La figura de la madre ha sido tradicionalmente idealizada como sinónimo de amor incondicional, protección y sacrificio. Sin embargo, la realidad social y psicológica demuestra que no todas las madres ejercen su rol de forma saludable o constructiva. En este contexto, la criminóloga y abogada penalista Beatriz de Vicente ha lanzado una advertencia contundente: “Hay muchos tipos distintos de mala madre”.
En su una de sus últimas intervenciones en el podcast de Pódimo ‘Bestias’, a experta en criminología abordó un tema espinoso que genera incomodidad y debate en la opinión pública: la existencia de madres que, lejos de ejercer su rol con responsabilidad, terminan perjudicando gravemente a sus hijos.
“Hay muchos tipos diferentes de malas madres”
Para Beatriz de Vicente, la clave está en desmitificar la maternidad como un acto puramente instintivo o virtuoso. La criminóloga, con más de dos décadas de experiencia analizando conductas delictivas, ha recopilado en sus investigaciones cuatro perfiles predominantes de lo que denomina ‘malas madres’. Estos patrones no implican necesariamente la comisión de delitos, pero sí reflejan comportamientos dañinos, negligentes o tóxicos con consecuencias a largo plazo.
Los 7 perfiles de malas madres, según Beatriz de Vicente
- La madre chantajista. Se puede reconocer fácilmente con la frase “Te vas y dejas sola a mamá. Pues disfruta tú que puedes…”. La experta asegura que este comportamiento genera constantemente la sensación de que estás abandonando a tu madre. “Una culpa absoluta”, afirma.
- La madre culpabilizadora. Este perfil, según Beatriz de Vicente puede reconocerse com frases como “me estás matando…”, “mataste a tu padre con los disgustos que le dabas…”.
- La madre agresiva-pasiva: Se puede reconocer con frases como “¿Y tú crees que te valoran en el trabajo?… No sé yo…”.
- La madre niña: este perfil se caracteriza por invertir los papeles. Es la madre que se emborracha, que no paga las facturas, y en definitiva muestra un comportamiento muy irresponsable.
- La madre-abuela: es aquella que siempre está enferma.
- La madre posesiva: quiere dirigir absolutamente todo en la vida de sus hijos, hasta la ropa que se tienen que poner aún siendo adultos.
- La madre competidora: es aquella que al sentir que no puede conseguir la juventud de su hijo o hija, e intenta competir con su hijo, generando situaciones de reto constante.
¿Qué consecuencias tiene esto en los hijos?
Los efectos de crecer con una madre disfuncional pueden incluir desde problemas de autoestima, dificultades en las relaciones afectivas, ansiedad o depresión, hasta trastornos de la personalidad o conductas autodestructivas. Beatriz de Vicente insiste en que es fundamental hablar de estos temas sin tabúes, especialmente en contextos legales, psicológicos y sociales.
Visibilizar estos perfiles puede ayudar a prevenir abusos y a romper ciclos de dolor, tanto en los hijos como en futuras generaciones. Identificar estos patrones en etapas tempranas puede ser clave para intervenir de forma eficaz. La ayuda psicológica, el acompañamiento institucional y la conciencia social son herramientas fundamentales para evitar que estos comportamientos se perpetúen.