Gobierno y oposición siguen más lejos que nunca. Ni en el día de la Constitución PSOE y PP han acercado posturas, sino todo lo contrario. Es significativo que ni Pedro Sánchez ni Alberto Núñez Feijóo se hayan saludado en el acto por el 47 aniversario de la Constitución celebrado en el Congreso. Todo eso, a pesar de compartir la misma sala.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha arremetido contra el PP por defender, a su juicio, un modelo sanitario basado en las privatizaciones y contrario a la Carta Magna, mientras que el presidente de la oposición ha censurado que Pedro Sánchez protagonice el “mayor ataque a los valores constitucionales” en los 47 años de historia del texto marco. Sánchez ha acusado al PP de ser “nostálgico de la dictadura franquista o herederos de ella o de pactar con esos nostálgicos”.
De fondo, los ecos de una moción de censura, a día de hoy imposible, también han estado presentes en los corrillos en el Congreso de los Diputados. En un momento de parálisis legislativa, el presidente del PP, que hace una semana se abría a explorar una moción de censura contra Pedro Sánchez, ahora pone distancia con el partido de Carles Puigdemont. “Junts ha sido un kleenex toda la legislatura. ¿Y qué tiene? Nervios y una ruptura con su electorado. Ha hecho un negocio ruinoso“, ha reflexionado el líder de la oposición en conversación informal con los medios de comunicación.
Para Feijóo, el Gobierno se encuentra jugando “con los tiempos” del regreso de Puigdemont a España, para su beneficio, en referencia a esperanza de Moncloa de recuperar el favor de Junts cuando el Tribunal Constitucional resuelva la amnistía.
La distancia con Junts parece real y es que, según Feijóo, en estos momentos no están sucediéndose contactos con Junts. De hecho, ahora mismo, el presidente popular apuesta por una moción de censura “sólida”. El otro escenario, presentarla aun a riesgo de perderla -como pide un sector del partido- sería “hacer el ridículo”.



