El “caso Salazar” parecía que iba ser un “trágala” temporal para el Ejecutivo de Sánchez, un nuevo lastre para la imagen feminista del partido que la actualidad del nuevo curso político podía tapar. No ha sido así. Las denuncias de mujeres trabajadoras en Moncloa a las órdenes de Salazar, y que acusaban al ex asesor de Sánchez de acosarlas, han vuelto al foco informativo, tras cuatro meses de silencio en las investigaciones, a raíz de publicar eldiario.es la desaparición de los expedientes dentro de los canales internos del PSOE.
Alarma en Ferraz tras la desaparición de las denuncias
Una alarma que desde Ferraz se trató de solventar con la explicación de que se debía a un error informático, pero se puntualizó que la investigación sigue en marcha, tal y como se trasladó a este medio después de la publicación en exclusiva de una comida mantenida entre la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, con quien iba a ser nombrado adjunto a Rebeca Torró, secretaria de organización del partido socialista.

Alegría, durante su comparecencia ante los medios tras el Consejo de Ministros, ha afirmado que en Moncloa no hay registrada ninguna denuncia, y pasa así la pelota a Ferraz, alejando el foco de Presidencia, pese a que los presuntos casos de acoso se produjeron cuando él era Director General de Análisis y Estudios en Presidencia. La ministra, que se limitó a explicar que la comida con Salazar a principios de noviembre se ceñía al “ámbito personal” con una persona que conoce “desde hace muchos años” y a la que no veía “desde hace casi medio año”, ha calificado de “vomitivas” las aportaciones de las víctimas en sus denuncias. En ellas, las mujeres arrojan duras declaraciones como estas: “Se subía la bragueta en tu cara, escenificaba felaciones y pedía vernos el escote”.
Fuentes de Ferraz en conversación con este medio afirmaron que el sistema es “muy garantista”, que había registradas dos denuncias y que no habrá informaciones hasta que se esclarezcan los hechos y las conclusiones se transmitan a las partes.

Pese a que se asegura que la privacidad de las víctimas se garantiza, y que “un órgano independiente” es el encargado de realizar las diligencias, la explicación de a por qué hay apenas dos denuncias registradas según Ferraz podría fundamentarse en que las mujeres tienen miedo a hablar.
El temor de las denunciantes
Algunos testimonios de Moncloa afirman que denunciar es quedarse “marcada”. La explicación se sustenta en que, a diferencia de otras compañías, no es una empresa externa la que desarrolla las investigaciones.
La investigación corre a cuenta de la asesoría confidencial. El informe elaborado se remite a las partes y a Recursos Humanos. La persona titular de la Subdirección General de Recursos Humanos o la persona titular de la Abogacía General del Estado “resolverá lo que proceda”. Y es en este punto cuando se abre la duda de que se pueda guardar la imparcialidad de criterio, ya que si se está en desacuerdo con el informe, habrá un plazo de 10 días para presentar alegaciones, y el comité de asesoramiento lo integrarán miembros de Presidencia y de la Abogacía General del Estado. “¿Cómo se puede garantizar que no acabemos vendidas? ¿Y si la persona que denuncias es amiga del que lo juzga?“, se preguntan. Es por este motivo que las víctimas desconfían de que se mantenga su confidencialidad.

El PSOE niega cualquier vinculación actual con Salazar
Desde el partido responden a algunas publicaciones en las que se afirma que Salazar seguiría actuando como asesor para dejar claro: “No tiene ninguna vinculación con el partido”, aseguran. “No está contratado ni nada similar por el partido”.
Paco Salazar ya no es militante, pero desde el partido quieren lanzar un mensaje de tranquilidad, ya que argumentan que no significa que la investigación se vaya a paralizar. Cuatro meses han pasado desde que el 28 de julio se registrara la primera denuncia y, de momento, la única novedad es la comida que mantuvo con la ministra Alegría a principios de noviembre. “Escuchar a una persona no significa avalar ningún comportamiento”, aseveraron fuentes de Moncloa. Incluso, sostuvieron que el hecho de que la comida se produzca en un restaurante de un lugar céntrico de Madrid, en lugar de en un reservado, explicaba la “parte inocente de dicho encuentro”.



