Semana clave para José Luis Ábalos y el que fuera su persona de confianza, Koldo García. Tras la publicación del último informe de la UCO, el juez Leopoldo Puente los ha vuelto a citar a declarar los próximos días 15 y 16. Después de escucharles tendrá lugar una vistilla para revisar las medidas cautelares. Hasta ahora solo debían comparecer ante el tribunal cada 15 días y tenían prohibido salir del país, pero esta semana el magistrado podría directamente enviarlos a prisión provisional, tal y como acordó con Santos Cerdán en junio.
El juez mantiene en prisión al Cerdán porque considera que era el “gestor” de las mordidas procedentes de obra pública amañada y que, en el ejercicio de ese papel, era el que estaba en contacto con todos los integrantes de esa presunta organización criminal. Es por ello que el magistrado piensa que puede alterar pruebas, es decir, que podría influir en esas terceras personas que participaban en el entramado y que todavía no se han identificado.
En el caso de Ábalos y Koldo García la argumentación para sustentar su ingreso en prisión iría por otro lado. El informe patrimonial de la UCO del exministro ha dejado patente que manejaban dinero en efectivo cuya procedencia no han encontrado. En total lo cuantifican en 95.000 euros entre los años 2014 y 2024.
De las conversaciones incautadas, los agentes deducen que Koldo García y Patricia Úriz, su exmujer, eran los “custodios” del dinero de Ábalos. Sospechan los agentes que usaban lenguaje en clave para referirse a las mordidas ilegales, que llamaban a “chistorras” a los billetes de 500 o “folios” al dinero en metálico.
Así las cosas, las acusaciones populares ya preparan la petición para el ingreso en prisión provisional y fuentes del caso aseguran que la Fiscalía Anticorrupción también se lo estaría planteando. Algo clave ya que lo que decida el Ministerio Público suele adelantar las decisiones posteriores del magistrado.
Incluso los propios investigados temen acabar en la cárcel esta semana. Koldo García asegura tener ya “una mochila preparada con mudas limpias y medicación” por lo que “su señoría pueda decidir”. Aunque sostiene que no tendría motivos “al igual que no los tiene para mantener la prisión de Cerdán”.
El exasesor de Ábalos considera que las conversaciones recogidas por la UCO “están sacadas de contexto” y que para defenderse necesita los dispositivos de los que la Guardia Civil está recabando la información, y que le incautaron en el registro de hace un año y siete meses.
De hecho, su defensa pidió la “suspensión de la instrucción” si el magistrado se negaba a devolverlos. Algo que el juez instructor declinó porque reiteró que los agentes siguen analizando una cantidad “ingente” de información. Por ello, invitaba al investigado a que en la declaración ofreceriera “si así lo considerase de interés, cualquier explicación o hipótesis alternativa a las que se contienen en los mencionados informes policiales, con referencia, si ese es también su deseo, a cualesquiera otros mensajes que pudieran hallarse en sus propios terminales telefónicos u otros dispositivos, cuya eventual existencia procedería lógicamente a comprobarse”.
Sin embargo, Koldo García asegura que “no se puede defender” sin tener delante ese contenido: “Para poder explicar lo que pasó hace siete años en detalle necesito verlo porque si me equivoco en una palabra puede tener consecuencias graves para mi futuro procesal”, explica en conversación con este periódico.
Por eso, informa a Artículo14 que estos días ha estado consultando hasta con 37 juristas prestigiosos sobre ello y todos le han dicho que se le está sometiendo a una “indefensión terrible” y que la razón para que no le den los dispositivos es “que haya piezas separadas declaradas secretas”.
Tal y como avanzó este periódico, la semana pasada Ábalos amagó con dejar el acta de diputado para que su causa pasara a la Audiencia Nacional e intentar evitar la eventual prisión provisional. Su defensa le aconsejó este movimiento, pero los abogados de Koldo García lo evitaron porque consideran que “no se ha cometido ningún delito” y no tiene “nada que esconder”. No obstante, no hay ningún escenario descartable, tal y como afirman las fuentes consultadas del caso.