El PSOE refuerza sus cuentas bajo el ‘clan Peugeot’: su patrimonio se multiplica por 2,4

Las cuentas de 2024 reflejan una tesorería de 115 millones frente a los 48 que encontró el conocido como "clan del Peugeot" cuando Sánchez regresó como presidente del partido

Pedro Sánchez, Santos Cerdán y José Luis Ábalos.
KiloyCuarto

En octubre de 2016, Pedro Sánchez dimitió como secretario general tras el triunfo de Susana Díaz. Su ‘manual de resistencia’ para recuperar el liderazgo de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE se gestó en un coche de clase media. Hace ocho años, Sánchez, junto a un reducido grupo de fieles –José Luis Ábalos y Santos Cerdán, con Koldo García al servicio de sus ‘jefes’recorrieron España en un Peugeot. 

Poco más de medio año después, el trabajo dio sus frutos: el ‘clan de Peugeot’ aterrizó en Ferraz en junio de 2017, más fuerte que antaño. Bajo este núcleo duro, con Pedro Sánchez al frente, el PSOE se ha reforzado económicamente: su patrimonio neto se ha multiplicado por 2,42, desde los 47,71 millones de euros a 31 de diciembre de 2016,hasta los 115,4 millones con los que cerró 2024, según sus últimas cuentas.

La financiación del Partido está hoy bajo la lupa después de que sus dos últimos exsecretarios de Organización, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, estén siendo investigados por el presunto cobro de comisiones ilegales como facilitadores de adjudicaciones multimillonarias de obra pública en el Ministerio de Fomento. Además del enriquecimiento personal que  Cerdán y Ábalos habrían logrado mediante las ‘mordidas ilegales’ –cuya trama queda reflejada en el informe de la UCO, que sitúa al primero como el gestor de la misma-, la investigación sigue la pista a la posible financiación irregular del partido.

Crece el patrimonio neto

Tras hacerse con la Secretaría General en junio de 2017, Pedro Sánchez nombró a José Luis Ábalos secretario de Organización. Estará en el cargo hasta junio de 2021, cuando tras ser nombrado ministro de Fomento, le sucede Santos Cerdán. El primer año de Ábalos en la gestión del PSOE -el puesto estuvo vacante durante 2016-, el patrimonio neto del PSOE creció un 43%, hasta los 68,3 millones (frente a los 47,71 millones). Como señala el Informe de Fiscalización del Tribunal de Cuentas, este incremento incorpora los resultados positivos del ejercicio por 15 millones.

Desde entonces, a excepción del año 2018, cuando el patrimonio neto baja un 6,6% hasta 63,7 millones, su balance se refuerza año a año hasta los 115,4 millones de 2024, un 7,1% más que un año antes. En 2021 y 2020, este crece a dos dígitos -el 14,56% y el 22,28%, respectivamente-. Toda su evolución está impactada, además, por la suma de los excedentes que se van generando año a año, resultado de la ecuación entre entre los excedente positivos de año anteriores y los negativos de ejercicios precedentes.

Auditoría con salvedades en 2024

El pasado 12 de junio, tras la dimisión de Cerdán como secretario de Organización del PSOE y entrega de su acta de diputado, el propio Pedro Sánchez anunció la realización de una auditoria externa para “eliminar cualquier sombra de duda”. Cinco días después, la Comisión Ejecutiva Federal del partido aprobó la auditoria externa, que el partido ha encargado desde 2020 a Ecovis Audit Grosclaude & Partners.

En 2024, el auditor del PSOE volvió a reflejar salvedades en su informe. En el último ejercicio, al igual que ocurrió en 2023, el censor de cuentas advierte de la sobrevaloración de los excedentes de ejercicios anteriores y de 2024 en 7,04 millones (12,58 millones en 2023) y en 996.000 euros (5,53 millones en 2023). Ambas partidas representan el equivalente a casi el 7% del patrimonio neto del pasado año. En 2020, cuando por primera vez el auditor detectó salvedades como consecuencia de unas provisiones a largo plazo del pasivo no corriente por 9,479 millones, se consideró una infravaloración en los excedentes y resultados del ejercicio por dicho importe.

Elevada tesorería

Otra de las características de las cuentas del PSOE entre 2017 y 2024 es su elevada tesorería. Durante 2017, cuando Ábalos asumió la gestión, esta aumentó más de un 47%, al pasar de 23,09 millones a 33,9 millones, como consecuencia de la reducción de las deudas correspondientes a créditos con las administraciones públicas en más de la mitad (de 13,6 millones en 2016 a menos de seis millones un año después). En esta nueva gestión las deudas a largo plazo con entidades de crédito se redujeron un 23%, hasta 38,7 millones.

En 2024, el PSOE cerró con 68,37 millones de tesorería, el equivalente a casi el 82% de su activo corriente (83,43 millones), mientras que el pasivo corriente sumó 17,15 millones (el equivalente a poco más del activo). Con la llegada de Cérdan en 2021, la tesorería del PSOE creció más de un 22%, hasta 74,76 millones. Tanto ese año como el siguiente, la tesorería -es decir, efectivo en cuentas bancarias- superó el 95% del activo corriente del partido.

Agilidad en la gestión

En 2023, un año electoral, la tesorería se redujo más de un 16%, hasta 60,68 millones. “Ciertamente, los partidos políticos tienen una idiosincrasia diferente de otro tipo organizaciones, como podría ser una empresa, donde tendría sentido la gestión de la tesorería para sacarle rentabilidad. En este caso, lo que permite a la organización es la agilidad en la gestión, ya que puede gestionar los gastos con gran flexibilidad“, explica a Artículo14 una persona experta en financiación de partidos políticos que prefiere el anonimato.

Con su crecimiento patrimonial y del activo corriente, en esta etapa, el PSOE redujo su dependencia bancaria. Las deudas a largo plazo con entidades de crédito sumaron 6,37 millones y a corto 5,22 millones (11,59 millones en conjunto) en 2024. Un año antes de aterrizar el ‘clan del Peugeot’ en Ferraz, ambas representaban casi 70 millones y, al año siguiente, se aminoraron en 50 millones.

Nueva etapa

La nueva etapa que comenzó este fin de semana con Rebeca Torró como nueva secretaria de Organización se enfrenta al reto de encontrar un auditor adicional, que -como anunció Sánchez- revise y censure las cuentas cuando las grandes auditoras rehúsan revisar a los partidos políticos; pero sobre todo, de generar confianza después de que el juez dictaminara prisión sin fianza para su predecesor.