Española en... Suiza

Ángels García, española en Suiza: “Tener un hijo aquí te sale mucho más caro de 300 euros al mes”

Conocida como Iliacora en sus redes sociales explica a Artículo14 desde Lausana que Suiza es "un país que te deja sola para tener hijos"

Españolas por el mundo
Ángels García, conocida en redes como Iliacora, reside en Lausana, Suiza

Ángels García, conocida en redes como Iliacora, es una diseñadora gráfica catalana que lleva ocho años viviendo en Suiza. Se marchó buscando oportunidades laborales y encontró algo más que un empleo: una vida estable, un idioma nuevo y una forma distinta de entender el trabajo y la maternidad.

Ángels recuerda que, tras acabar la universidad, el mercado laboral español no le ofrecía muchas opciones. “Trabajaba en El Corte Inglés mientras intentaba encontrar algo de lo mío”, comenta. La rutina y la falta de perspectivas la llevaron a plantearse un cambio radical. Fue entonces cuando una amiga le habló de la posibilidad de trabajar como au pair en otro país. “Pensé: ¿por qué no probar?”, cuenta. Así, sin demasiadas certezas, se marchó a Suiza con una familia de acogida por seis meses. Al final, la experiencia se alargó un año.

Ese primer contacto con la cultura suiza le permitió aprender el idioma y conocer las particularidades del país. Sin embargo, al terminar su estancia, no logró encontrar un empleo estable y tuvo que volver a España. Meses después, una oferta de trabajo como asistente de un fotógrafo en Suiza cambió su destino. “No era gran cosa, pero sabía que podía abrirme puertas”, recuerda. Desde entonces, ha ido encadenando empleos hasta consolidarse en su campo profesional: el diseño y el marketing digital.

“No es tan caro”

Según explica, encontrar trabajo en Suiza no es tan complicado si se entiende la “mentalidad local”. Todo comienza con el idioma. En Lausana, donde vive, el francés es indispensable. “Aunque algunas empresas grandes usan el inglés, aquí el francés es el día a día”, dice. Además, el proceso de selección laboral exige un nivel de formalidad poco habitual en otros países: cada candidatura debe ir acompañada de un dossier con certificados, diplomas y cartas de recomendación. “Son muy organizados, necesitan verlo todo antes de decidir”, señala.

A primera vista, Suiza parece un país caro, y lo es, pero Ángels matiza que la percepción cambia cuando se gana un sueldo suizo. “Si trabajas aquí, no es tan caro, porque los salarios se ajustan al nivel de vida”, explica. Lo que más cuesta, dice, es encontrar vivienda: hay que “postular” para conseguir un piso, presentar documentos que demuestren solvencia y, sobre todo, ganar tres veces más de lo que cuesta el alquiler. “Los dos primeros años estuvimos deambulando de un sitio a otro”, confiesa. Hoy, ella y su marido viven de alquiler en un apartamento que consiguieron tras cumplir todos los requisitos y acumular la paciencia necesaria.

Maternidad

Ángels está embarazada y esta etapa le ha hecho mirar su vida en Suiza desde otra perspectiva. Aunque el país ofrece ayudas por nacimiento y una prestación mensual por hijo, insiste en que existe una imagen idealizada que no siempre se corresponde con la realidad. “Tener un hijo aquí te sale mucho más caro de 300 euros al mes”, explica, en referencia a las ayudas que reciben las familias. Los seguros médicos, que no son públicos, el coste de las guarderías y los gastos cotidianos hacen que esa cantidad “se supere de calle”. En su cantón, detalla, las familias reciben “un solo pago por nacimiento” de unos 1.500 francos y después una ayuda mensual de alrededor de 300, una cifra que, aclara, “aquí en Suiza no es una gran cantidad”.

Más allá del aspecto económico, Ángels pone el foco en la conciliación y la desigualdad de género. “Suiza es un país que te deja sola para tener hijos”, afirma. Señala que mientras las madres cuentan con entre 14 y 16 semanas de baja, “los padres solo tienen dos semanas de paternidad”, una diferencia que, en su opinión, afecta directamente a las mujeres en el mercado laboral. “Yo como empresario, a la hora de contratar a alguien, voy a preferir contratar a un hombre”, reflexiona, consciente de que su carrera profesional se verá más condicionada que la de su marido, que “va a poder continuar con su carrera laboral sin que esto le afecte”. Aun así, reconoce que, pese a las dificultades, la estabilidad económica y laboral que ha encontrado en Suiza sigue siendo, por ahora, un factor decisivo para quedarse.

@ilacora

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Cuando se le pregunta por su vida social, Iliacora reconoce que es difícil hacer amigos suizos. En ocho años, dice, solo ha tenido dos amistades locales. “Son muy de sus grupos, de sus costumbres”, cuenta. Por eso, su círculo de amistades se compone sobre todo de otros inmigrantes: españoles, portugueses, franceses o alemanes. “Nos entendemos entre nosotros, porque compartimos esa sensación de estar fuera de casa”.

En cuanto a la seguridad, no tiene quejas. Nunca ha sentido miedo ni ha sufrido discriminación. “La desigualdad existe, pero no la he vivido directamente. Lo que sí noto es que ser madre aquí te pone en otra posición laboral”, afirma.

“Aquí todo es ordenado, funciona”

Cuando le preguntan qué echa de menos, no duda: “La familia, los amigos… y la comida”. Aun así, disfruta de la vida suiza, de sus paisajes, su puntualidad y sus horarios, aunque todavía le sorprenda cenar a las seis de la tarde. “Al principio pensaba: ¿y qué hago después? Pero te acostumbras, porque el día empieza antes”, ríe.

Ángels no descarta volver algún día a España. “Nos sentimos de allí y queremos que nuestro hijo también lo sea”, dice. Pero por ahora no ve el momento: el equilibrio entre trabajo y bienestar en Suiza es difícil de igualar. “Aquí todo es ordenado, funciona”.

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