Cuando el escaparate de Moncloa no es suficiente: Pilar Alegría y otros ministros candidatos

Siete de cada diez españoles no conocen a Diana Morant, ministra de Ciencia y baronesa en la Comunidad Valenciana. Sólo el ministro Ángel Víctor Torres despunta en las encuestas

Pilar Alegría.
KiloyCuarto/EFE

Cada vez más dirigentes socialistas asumen que el éxito de la operación Salvador Illa, por la que el exministro de Sanidad se convirtió en candidato y después en president de la Generalitat de Cataluña, obedece a una enorme cantidad de variables. Y se antoja muy difícil de reeditar. Aún faltan varios meses para que se abran las urnas en Andalucía, algo menos de dos años para las autonómicas en la mayoría de territorios, pero las encuestas no auguran un porvenir brillante a ninguno de los cinco ministros candidatos del PSOE.

Con excepción del ministro Ángel Víctor Torres (Canarias), los sondeos no apuntan a la victoria en las urnas de ninguno de los candidatos con asiento en el Consejo de Ministros. Son María Jesús Montero (Andalucía); Óscar López (Madrid); Diana Morant (Comunidad Valenciana) y Pilar Alegría (Aragón).

Más allá de la intención de voto en sus respectivos territorios, el barómetro del CIS refleja cómo de reconocibles son estos candidatos para el conjunto de la población. Y plasma que cada uno de ellos ha aprovechado en distinto grado el escaparate de La Moncloa para darse a conocer.

En este sentido, quien menos partido saca de su doble condición de ministra-candidata es la titular de Ciencia e Innovación, la ministra Morant. Siete de cada diez españoles ni siquiera la conocen, según el barómetro de julio. En todo un año, y pese a su exposición para confrontar con el president Carlos Mazón (PP) por su gestión de la DANA del 29 de octubre, Morant ha pasado de ser conocida por un 21,1% de los españoles a lograr un 29,3% de conocimiento. Es la dirigente que menos crece en este registro, pero también la que mejor nota obtiene (4,35) entre los ministros que también son líderes autonómicos.

La ministra de Ciencia apenas ha ganado ocho puntos en un año, pero no queda lejos del incremento de popularidad que ha registrado el principal rostro de Moncloa, Pilar Alegría. La ministra de Educación y portavoz del Gobierno, que goza cada martes del altavoz de la rueda de prensa del Consejo de Ministros, apenas ha ganado 11.7 puntos en este ránking, si bien es conocida por seis de cada diez españoles (pasa del 49.7% al 61,4%). Tiene una nota de 4,18, y se encuadra en la parte alta de la lista.

Los ministros candidatos a presidir la Comunidad de Madrid y Canarias, por su parte, puntúan en la parte baja (3,88 y 3,79, respectivamente). Son López y Torres, ambos menos conocidos que Alegría, pero capaces de aprovechar los focos que les ha garantizado Pedro Sánchez con más éxito que la ministra portavoz, a juzgar por las cifras.

López, político de larga trayectoria en el PSOE, es conocido por algo más de la mitad de los españoles. Ha pasado de un 36,3% a un 53,6% en menos de un año, un salto de más de 17 puntos. Además, el que fuera jefe de Gabinete del presidente del Gobierno se hizo con el Ministerio de Transformación Digital en septiembre de 2024, por lo que el primer barómetro que se puede tomar como referencia es el de octubre. En su caso, a menudo logra foco por confrontar con Isabel Díaz Ayuso.

Torres, a su vez, es el rostro del Gobierno en foros como las Conferencias de Presidentes, o en las reuniones que Sánchez mantiene con sus socios en Moncloa en situaciones de excepción. El ministro de Política Territorial también es quien ha ejercido como portavoz cuando Sánchez ha convocado a los presidentes autonómicos. O cuando el Gobierno selló con la Generalitat de Cataluña el pacto político sobre la “financiación singular”.

El candidato por Canarias, comunidad que presidió hasta las últimas elecciones autonómicas y municipales (2023), es menos conocido que Alegría o López. Algo más de cuatro de cada diez españoles lo identifican, pero es quien mejor ha aprovechado el foco de atención mediática en lo que se refiere a esta variable. En un año ha pasado de ser desconocido para ocho de cada diez (20,4% de conocimiento) a convertirse en un rostro identificable para el 43,4%. Son 23 puntos más que hace solo un año, más del doble.

Montero no logra despegar en Andalucía

Por detrás de Sánchez y de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, la dirigente más conocida es la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. La mujer con más poder en el Gobierno -y en el PSOE- es todavía más conocida hoy que hace un año: de ser identificable para el 85.9%, ha pasado a serlo para el 91,3%. Logra la misma nota que López, un 3,88, y se sitúa en la cola de la tabla.

Hasta finales de 2024, la ministra de Hacienda se había resistido a librar la batalla andaluza, pero al inicio de enero registró formalmente su candidatura. Su llegada sirvió para coser a un partido tensionado y marcado por las derrotas electorales, y en el PSOE se apresuraron a vender que serviría como revulsivo. Desde hace meses, aventuran que el presidente andaluz, Juanma Moreno, podría adelantar las elecciones ya a este año, si detectase que Montero cobra vuelo en las encuestas.

De momento, nada presagia ese escenario. La última entrega del Centro de Estudios Andaluces (CENTRA),  apodado coloquialmente el CIS andaluz, apunta a que Moreno mantendría su mayoría absoluta, y vaticina una caída al PSOE desde sus actuales 30 escaños hasta la horquilla de los 24-26 diputados. Es decir, muy por debajo del que ya es su peor registro histórico.

El sondeo llegó apenas unas semanas después del estallido del caso Santos Cerdán, y se conoció cuando distintas voces del PSOE andaluz ya auguraban una recuperación que hoy no sustentan en datos. Además, cuando Montero accedió a regañadientes a disputar la batalla electoral en la comunidad que más escaños reparte en unas generales, en ningún caso se contemplaba que el Gobierno llegara a estar en una situación de precariedad e incertidumbre como la que hoy le afecta.

De momento, y según las encuestas, ni el incremento del volumen de las entregas a cuenta para las comunidades autónomas, ni la oferta de Montero de asumir miles de millones de la deuda autonómica le han permitido sacar cabeza.