Indra logró ayer su máximo histórico en Bolsa. Una buena noticia para su presidente, Ángel Escribano, segundo accionista con un 14% junto a su hermano Javier, pero también para el Estado. Este es el primer accionista y a través de SEPI controla el 28% del capital. Las acciones de Indra se beneficiaron en la última sesión del mejor cóctel posible. A las declaraciones de Donald Trump sobre una ofensiva militar en Ucrania, se unió la publicación en el BOE del Real Decreto-ley, que respalda jurídicamente el embargo de armas a Israel.
El bloqueo de la tecnología israelí tiene un claro beneficiario: Indra. La compañía será la gran protagonista de la reorganización de los programas de Defensa en los que trabaja el Gobierno. Y a todo ello se suma la potencial fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) en el horizonte. La reacción del mercado no se hizo esperar. Indra subió un 4,65% hasta alcanzar los 39,62 euros por acción. De esta forma, la capitalización de la compañía roza los 7.000 millones. En lo que va de año la acción se ha revalorizado más de un 130%. El 2 de enero cotizaba en 17,62 euros.
Trump calienta el sector

Tras el giro drástico de Donald Trump durante su intervención en la Asamblea General de la ONU del martes, en la que aseguró que Ucrania “está en condiciones de luchar y recuperar todo el territorio ucraniano en su forma original”, los analistas interpretan que las grandes beneficiadas de un escenario de mayor tensión geopolítica serán las compañías de defensa. De esta forma, sus pares europeos como la italiana Leonardo o la alemana Rheinmetall también escalaron en Bolsa. La primera subió un 4,55%, mientras que la alemana se revalorizó un 3,48%. Thales avanzó un 2,36%, la británica BAE Systems, un 1,18%; mientras que Airbus bajó un 0,81%.
“Trump vuelve a mover al mercado con un post en su red social (Truth Social). En esta ocasión el presidente americano ha salido de su reunión con Zelenski optimista y ha afirmado que Ucrania, con la ayuda de la Unión Europea, está en condiciones de luchar y ganar toda Ucrania en su forma original. También remarca el papel de la OTAN y que esto se conseguiría con paciencia y apoyo financiero”, destacaron ayer los analistas de XTB.
Fusión con EM&E

Más allá del contexto geopolítico que beneficia al conjunto del sector, en el caso de Indra confluyen otros factores. Por una parte, el mercado conoció ayer que continúan los avances para la posible fusión de Indra con EM&E. La compañía dirigida por Javier Escribano ha contratado los servicios de Santander para analizar la operación, según informó ‘Expansión’. La integración con Escribano, que está siendo analizada por una comisión independiente dentro del consejo de administración de Indra, favorecería la creación del campeón nacional que impulsa el Gobierno.
La cancelación del megacontrato para el lanzacohetes SILAM, valorado en casi 700 millones de euros, adjudicado inicialmente a una UTE entre EM&E y Reinhmetall Expal Munitions obligará a estas empresas a buscar una alternativa a la tecnología israelí de Elbit. De acuerdo con el Gobierno, ya se cuenta con una alternativa. Esta es una buena noticia para EM&E, en pleno proceso de valoración de cara a la posible integración.
Otros factores menos visibles favorecen a Indra
Lo ocurrido con el SILAM es un ejemplo de la situación que viven los programas de defensa una vez que el Gobierno ha cancelado todas las licencias israelíes. Según fuentes gubernamentales, se ha logrado ya el “cero tecnológico” y el Ministerio de Defensa se dispone a rehacer los grandes proyectos. En este sentido, las mismas fuentes confían en poder sustituir la participación israelí preferente por empresas españolas. Y en este objetivo, Indra despunta como la empresa ganadora.
Este es un secreto a voces en la industria de defensa y está generando tensiones internas, que podrían llegar a retrasar algunos programas y comprometer los compromisos de cumplimiento con la OTAN. Pero la voluntad del Gobierno, quedó ayer ratificada entrelíneas. Fue con la publicación del Real Decreto que concede un préstamo de 3.680 millones entre 2025 y 2030 a Airbus para prefinanciar diversos programas de modernización aérea. Indra figura como una de las empresas vinculadas en todos los programas, junto a otras, entre las que figuran Oesia o Thales.
Modernización del sector aéreo

En virtud de esta norma, que este año ya materializará el 28% de los créditos, Indra participará en la sustitución de los F-5M utilizados para la enseñanza en vuelo avanzado. Estos aviones serán reemplazados por una plataforma Hürjet de Turkish Aerospace. Según señala el Gobierno, entre las empresas potencialmente vinculadas al programa figuran, además de Airbus España, Aciturri, Aernnova, Aertec, Airtificial, Amper, Centum, Cesa, Clue, GMV, Grabysur, Indra, Oesía, Orbital y Sener. Este programa contará con un crédito total de 1.040 millones de euros, el de mayor importe de todos los aprobados.
El segundo gran bloque de recursos corresponde al programa del Helicóptero Medio Polivalente NH90, con una dotación cercana a los 1.000 millones. El objetivo es renovar las flotas obsoletas y, en este caso, Indra participará en el desarrollo del sistema EWS (Electronic Warfare Systems), una nueva generación de guerra electrónica, así como en los sistemas de simulación. Junto a la compañía, también están implicadas Thales España, Tecnobit y Grupo Oesía en el diseño y fabricación del equipo cifrador y del procesador DL16; ETEL 88 en la adquisición de sistemas electro-ópticos; Aernnova como subcontratista de NHI para estructuras; e ITP en la fabricación y sostenimiento de los motores.
En esta misma línea, el Gobierno podría publicar hoy otra norma similar para el programa de Sistemas de Armas de Nueva Generación (NGWS), que tiene a Indra como beneficiaria junto a Airbus.