Opinión

Y a ti, ¿qué te hace sentirte una diva?

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Aunque la mayoría de las mujeres no nos dedicamos al mundo del espectáculo y la palabra “diva” se refiere, precisamente, a las cantantes y artistas famosas, la canción que nos representa este año en Eurovisión habla de las aquellas cosas que nos hacen sentir fuertes y poderosas. Probablemente, cada mujer tendrá las suyas e irán cambiando con el tiempo, lo que es seguro es que ninguna dependerá de la aprobación de otras personas. El poder tiene que ver con la independencia y la autonomía. Necesitar la validación externa lejos de empoderarnos, nos debilita. Estas son algunas de las experiencias que muchas de nosotras relacionamos con esa sensación de estar más arriba en las escaleras de la vida.

Aprender algo nuevo

Cada vez que aprendemos a hablar un idioma, a practicar algún deporte o alguna técnica de cocina nuestro cerebro libera dopamina, que está relacionada con el placer y la recompensa. Varios estudios coinciden en que aprender rebaja el estrés, así que, ver una charla TED puede ser una fórmula rápida y efectiva para sentirnos bien. El conocimiento está relacionado con la capacidad para resolver cosas, y eso siempre nos confiere seguridad y autonomía. Cuando estamos aprendiendo nuestro cerebro crea nuevos patrones neuronales que a su vez generan nuevas conexiones, aumentando todas nuestras capacidades. Nivel diva-súper-heroína.

Vivir sola

La primera vez, la soledad puede parecernos un castigo, pero ser dueñas de nuestro propio espacio y tiempo es una experiencia inigualable. Las mujeres hemos sido socializadas para agradar a los demás y solemos anteponer sus necesidades a las nuestras. Disponer de tiempo para escucharnos, conocernos y saber lo que queremos, es una de las sensaciones más satisfactorias. Viviendo sola descubrirás que puedes valerte por ti misma, un aprendizaje fundamental para que cuando alguna relación se rompa sufras mucho menos y no tengas miedo a la etapa que se abre.

Decir no

Pocas palabras hay más poderosas que “no” y es difícil pronunciarla sin derrumbarse. La mayoría de las veces accedemos a lo que nos piden por miedo a caer mal, a perder amistades o porque queremos cuidar a todo el mundo. Pero decir “no” también es aprender a cuidarnos a nosotras mismas anteponiendo nuestras necesidades Si alguna vez decimos que no, lo acompañamos de mil explicaciones. El nivel máster de la negación es hacerlo a pelo, sin excusas ni argumentos. Un simple “gracias” acompañado de una sonrisa. No puede ser más potente la sensación.

Crear

Las mujeres somos creadoras por naturaleza. Llevamos en nuestro vientre a las criaturas y las alimentamos para que crezcan. Esa capacidad de crear no se limita solo a nuestros hijos e hijas, también podemos usar nuestra fuerza creadora para escribir canciones o poemas, diseñar puentes, poner en marcha negocios, hacer la decoración de una mesa y hasta encontrar la solución a un problema. La creatividad es una forma de expresar emociones y liberar tensiones. A través de ella fortalecemos la confianza en nuestras habilidades y valía.

El dinero

Ya lo decía Concha Piqué “Si no gano dinero, no me divierto”. Hacer actividades que nos entretengan es muy placentero, pero irnos a la cama sabiendo que tenemos unos cuantos euros en la cuenta, nos da una sensación de seguridad y de autonomía que rejuvenece más que cualquier rutina de belleza. Tener dinero implica disponer de tiempo, y eso nos permite hacer todas las cosas que queremos: decir que no, aprender cosas nuevas, vivir solas y tener tiempo para crear. Es símbolo de éxito y mejora nuestra autoestima. El dinero es un must have en el armario de la felicidad.

Comprometerse con algo

Muchas personas creen que su vida ideal es estar siempre de vacaciones. Pero quedarse en un lugar y comprometerse con algo también da satisfacciones. Ese algo puede ser un proyecto, una relación, el cuidado de un ser vivo, una causa… Pensar en el largo plazo nos proporciona estabilidad que también es una forma de felicidad. La responsabilidad es motivadora, ya que el crecimiento de nuestro proyecto o relación depende de nuestra implicación día a día. Mientras otras cosas desaparecen, nuestro proyecto se queda. Ver cómo crece y recoger sus frutos es de las sensaciones más plenas.

Y a vosotras, ¿qué os hace sentiros poderosas?