Ya llego . El día esperado… Se acabó la cuenta atrás… Cuatro años (que en este caso fueron tres) desde que se apagó la llama olímpica del estadio de Tokio… Después de aquellos juegos raros sin público, sin familiares emocionados y frustrados por no poder viajar, pasamos a una innovadora ceremonia que por primera vez recorrerá una parte de la ciudad anfitriona París.
Parece que hasta los Juegos Olímpicos se han unido a la fiebre de vivirlo todo, de las experiencias, de probar, de no dejarse nada y buscar las emociones de la vida… que la Covid nos mostró lo pequeños y diría indefensos que somos y nos empujó a salir de nuestras cuatro paredes.
Ante esta propuesta tengo sentimientos encontrados. Creo que el desfile en el estadio, ¡es lo más! Esa emoción desatada, esos nervios, esa comunión con los otros deportistas, con tu equipo y tu bandera. Ese rugido en el túnel… Esa vuelta única llena de sonrisas flashes y aplausos.
Recuerdo en ese túnel a nuestro Rey, entonces príncipe Asturias y regatista, el gran abanderado de Barcelona 92. También recuerdo como antes de salir nos jaleaba pegando golpes al suelo con el palo de la bandera, tan nervioso como los demás, después de la larga espera en el Palau Sant Jordi hasta que le tocó el turno a España, la última en desfilar por ser la anfitriona.
Con aquel uniforme tan vistoso rojo y amarillo, que incluía para las mujeres bolso, guantes y zapatos con tacones que no nos atrevimos a usar por miedo a las rozaduras. Con la sonrisa disecada y buscando las afortunadas caras de aquellos conocidos que hubieran conseguido entrada para la ceremonia de inauguración. Misión imposible que tampoco importo mucho porque todo el Estadio de Montjuic se convirtió en una inmensa familia acogiendo a sus héroes . Siempre pensé en ello tiempo después cuando veía las grandes películas de romanos, con sus infinitos y más ordenados desfiles y espectáculos.
Pero volviendo a la actualidad, sin duda este próximo y novedoso desfile de seis kilómetros por el Sena va a ser espectacular, el primero de los muchos recuerdos memorables para los deportistas, y no solo para ellos. Imagino una multitud de bateaux mouches con las banderas de las delegaciones que disfrutarán en una noche mágica de los maravillosos monumentos parisinos y del aplauso de los 300.000 espectadores en sus orillas. Se conseguirá con esta propuesta la popularización de un evento que lleva tiempo buscando adaptarse a los nuevos tiempos, acercarse a la gente, ser más fresco, más cercano y menos elitista.
Hay deportistas que no podrán vivir esa experiencia. O llegan más tarde por su calendario, o compiten al día siguiente … algo realmente incompatible con el cansancio del desfile, con estar mucho rato de pie y cenar fuera de horario. Quizás esta opción navegable sea menos agotadora.
Incluso nuestra abanderada por méritos de palmarés y numero de participaciones Maialen Chorrault ha tenido que renunciar por una cuestión de calendario… Aunque obviamente con Tamara Echegoyen, siguiente en el ranking y Marcus Cooper estamos como siempre, muy bien representados.
Para todos es un enorme orgullo encabezar a la delegación española, pero la responsabilidad y el profesionalismo se abren paso, todo por no arruinar la competición a la que tanto tiempo, diría años han dedicado.
Pero se me ocurren otras “desventajas “de este modelo como el enorme reto de seguridad que supone para la organización. Será difícil ver el efecto de los uniformes de los países, algunos tan peculiares como representativos, reconocer a los deportistas más internacionalmente famosos, e incluso la posibilidad que se presenta, al estar todos dentro del estadio, de compartir confidencias y hacerse fotos con unos y otros.
Tras el desfile y el emocionante encendido del pebetero, cuando desciendan en Trocadero de esos 205 barcos, ya solo quedará cuidar todos los detalles para dar lo máximo, ¡para que ese día en el que da comienzo la competición, esté todo perfecto!
!Por fin empieza Paris 2024¡ Las primeras olimpiadas que después 128 años proponen la paridad de género completa en el terreno de juego.
¡Suerte España! Estos 16 días estaremos vibrando con las 192 mujeres y 190 hombres que componen el Equipo Olímpico Español.