Indra afronta quince días decisivos que marcarán su plan estratégico a 2030 en su nueva división de vehículos blindados. El Ministerio de Defensa tiene pendiente la adjudicación de dos importantes programas de modernización para la adquisición de un nuevo sistema de obús autopropulsado sobre ruedas y cadenas, y 116 vehículos lanzapuentes. La aprobación de su prefinanciación con la concesión por casi 3.200 millones de euros en créditos al 0% a las empresas encargadas de su desarrollo es el primer paso. Y la decisión del Consejo de Ministros es inminente por la obligación de cumplir con los compromisos de inversión con la OTAN, según fuentes sectoriales. Tanto que estos créditos podrían ser aprobados hoy a través de un Real Decreto.
La intención del Gobierno fue otorgar ambos contratos a Indra, ayudando así a su participada a ser el campeón nacional de la defensa y la seguridad. Sin embargo, tal y como adelantó Artículo14, las desavenencias entre los técnicos y la decisión de GDELS-Santa Bárbara de presentar sendas propuestas no solicitadas han retrasado su adjudicación. Para Indra, la asignación de estos contratos llega en un momento decisivo a nivel interno. El consejo de administración tiene pendiente la toma de una decisión de la fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EM&E). Si la compañía presidida por Ángel Escribano logra estos contratos, deberá contar con la industria nacional y EM&E estará entre los subcontratistas.

La próxima reunión del consejo de Indra -si sigue el calendario ordinario- será el 28 de octubre, y se anticipa como una de las más importantes del año. Ese día concluyen los mandatos del 60% de los consejeros independientes y se abordará la renovación del máximo órgano de administración. Sus nuevos miembros tendrán que votar la fusión con EM&E.
Obuses sobre ruedas
Dentro de los programas de modernización terrestre del Ejército, el 5º programa -Fabricación Avanzada en Movilidad Terrestre Sostenible II- es el de mayor alcance. Está integrado por el subprograma ATP Ruedas, que implica la adquisición de un sistema de obús autopropulsado (ATP) de ruedas. La prefinanciación prevista por el Ministerio de Industria con los préstamos para su desarrollo industrial suma 1.181 millones de euros. Este proyecto tiene como finalidad dotar al Ejército de un sistema de fuego indirecto de largo alcance, acorde a los estándares del combate del siglo XXI. Este sistema, además de proporcionar mayor nivel de movilidad y alto grado de automatismo, permitirá minimizar la tripulación y el tiempo de respuesta.
Según el proyecto de Real Decreto de Industria, el alcance de este programa comprenderá 86 obuses ATP ruedas, 86 vehículos de Municionamiento, 14 vehículos de Recuperación, 7 vehículos específicos de mantenimiento (si se requieren). Este material se completa con 86 sistemas de tiro reducido, además de equipos de mantenimiento y cursos para su manejo. Este material parte de una plataforma 8×8 o 10×10 con protección blindada, al que se le integran los sistemas de armas, control de tiro y comunicaciones.

Lanzapuentes
La nueva artillería blindada incluye también el subprograma ATP Cadenas. Este es el equivalente al anterior con este sistema de movilidad, y su prefinanciación es similar, 1.821 millones. La intención es adquirir seis grupos de artillería, 109 obuses con sus vehículos de municionamiento. Se completa con 56 vehículos de mando y control, 6 de recuperación y 6 de mantenimiento. El chasis de cadenas está basado, a su vez, en el programa de Vehículo de Apoyo a Cadenas (VAC), al que se le integrarán los sistemas de armas.
El programa anterior se completa con el Vehículo Lanzapuentes de Ruedas (6º programa), que prevé la adquisición de 116 unidades como apoyo a la movilidad del Dragón 8×8. El crédito previsto es de 190 millones.
¿Por qué Indra?
A la espera de la resolución del Consejo de Ministros, se vislumbran diversas opciones abiertas. En la pugna entre Indra y GDELS-Santa Bárbara por estos programas, una solución salomónica sería situar a cada una de ellas como contratista principal. En su respectiva función como tractora del proyecto, el adjudicatario tendría que contar con subcontratas especialistas para los diferentes componentes. Ambas compañías vienen trasladando en distintos foros su capacidad de arrastre en respuesta a la filosofía del Gobierno de primar la industria nacional. La intención es que el impacto económico de estos contratos se disemine entre los operadores especializados.
Con la fusión de EM&E pendiente de decisión en el consejo de Indra, la adjudicación de estos programas pueden ser un elemento que justifique la necesidad de aumentar las capacidades productivas del grupo. Entre 2022 y 2024, EM&E ha sido el tercer contratista del Estado solo superada por Airbus y Expal Rheinmetall. Contar con un único interlocutor facilita el seguimiento. Esto acaba de quedar patente con los retrasos en las entregas de los vehículos 8×8 por parte del consorcio Tess Defence. La semana pasada, Margarita Robles trasladó su preocupación a Indra, como accionista mayoritario con un 51%. En 2024, impuso una sanción de más de 9 millones, equivalente al 10% del contrato. Y, de momento, Defensa se reserva “acciones oportunas”.

Efecto colateral positivo
Con Indra hay, además, un efecto colateral positivo. Como primer accionista, con un 28% de participación a través de SEPI, el Estado es el gran beneficiado de soplen los vientos de cola a favor de la empresa. Puede, a su vez fortalecer, su posición ante la operación pendiente, que coincidirá con la profunda renovación del consejo. La propia SEPI tendrá que decidir sobre su consejero dominical, Juan Moscoso del Prado, cuyo mandato finaliza el 28 de octubre.
A este vencimiento se suman los de las independientes Virginia Arce, a su vez vicepresidenta y consejera coordinadora; Coloma Armero, Belén Amatriain, Olga San Jacinto y Bernardo Villazán. Han sido las consejeras más críticas con la fusión con EM&E. Arce lidera la comisión creada ad hoc para supervisar los conflictos de interés de la operación. Indra encara así quince días cruciales para su futuro. El desenlace no solo definirá el mapa industrial de la defensa, sino también el equilibrio de poder dentro del consejo de administración de Indra.