Era el pleno más difícil para Pedro Sánchez. No contaba formalmente con el apoyo de ninguno de sus aliados ante el cerco por corrupción que le rodea, pero sabía también que no le abandonarán para evitar el ascenso de un Gobierno PP-Vox. Con avisos mediante de la totalidad de los aliados, Pedro Sánchez concluyó su comparecencia monográfica sobre la corrupción con una premisa: la de no “tirar la toalla”. El presidente se conjuró para aguantar y espera en los próximos meses recuperar la confianza de los partidos que le sostienen.
El presidente del Gobierno dejó en evidencia desde el primer minuto que no pensaba dimitir, ni someterse a una moción de confianza, como le habían llegado a reclamar en los últimos días desde Coalición Canaria y este miércoles en público el PNV. Y dejó constancia de que su intención era la de continuar al esbozar el plan de acción a partir de ahora. Un plan de reformas contra la corrupción que ha diseñado en la más estricta dicreción.
Solo Sumar conocía algunas de las medidas anunciadas. “Vengo a proponer medidas para que algo así no vuelva a suceder”, prometió desde primera hora, para después defender su integridad y limitar su responsabilidad ante los casos de corrupción que cercan al PSOE. “Yo soy un político limpio que lidera un partido ejemplar”, presumió.
Para cumplir con las exigencias de sus socios, el presidente del Gobierno ha anunciado un paquete de reformas con 15 medidas diseñadas en colaboración con la OCDE con el objetivo de evitar la corrupción, que ahora, durante el pleno, comprobará si es o no suficiente para cumplir con las exigencias de sus socios. “Voy a afrontar el problema de la corrupción y lo voy a hacer como en muchas de las otras crisis”, ha prometido.
Con estos mimbres, se subió a la tribuna del Congreso para prometer a los socios “estar a la altura”. El presidente del Gobierno reconoció que ha considerado la opción de dimitir durante este tiempo. “Me pareció lo más sencillo para mi familia”. Sin embargo, después de sus cinco días de reflexión, comprendió que “tirar la toalla nunca es una opción”. Así, el presidente ha querido dejar claro a los socios y a la oposición que no va a “tirar la toalla” y que va a continuar.
Limita su responsabilidad a confiar en Cerdán y Ábalos
Sánchez, eso sí, ha limitado su responsabilidad, al hecho de haber confiado en sus dos secretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán. “Subo con sensación de decepción conmigo mismo y con aquellos en quien nunca debí confiar”, ha asegurado. Ha querido asegurar, eso sí, que él es un “político limpio” y líder de un “partido ejemplar”. El presidente ha querido centrar su comparecencia en convencer a los socios de que la corrupción ha sido ajena a su figura y es por eso que ha repetido en varias ocasiones que “desconocía las corruptelas de Ábalos y Cerdán”. “Es evidente que me equivoqué”, dijo. “Fue un duro golpe para mi”, quiso visibilizar.
Sánchez, eso sí, reconoció que pidió explicaciones a Santos Cerdán en noviembre del año pasado, cuando comenzaron a filtrarse información sobre la posible participación de Santos Cerdán en el “caso Koldo”. Entonces, el presidente del Gobierno citó a su número dos para “conocer su versión”. Durante esa conversación, Cerdán desmitió su implicación en la presunta trama corrupta y aseguró que se tratabsan de “acusaciones infundadas”. Sánchez, ha confesado en el pleno, le creyó. “Le creí porque creía conocer la vida sencilla que él llevaba a Madrid, también en su pueblo de Navarra, y porque le había visto trabajar durante cuatro años sin que diera muestra alguna de lo contrario“, reconoció.
En su turno de réplica, el presidente del Gobierno pasó a atacar al presidente del PP, principalmente por su feroz crítica a la corrupción. “No solo abonan la corrupción, sino que la tapan”, le ha espetado. “Usted lleva 25 años consintiendo las corruptelas del PP”. Sánchez entró en el cuerpo a cuerpo contra el principal partido de la oposición poniendo en el foco la corrupción que ha afectado en el tiempo tanto a PSOE como a PP. Ha comparado la corrupción en su partido con la del PP, asegurando que los socialistas tienen tres cargos investigados por una trama de corrupción, mientras que el PP tiene “200 cargos y más de 30 casos abiertos”.
Pedro Sánchez también contestó al PNV, que había reclamado a Pedro Sánchez que convoque elecciones generales o que se presente a una moción de confianza. “No tengo miedo a las elecciones, pero se tienen que convocar cuando toca”.

Las medidas
Sánchez anunció una agencia independiente contra la corrupción. El presidente del Gobierno ha anunciado que endurecerá las penas en el Código Penal con el objetivo de acabar con los corruptos y los corruptores. “Vamos a endurecer las penas en el Código Penal y vamos a elevar las multas no sobre los ingresos obtenidos, sino sus ingresos anuales y estableceremos un sistema de listas negras para que las empresas condenas por corrupción puedan seguir contratando con empresas públicas”, ha asegurado.
También ha anunciado que creará mapas de riesgo e integridad, un rastreo de datos con aplicaciones de IA en la plataforma de contratación de sector público”. Pedirá pactos de integridad para determinados contratos públicos para monitorizar los procesos de contratación“. Ha anunciado también mecanismos de alerta temprana y control aleatorio de altos cargos durante su mandato para que nadie tenga un beneficio indebido. Y, por otro lado, obligará a los partidos políticos con financiación de más de 50.000 euros que tengan que hacer auditorías externas“.