importante, conseguir recuperar los cuerpos de todos los que murieron en un campo de escombros que se ensancha a lo largo del río Potomac. A muchos cientos de kilómetros de distancia, en el corazón de Estados Unidos, en la ciudad de Wichita, en Kansas, donde despegó el avión, la sensación de pérdida es profunda e incomprensible. En una conferencia de prensa, el alcalde habló en nombre de todos al decir que “el dolor es compartido por cada uno de los estadounidenses”. Se da en Wichita una trágica coincidencia, al ser reconocida como ‘la capital aérea del mundo’ por su larga y orgullosa historia de fabricación de aviones además del hogar de Boeing, Cessna y Learjet.

El aeropuerto Reagan National, que sirve a Washington DC, atiende principalmente vuelos nacionales de todo Estados Unidos y se encuentra a orillas del río Potomac, a menos de dos kilómetros al sur de la ciudad. Los aviones despegan y aterrizan habitualmente siguiendo la línea del río. Los cielos sobre DC congestionados de aviones también lo están de helicópteros, pero existen procedimientos de control de tráfico aéreo complejos y bien ensayados junto con rutas de vuelo diseñadas de forma separada para vuelos comerciales y para helicópteros militares. Según admiten los expertos, los helicópteros están obligados a volar más bajo que los aviones a lo largo del curso del río para evitar la ruta de los vuelos comerciales. El hecho de que una colisión suceda en una zona de vuelo tan vigilada debido a la presencia de lugares sensibles como la Casa Blanca, el Capitolio y el Pentágono ha puesto en evidencia al sistema de seguridad de controladores aéreos norteamericano. Según el recién nombrado secretario de Transporte, Sean Duffy: “el accidente fue absolutamente evitable” y cuando se le preguntó si el avión sabía que había un helicóptero en el área, Duffy respondió: “Yo diría que el helicóptero sabía que había un avión en el área”.

Un mapa publicado por la Administración Federal de Aviación, que gestiona el espacio aéreo estadounidense, aconseja a los helicópteros que vuelan al este del aeropuerto a lo largo del río Potomac mantenerse por debajo de los 200 pies. Sin embargo, los datos de seguimiento del vuelo muestran cómo el helicóptero militar había ascendido rápidamente a 300 pies antes del accidente, 100 pies por encima de la altitud recomendada. A las 20.30 hora local, unos minutos antes de lo previsto, había comenzado su aproximación al aterrizaje el vuelo de American Airlines, habiendo descendido normalmente desde 37.000 pies a menos de 10.000 pies.

A las 20.40 horas el helicóptero militar, un H-60 Black Hawk con tres soldados a bordo volaba a 900 pies de altura y se acercaba al aeropuerto desde el noroeste como parte de un ejercicio de entrenamiento. En ese momento, el avión se encontraba a 49 kilómetros de distancia, después de haber dado la vuelta para acercarse desde el sur a más de 4.000 pies. A las 20.46 horas, al avión y al helicóptero les separaban sólo 10 kilómetros de distancia. El helicóptero volaba a una altitud de 350 pies y una velocidad de 130 kilómetros por hora cuando se estrelló contra el avión.

Se espera que la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte y el FBI se hagan cargo de la investigación del accidente mientras las autoridades intentan limpiar el campo de escombros y completar los esfuerzos de recuperación.

Las víctimas del accidente

Las autoridades dijeron que no esperan encontrar sobrevivientes entre las 64 personas a bordo del vuelo de American Airlines ni entre los 3 militares que estaban en el helicóptero.

Entre los 60 pasajeros había un numeroso grupo de patinadores artísticos, sus padres y sus entrenadores que regresaban de un campamento organizado después del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico de Estados Unidos celebrado la semana pasada en Wichita. La organización de Patinaje Artístico de Estados Unidos en un comunicado confirmó que en el vuelo viajaban “varios miembros de la comunidad patinadora. Estamos devastados por esta tragedia indescriptible y tenemos a las familias de las víctimas en nuestros corazones”, dijo la organización. “Continuaremos monitoreando la situación y publicaremos más información a medida que esté disponible”.

Las autoridades rusas dijeron que dos de los pasajeros eran los ex medallistas de oro Evgenia Shishkova y Vadim Naumov quienes ganaron el título en el campeonato mundial de 1994 en Chiba, Japón. El Skating Club de Boston los incluye como entrenadores. Su hijo, Maxim Naumov, quedó cuarto en el campeonato de Wichita y pertenece al equipo de patinaje artístico de Estados Unidos. Los ex campeones mundiales rusos de patinaje artístico a bordo del avión de American Airlines que se estrelló contra un helicóptero Black Hawk sobre Washington le dijeron a su hijo que estaban “orgullosos” de él antes de la tragedia. Evgenia Shishkova, de 53 años, y Vadim Naumov, de 56, viajaban de regreso a DC en el vuelo 5342 después de asistir al Campeonato de Patinaje Artístico de Estados Unidos en Kansas. Su hijo, Maxim Naumov, de 23 años, voló con ellos a Wichita pero regresó el lunes a Boston. Evgenia y Vadim le dijeron a Maxim que estaban “orgullosos” de él después de que obtuviera el cuarto puesto en la competencia un par de días antes del accidente. “Estamos orgullosos de ti, Maxim”, escribió la pareja en una publicación en las redes sociales.

En total, catorce miembros del equipo de patinaje artístico de EE. UU. viajaban a bordo del vuelo siniestrado según confirmó el director ejecutivo del Skating Club de Boston, Doug Zeghibe. En ellos estaban las jóvenes promesas adolescentes Jinna Han y Spencer Lane, de 16 años. La leyenda del patinaje Nancy Kerrigan habló desde el club de Boston el jueves, donde calificó el accidente como una “tragedia” y dijo que había estado despierta toda la noche viendo la cobertura de noticias: “Cuando conoces a la gente el golpe es mucho mayor”.

Timothy Lilley, padre de Samuel Lilley, de 28 años, admitió que su hijo era uno de los pilotos del avión de American Airlines. Lilley dijo que su hijo, el primer oficial del vuelo, tenía pensado casarse el próximo otoño. El capitán del vuelo era Jonathan Campos, originario de Florida. Había empezado a trabajar como Capitán de American Airlines en el 2022.

¿Cuál fue el accidente aéreo más mortífero de la historia?

Hasta la fecha, España cuenta con el desastre aéreo más mortífero de la historia. Fue un accidente que se produjo el 27 de marzo de 1977, cuando dos Boeing 747 chocaron en la pista del aeropuerto de Los Rodeos, ahora Aeropuerto de Tenerife Norte, en las Islas Canarias. El accidente provocó 583 muertes.

En Estados Unidos, el siniestro en Washington DC es el primer accidente fatal de un avión comercial en los EE. UU. desde 2009, cuando un avión de hélice Bombardier DHC-8 se estrelló cerca de Buffalo, Nueva York. El incidente mató a 45 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación.

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