En medio de un catálogo saturado de thrillers, docuseries y ficciones distópicas, Netflix ha vuelto a demostrar que el melodrama latinoamericano sigue siendo una mina de oro emocional. Simplemente Alicia, la nueva producción colombiana del gigante del streaming, se ha convertido en uno de los fenómenos más inesperados de 2025.
Con una trama que combina humor, romanticismo y dilemas morales, la serie pone sobre la mesa una pregunta tan antigua como peligrosa: ¿puede una mujer amar a dos hombres al mismo tiempo?
Un triángulo imposible en clave moderna
Simplemente Alicia gira en torno a la vida de Alicia Fernández (interpretada por Verónica Orozco), una mujer carismática y contradictoria que lleva una doble vida. Por un lado, está casada con Alejo (Michel Brown), un escritor de ciencia ficción con una mirada romántica y una devoción casi poética hacia su esposa. Por el otro, comparte su vida con Pablo (Sebastián Carvajal), un exseminarista convertido en líder comunitario, tan idealista como intenso.
La premisa podría parecer una exageración telenovelesca. Pero la serie consigue transformarla en un retrato contemporáneo sobre los límites del amor y la identidad. Simplemente Alicia no busca la caricatura fácil, sino la complejidad emocional que surge cuando el deseo, la culpa y la necesidad de afecto se entrelazan. Cada episodio es un espejo de esa contradicción interna: la mujer que lo tiene todo, pero teme perderlo todo.
El tono de Simplemente Alicia se mueve con soltura entre la comedia y el drama. En un momento, el espectador se encuentra riendo ante los equívocos que provoca la doble vida de Alicia; en el siguiente, observa cómo esa farsa empieza a resquebrajar su mundo emocional. Verónica Orozco sostiene el relato con una interpretación llena de matices. Su Alicia no es una heroína ni una villana, sino una mujer que se atreve a desafiar el orden establecido… y paga el precio.
El guion, escrito por Marta Betoldi y Esteban del Campo Bagu, evita caer en el moralismo. En cambio, plantea un escenario donde la libertad afectiva y la mentira conviven como dos caras de la misma moneda. En palabras de los propios creadores, el objetivo era “explorar modelos de amor que se salen del molde sin juzgarlos”. Esa ambigüedad —esa delgada línea entre el deseo y la traición— es lo que ha conectado con el público.
Un fenómeno inesperado
Su estreno el 5 de noviembre de 2025 ha convertido el lanzamiento en todo un fenómeno. Parte de su éxito radica en que recupera el espíritu de las grandes telenovelas colombianas, pero con una estética moderna y una narrativa más ágil. Los 19 episodios de la primera temporada fueron producidos por Estudios RCN. El resultado es una serie cuidada hasta el último detalle: fotografía luminosa, diálogos con ritmo y una banda sonora que acompaña los altibajos emocionales de los personajes.

En un momento en el que el público parece fatigado de tramas oscuras o excesivamente intelectuales, Simplemente Alicia propone algo distinto: volver al placer de las historias humanas, al drama cotidiano, a los sentimientos en carne viva.


