Cuesta trabajo estar al día de las opiniones de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, sobre Paco Salazar, el estrecho colaborador de Pedro Sánchez que tuvo que dejar sus cargos en Moncloa y en la ejecutiva federal del PSOE tras saberse que sobre él pesaban denuncias por acoso.
De Salazar decía Pilar Alegría que era “un compañero absolutamente íntegro” cuando apenas faltaba un rato para que el denunciado dimitiera de todos sus cargos (julio de 2025) después de saberse que había denuncias de mujeres del PSOE contra él por acoso.
Tras su dimisión, la portavoz del Gobierno borró para siempre al compañero “absolutamente íntegro” y se centró en subrayar que había dado “el paso necesario”, mientras el PSOE abría una investigación interna que ha resultado ser fantasma porque las víctimas denunciantes no tienen noticia alguna de Ferraz. Tampoco en Moncloa se han molestado en llegar al fondo de la cuestión con el argumento de que no le constan denuncias y de que hay unos cursos de formación para evitar estos desagradables episodios.
La imagen captada por Artículo14
La escandalera parecía ya pasada porque, al final, Salazar, un sanchista de pura cepa, es un político de bambalinas y no una cara pública. Así que Alegría tuvo la osadía de compartir mesa y confidencias con el denunciado a la vista de todos, en un restaurante de Chueca en Madrid el lunes 3 de noviembre.
Pero Artículo14 captó la escena y la imagen provocó un considerable malestar interno en las filas del PSOE y del Gobierno: ¿la portavoz comiendo con su viejo amigo, indiferente a la indignación que produce Salazar? “Era un encuentro personal. Es una persona que conozco desde hace muchos años y que no veía desde hace medio año”, dijo Alegría al día siguiente para dar carpetazo a la incómoda fotografía.
Lo cierto es que la imagen de Artículo14 que ilustra este texto volvió a circular ayer sin descanso por los medios y las redes. Y lo hizo porque precisamente ayer las víctimas de Salazar dieron concreción del acoso machista en eldiario.es: “Se subía la bragueta en tu cara“, “escenificaba felaciones” y “pedía vernos el escote“.
Los periodistas, claro, volvieron a preguntar por Salazar a Alegría después de trascender estos testimonios sobre la conducta del denunciado. La portavoz determinó finalmente que son conductas “vomitivas“. Con lo cual, el asesor que era un compañero íntegro al que valía la pena defender (incluso habiendo trascendido las denuncias por acoso) y que luego era un conocido con el que valía la pena comer mientras el PSOE investigaba su machismo y es finalmente un vomitivo.
Lo que eran y lo que son
Así se ha desfigurado Salazar. Igual que Santos Cerdán pasó a ser “una persona que no tiene nada que ver con el Partido Socialista” (en expresión de María Jesús Montero) y que José Luis Ábalos es “un gran desconocido en lo personal” para Pedro Sánchez.
Estaban allí, eran importantes, prácticamente los más importantes, pero ahora corren tiempos de peste y desinfección.



