Cerco al PSOE

El PSOE toca fondo ante el goteo de “corruptos, puteros y machistas”

En el Gobierno sostienen que el partido podría resistir incluso a las cuatro derrotas del nuevo ciclo electoral que hoy auguran las encuestas. Yolanda Díaz se muestra incómoda, pero no hay riesgo de ruptura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sale a recibir al presidente de Palestina, Mahmoud Abbas, este miércoles en el Palacio de la Moncloa en Madrid.
EFE/ Borja Sánchez-Trillo

Entre el enfado y la depresión, con la incertidumbre sobre cuánto durará el goteo de escándalos siempre presente. El PSOE vive estos días instalado en el desánimo, “bastante más que en julio”, como reconoce un parlamentario. Entonces, con el estallido del caso Santos Cerdán, el presidente del Gobierno llegó a contemplar la opción de tirar la toalla.

Cinco meses después, en el Ejecutivo se esfuerzan por vender normalidad, aunque enmudecen cuando se les pregunta por sus planes de futuro más allá de “esperar” a que escampe. Se aferran a la idea de que en 10 días el parón navideño contribuirá a la calma.

Pedro Sánchez  y los ministros acuden a actos públicos y defienden su gestión -el lunes está previsto que comparezca para hacer su balance legislativo de diciembre-, mientras afloran nuevas denuncias de supuesto acoso sexual y avanzan las investigaciones sobre la presunta corrupción de exdirigentes del PSOE.

El viernes, mientras se celebraba la reunión de Ferraz con las secretarias de Igualdad de las federaciones, Eldiario.es informó de un nuevo caso, y la titular de Igualdad en Galicia, Laura Fraga, presentó su dimisión. En el partido intentan poner el foco en que, abierta la veda, van a intentar eliminar cada ejemplo de acoso sexual de su organización. Saben que la herida es muy profunda, y nadie tiene certezas sobre cuándo dejará de sangrar.

“Cada vez hay más nombres pringados y por más razones, entre corruptos, puteros y machistas”, sintetiza un dirigente. Algunos niegan la sensación de “fin de ciclo” que  otros ya reconocen. Y la percepción de que Sánchez no tiene en mente ninguna jugada maestra para salir del agujero tampoco contribuye a que dejen de sonar las alarmas. Los nuevos casos generan nervios, y cada nuevo frente ahonda en la inquietud.

Paco Salazar; José Tomé; Antonio Navarro; Toni González; Javier Izquierdo; Francisco Luis Fernández… A la lista de nombres que han salido a la palestra por acusaciones de acoso, a las que han seguido varias dimisiones, se unen los de Santos Cerdán, José Luis Ábalos, Koldo García, y recientemente se han añadido los de Leire Díez, Vicente Fernández o Antxon Alonso, los tres últimos detenidos entre el miércoles y el jueves.

La lista de problemas con nombres y apellidos no ha dejado de crecer, también entre los vinculados a supuesta corrupción. No ayuda la imagen de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil personándose en dos ministerios para pedir información sobre la nueva pieza secreta que afecta a la fontanera del PSOE, que investiga la Audiencia Nacional.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
EFE/ Borja Sánchez-Trillo

No ven margen de actuación desde el Ejecutivo ni desde el Congreso

Las encuestas vaticinan malos resultados para el PSOE en las cuatro citas electorales del nuevo ciclo (Extremadura, Aragón, Castilla y León y Andalucía), pero desde el Consejo de Ministros piden no dar “por anticipados” los resultados.

Sostienen que el partido podría aguantar incluso si las tendencias de los sondeos se prueban en las urnas. “Vamos a salir a ganar”. Otras fuentes del Gobierno no ven qué más puede hacer el presidente desde La Moncloa, toda vez que los presuntos corruptos están fuera del Ejecutivo y del partido.

El Legislativo tampoco es un terreno fácil; el PP intenta aprovechar este goteo de malas noticias y reclama un pleno extraordinario sobre la corrupción, aunque no hay visos de que Sánchez lo acepte. La previsión es que la actividad en el Congreso de los Diputados no vuelva a velocidad de crucero hasta febrero. Opciones como desplegar un paquete ambicioso de medidas sociales, o centrado en la vivienda, se antojan complicadas: dependen de “juntar a Junts y Podemos”.

Leire Díez comparece en la comisión de investigación del caso Koldo, en el Senado.

Díaz pide una renovación del Gobierno; el PSOE la descarta

La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, que tardó cinco días en reaccionar a la parálisis del PSOE con el caso Salazar, sorprendió el viernes exigiendo a Sánchez “un cambio profundo” en el Gobierno. “Se acabaron las reflexiones y los cambios cosméticos. Toca actuar”, reclamó desde el plató de Al Rojo Vivo (La Sexta).

Moncloa reaccionó con prontitud: descartó este escenario y recordó que el propio Sánchez insistió hace una semana en que está “contento” con todos sus ministros. No quisieron hacer sangre, pero fuentes del Ejecutivo reconocieron que las palabras de Díaz no eran oportunas.

El partido de la vicepresidenta, Movimiento Sumar, insistió poco después en las ideas expuestas por Díaz en un correo electrónico a sus simpatizantes: “El Gobierno necesita un cambio profundo y valiente. No bastan retoques cosméticos ni gestos simbólicos”, afirmaron.

 

José Luis Ábalos junto a Francisco Salazar.
EFE/Javier Belver

Por un lado, consideraron “muy graves” las noticias que afectan al PSOE, y por otro defendieron las recetas por las que creen que tiene sentido seguir en el Ejecutivo, como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). “Reformular” el Gobierno -en julio Díaz se refirió a un “reseteo”, es necesario “para que el gobierno progresista continúe”, afirmaron.

Ni en el espacio de Sumar se contempla salir del Consejo de Ministros, ni en el ala socialista creen que esté sobre la mesa esta opción. La posición del socio minoritario se ha ido volviendo cada vez más incómoda, mientras otros aliados parlamentarios incrementaban sus reproches. Pero su margen de actuación es mínimo, y más a la vista del desplome que les auguran todas las encuestas.

La previsión, salvo que Sánchez vea posibilidades de sobrevivir a las urnas, es aguantar unos meses, hasta febrero o marzo. Se espera que entonces la Justicia ya haya decidido sobre el retorno de Carles Puigdemont a España, y por tanto que se haya disipado parte de la bruma que impide anticipar si queda algo de “agua” en la piscina de la legislatura.

Si los siete votos de Junts vuelven a estar a disposición de Sánchez. La duda, para algunos dirigentes socialistas, es si será posible aguantar durante tanto tiempo de no detenerse el flujo de escándalos.

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