Hace una semana nada hacía presagiar este final. En la víspera del funeral de Estado por el primer aniversario de la DANA, Artículo14 desvelaba en exclusiva los planes políticos de Carlos Mazón: agotar la legislatura aun con presupuestos prorrogados sin descartar concurrir de nuevo a las elecciones. Transmitía ganas de resistir. Pero en política una semana puede ser un mundo y este lunes tiraba la toalla, aunque se aferra al escaño.
Lo acontecido en el funeral del miércoles, con víctimas llamándole “asesino” y exigiéndole dimisión, lo aceleró todo. También la sucesión de novedades informativas sobre qué ocurrió el día de la DANA, y que no casaban con lo dicho por Mazón. Se empezó a hablar en el PP que debía anunciar que no repetiría como candidato, pero ya era demasiado tarde. “Eso ya no vale”, le dijeron algunos de sus interlocutores. Se aceleraba su fin político.

Según Génova, “todo se precipita” el jueves, aunque en el calendario tenía una programa una reunión el siete de noviembre. Tras un breve saludo entre ambos en el funeral, Feijóo y Mazón hablaron ese día y “por primera vez” el alicantino sugiere su dimisión. “Le dice que no puede más”, aseguran las fuentes consultadas por este diario. Una idea que ya rodea todas las conversaciones que mantienen ambos, lo que hace pensar a Feijóo que todo se va a precipitar.
El viernes, Mazón se bunkeriza en Alicante y habla con sus más allegados. A uno de sus interlocutores le reconoce que “no” quiere dimitir, que “no” se lo merece. “Quieren hacer conmigo un Rita Barberá”, se exasperaba. Pero al final de esa charla llegaba a reconocer: “Es el fin”. “Decía una cosa y la contraria”, traducía otro alto cargo del PP valenciano.

Entonces, Mazón ya tiene una fecha en la cabeza. La de este lunes, tres de noviembre. Y empieza a sopesar opciones. Descartada la vía de anunciar que no se presentará a las próximas elecciones, se plantea la opción de un adelanto electoral. Y eso hace encender las alarmas en Génova. La decisión intermedia pactada entre Feijóo y Mazón es la dimisión, intentar una investidura con Vox y, si no, elecciones. Pero entonces, el culpable del adelanto, ya no sería el PP, explican en Génova.
Otra cuestión en las negociaciones fue el aforamiento. Pero en este punto Feijóo no puso pega alguna en que Mazón siga siendo diputado, aunque la fotografía pueda volvérsele en contra al PP. “Lo respeto”, le dijo el líder popular. “No está imputado”, recuerdan desde la dirección nacional.
En paralelo a esas conversaciones, los movimientos internos arreciaban, principalmente en la Comunidad Valenciana. Génova detectó algún intento de rebelión interna de cara a la sucesión del presidente valenciano en el partido.

Así, Vicente Mompó surgió como candidato de consenso tras una reunión entre los tres presidentes provinciales de la región, en detrimento de María José Catalá. Pero Génova abortó ese movimiento y pidió calma. “No hay en estos momentos decisiones sobre lo que ocurrirá con el partido. Primero toca investir un presidente y después lo orgánico. Es complicado afrontar el relevo de una persona, imagínate de dos”, dicen en la dirección nacional.
Eso sí, la celebración de un congreso regional para renovar el liderazgo, no tardará en llegar, aseguran. Y Catalá es la favorita en Madrid pese a los recelos en el territorio. Hasta entonces, Mazón seguirá siendo el presidente del PP valenciano.
Ante un Comité Ejecutivo prácticamente vacío, Feijóo quiso mandar un mensaje de apoyo a Mazón porque “no es un asesino” y denunció una “cacería” de la izquierda contra él. También trató de armar un cierre de filas a nivel interno. Aunque no lo consiguió. “Hemos tomado la decisión que quería Sánchez y acabamos en manos de Abascal”, lamentaba una fuente con conexión en Valencia. Eran mayoría en el PP los que se definían atónitos ante la gestión de la crisis política.



