La ojeriza de VOX hacia la candidata popular en Extremadura, María Guardiola, no es una cuestión meramente política. Va más allá, es algo personal. La relación empezó ya torcida cuando -durante las negociaciones tras las elecciones del 2023- Guardiola atacó al partido de Santiago Abascal para distinguirse de ellos. En VOX la culpan de ser una de las responsables de que Sánchez siga en la Moncloa: “Se dedicó a demonizar a VOX en el 23 y eso llevó a movilización de la izquierda”.
La realidad es que en la cúpula de la formación no lo ha olvidado y enfrentan las elecciones del próximo 21 de diciembre con ánimo de saldar viejas cuentas. VOX va a máximos en Extremadura y no van de farol. Son tan predecibles como rencorosos.
Así, Abascal ya ha empezado a deslizar la idea de que quizá la única forma de desbloquear la gobernabilidad en Extremadura sea pedir al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que cambie de candidato: “Si la señora Guardiola no es capaz de alcanzar un acuerdo con VOX que suponga un cambio de rumbo, pues el PP tendrá que decidir si pone a otro candidato”.
Por su parte, la presidenta de la Junta y candidata del PP a la reelección, María Guardiola, rechazaba las presiones de VOX para forzar un acuerdo postelectoral, acusando a Abascal de lanzar mensajes “machistas”. “Ese tufo machista de Abascal lo podía dejar en su casa. No paso por el aro de lo que quiera, igual me tienen un poquito de miedo. Yo no tengo miedo ninguno”, sentenciaba la popular.
Por su parte, Feijóo también quiso responder a Abascal: “Somos un partido de Estado y nuestros candidatos no son marionetas. No sé cómo se llama el candidato de VOX, pero ha sido puesto desde Madrid y no desde Extremadura”. Como si a Guardiola no la hubiesen elegido desde Génova 13.
Abascal se instala en Extremadura
Lo que estamos viendo es un paso importante en la estrategia de ataque de VOX. Nunca antes habían propuesto algo similar en ningún otro territorio. Los últimos sondeos reflejan que Guardiola ganaría las elecciones, pero que seguirá dependiendo de VOX. De hecho, el partido más beneficiado en estos comicios sería el de Abascal, que podría duplicar sus escaños actuales.
El presidente de VOX no es ajeno a estos datos y huele a éxito electoral. Huele el pelotazo que pueden dar con la puerta que les ha abierto Guardiola con este adelanto electoral. Por ello, lleva tres semanas instalado en Extremadura. Se está recorriendo el territorio y volcándose con la organización. Es una campaña que recuerda a las que él realizaba en 2019, incluso con dos actos diarios. Abascal sabe que él es el mejor cabeza cartel para los suyos.
Este repentino entusiasmo de Abascal por Extremadura también ha sido criticado por Guardiola: “Cuando acabe esta campaña, a partir del 22 de diciembre, no vamos a volver a verlo”.
Un escenario endiablado
En este punto -con un PSOE que según las encuestas se hundiría- lo que está en juego en estas elecciones es si el PP sigue supeditado a VOX o si tiene manos libres para gobernar. Partiendo de la base de que el PP ganaría las elecciones, el partido de Abascal baraja ya varios escenarios.
Así -si Guardiola suma más que toda la izquierda- lo normal sería que saliera investida en segunda votación. Con una abstención de VOX que nunca va a estar en el lado de la izquierda. Saldría en el segundo intento porque no se espera que la candidata popular haga un discurso comprando todos los marcos de VOX. Algo que sí han hecho otros barones populares.
El problema aquí vendría poco después, en la negociación presupuestaria. Volvería a ocurrir el desencuentro que ha provocado este adelanto electoral. VOX no apoyaría las cuentas y habría una situación de bloqueo. En este punto, es cuando se pondría encima de la mesa la amenaza de pedir que el PP releve a Guardiola como candidata. Una amenaza que estaría desde el minuto uno si Guardiola no suma más que toda la izquierda junta.
Varias fuentes territoriales populares creen que el bloqueo podría desembocar en nuevos comicios. Otra repetición electoral. Desde Génova ya avanzan que el escenario de cambiar de candidato no se contempla. Tampoco Feijóo podría permitírselo.
Azcón convocaría antes de Navidad
Este escenario nada halagüeño está despertando cierta preocupación en otras autonomías del PP que también tienen elecciones en 2026. Aragón, Castilla y León y Andalucía miran de reojo como se está desarrollando la campaña extremeña. Lo que está claro es que lo ocurra allí tendrá un ‘efecto mariposa’ en el resto de comicios.
Algunas fuentes territoriales creen que Guardiola está cometiendo “el mismo error” que en el 2023 atacando a VOX: “Sería mejor que no entrase al trapo porque va a tener que depender de ellos”, reflexionan.
En cambio, dentro de la dirección del PP creen que VOX comete un “error” si plantea toda su campaña en si van a condicionar a Guardiola, o incluso hablar de sustituirla: “En VOX corren el riesgo de provocar el efecto Andalucía: que los socialistas acaben votando al PP para evitar la influencia de VOX”. Esto también es un deseo de la cúpula nacional.
Según fuentes populares, las próximas elecciones podrían ser las de Aragón. El presidente de la comunidad autónoma, Jorge Azcón, ha presentado esta semana sus presupuestos que serán negociados con VOX en los próximos días. Es la última bala antes de convocar elecciones. Si la negociación no sale y no hay cuentas, Azcón podría convocar antes de Navidad. Lo haría con la resaca de la victoria de Guardiola en Extremadura y Aragón iría a elecciones en el mes de febrero.
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