En pleno corazón del Périgord Noir, al suroeste de Francia, se esconde una auténtica joya del pasado: Sarlat-la-Canéda, un pueblo que parece detenido en el tiempo y que presume con razón de ser uno de los más monumentales de Europa. Con 65 edificios clasificados como patrimonio histórico, esta pequeña localidad es mucho más que un destino turístico: es un viaje directo a la Edad Media.
Un casco antiguo que transporta a la Edad Media
Fundado en torno a una abadía benedictina, Sarlat floreció durante la Edad Media y ha mantenido casi intacta su estructura urbana. Pasear por sus callejuelas adoquinadas, bordeadas por fachadas de piedra dorada, es recorrer siglos de historia a cada paso. No es casual que haya sido elegido como escenario de numerosas películas de época: su autenticidad arquitectónica no necesita decorado. Además de toda esta historia, es un lugar importante en el pasado de Francia y de Europa, pues durante la Guerra de los Cien Años, Sarlat se convirtió en un lugar estratégico, y esa historia bélica ha quedado grabada en sus casas fortificadas, torres defensivas y pasajes estrechos que aún hoy se pueden explorar.

Monumentos que narran siglos de arte e historia
Entre los edificios más emblemáticos destaca la Catedral de San Sacerdos, erigida sobre una antigua iglesia carolingia y renovada en estilo gótico en el siglo XIV. También sobresale el Palacio de La Boétie, una elegante residencia renacentista que fue hogar del célebre humanista Étienne de La Boétie, amigo íntimo de Montaigne. Otra visita imprescindible es la antigua iglesia de Santa María, reconvertida en mercado cubierto por el prestigioso arquitecto Jean Nouvel. Este espacio, que mezcla lo antiguo con lo contemporáneo, ofrece una experiencia única donde historia y vida cotidiana se dan la mano.
Cultura, gastronomía y tradición en cada rincón
Sarlat no es solo un museo al aire libre. Es también un pueblo lleno de vida, con una agenda cultural vibrante. Cada verano, su famoso Festival de Teatro transforma las plazas y calles en escenarios al aire libre, atrayendo a artistas de todo el país. Y si hay algo que no puedes perderte es su mercado tradicional, que se celebra los miércoles y sábados. Aquí se encuentran algunos de los mejores productos del Périgord: foie gras, trufas, nueces, quesos artesanales y vinos locales. Todo ello en un entorno histórico incomparable.
Un entorno natural de postal que conquista a quien lo visita
Más allá de sus murallas, el entorno de Sarlat también sorprende. Rodeado de bosques, colinas y valles verdes, el paisaje invita al senderismo, al ciclismo o a navegar por el río Dordoña en canoa. Muy cerca se encuentran también algunas de las cuevas prehistóricas más famosas del mundo, como la de Lascaux, con sus pinturas rupestres de hace más de 17.000 años.
Porque sí, podemos decir a viva voz que por su inigualable patrimonio, su cultura viva y un entorno natural que parece salido de un cuadro, Sarlat-la-Canéda es mucho más que un pueblo bonito: es uno de los grandes tesoros históricos de Europa. Un destino ideal para quienes buscan belleza, autenticidad y una experiencia que combina arte, historia y naturaleza como pocos lugares pueden ofrecer.