Los 20 secuestrados israelíes vivos regresaron a casa con sus familias tras dos años de cautiverio en los túneles de Hamás. Los rehenes hablaron con sus familias a primera hora del lunes por videollamada justo antes de su liberación -acompañados de encapuchados islamistas-, para anticiparles que “todo está bien”. Sus familiares, que esperaban ansiosos, respondieron con entusiasmo y palabras de cariño.
Los siete secuestrados que fueron liberados en la primera oleada –Alon Ohel, Ziv y Gali Berman, Guy Gilboa Dalal, Omri Miran, Eitan Mor y Matan Engerst– se reunieron con sus familias en el punto de recepción en Re’im, junto a la frontera de Gaza. En la segunda ola a media mañana, Eviatar David, Avitan Or, Rom Breslavsky, Yosef Chaim Ohana, Eitan Horn, Maxim Harkin, Elkana Buchbot, Nimrod Cohen, Segev Kalfon, Matan Zangauker, Ariel Kunio, David Kunio y Bar Kuperstein fueron liberados. Todos los retornados fueron evacuados a los hospitales de Sheba, Ichilov y Beilinson para recibir atención médica.
Todos los abrazos fueron celebrados por la población de Israel. Pero hubo uno con especial simbolismo: el de Einav Zangauker con su hijo Matan. La luchadora madre, convertida en líder del movimiento civil que presionó al gobierno de Benjamin Netanyahu para aceptar la tregua, se comió a besos a su hijo, capturado del kibutz Nir Oz en la matanza del 7 de octubre de 2023. “Mi vida, eres mi vida, eres un campeón, un héroe. Tus hermanas e Ilana (novia) te esperan, ven conmigo”, le dijo al recibirle.
Eitan Mor se abrazó primero a su padre, mientras su madre pronunciaba una plegaria judía para bendecir su retorno a casa. “Tienes dos brazos, dos piernas”, le dijo el padre Tzvika. “Cuanto te quiero, padre”, respondió el joven liberado. Luego, conectaron por videollamada con el resto de la familia. “Estoy bien”, les decía emocionado.
Los veinte liberados llegaron a pie, en aparente buen estado, a abrazarse a sus familias. “¡Mi querido Guy!”, celebraba la madre de Guy Gilboa. Toda la familia se fundió en un abrazo. ¡”Estás en casa, estás en casa!”, seguía gritando la eufórica madre. Todos portaban pulseras amarillas: el simbólico color de las marchas que exigían su libertad. “Gracias a Dios, esto ha terminado”, celebraron entre lágrimas. En el reencuentro de Segev Kalfon no se entendía nada: los sollozos y el éxtasis eran tan grandes que las palabras perdieron sentido. Los Kalfon volvieron a respirar tras dos años sin oxígeno.
David Eviatar, que fue filmado en los túneles por Hamás cavándose su propia tumba meses atrás, fue arropado por sus padres, que tranquilamente se sentaron junto a él para acariciarle. Sin poder contener la alegría y los lloros, conectaron por videollamada con el resto de sus familias. Lucía ligeramente mejor que en vídeo de terror psicológico publicado por los islamistas.
Otro de los reencuentros esperados fue el de Eitan Horn, que fue secuestrado junto a su hermano Yair. Éste último fue liberado en la última tregua de enero de este año, pero Hamás les obligó a grabarse en un abrazo de despedida en los túneles. Su padre, Itzhik Horn -de origen argentino-, lideró la campaña en castellano para recordarle al mundo el sufrimiento de sus hijos.
El soldado Matan Angrest aprovechó los instantes posteriores al reencuentro con su familia para llamar al popular cantante de pop Omer Adam, con quién cantó una canción conjuntamente para celebrar su retorno. Desde el helicóptero militar que le transportó al hospital, recordó a “mis amigos tanquistas que cayeron en combate”.

La familia Miran
El liberado Omri Miran se topó con la larga barba blanca de su padre Dani, que prometió no afeitarse hasta ver a su hijo libre. La reunión de Omri con sus hijas Roni, de 4 años, y Alma, de 2, y con su esposa Lishay Miran-Lavi, en el Hospital Ichilov fue especialmente emocionante: la más pequeña, nunca le había dicho la palabra “papá” (abba, en hebreo) antes del 7 de octubre de 2023. Su hija solo tenía seis meses cuando fue secuestrado por Hamás. La familia Miran vivió un auténtico renacer.

El esperado retorno de los gemelos David y Ariel Cunio, cuya madre Silvia habló con Artículo14 durante su cautiverio, fue emocionante. La novia de Ariel, Yehud Arbel, fue liberada en otra tregua entre una muchedumbre gazatí, con visible terror en sus ojos. Este lunes, pudo abrazar tranquilamente a su amor y volver a sonreír.