El futuro procesal se complica, y mucho, para José Luis Ábalos y el que fuera su asesor, Koldo García. Así lo apuntan distintas fuentes judiciales consultadas por Artículo14, de cara a la cita que ambos tienen en el Tribunal Supremo los próximos días 15 y 16 de octubre. El dinero en metálico del exministro hallado en el último informe patrimonial de la UCO podría ser la clave para que tanto él como García fueran a prisión provisional.
Para acordar esta medida cautelar, lo tiene que pedir una de las partes y después lo tiene que acordar el juez instructor. Fuentes de la Fiscalía Anticorrupción no lo descartan, aunque no quieren adelantar movimientos. Pero desde las acusaciones, las fuentes consultadas por Artículo14 aseguran que “lo están estudiando” por el dinero en efectivo y por los vínculos reseñados por los agentes en el extranjero. En concreto, los giros a Fiadelso, la ONG de Ábalos en Perú y el dinero que en teoría manejaba el hijo de Víctor Ábalos en Colombia.
De hecho, estas fuentes consideran que hay incluso “más motivos” para “meter a Ábalos y Koldo García en prisión que para mantener la de Santos Cerdán”.
El juez Leopoldo Puente ha ido dejando pistas. En concreto, indicó en su última providencia que después de las declaraciones se acordará “lo que resulte procedente”. En la citación, además, puso el acento en que Ábalos “pudiera haberse beneficiado de alguna fuente irregular de ingresos, lo que se compadecería con las recepciones ilícitas de dinero en metálico”.
El magistrado, dando validez a las pesquisas de la UCO, recogió en la citación que ese dinero era entregado a Koldo García, que asumía “una significativa parte de los gastos consultada la información bancaria correspondiente”, reza la providencia.
Asimismo, subraya el magistrado que Ábalos entre 2018 y 2023 no realizó reintegro en efectivo “frente a lo que, ordinariamente, había venido sucediendo hasta entonces y volvió a producirse a partir del año 2024”, dando a entender que en la etapa que estuvo como ministro -con Koldo García como asesor- no sacaba dinero en efectivo por esta fuente de ingresos presuntamente irregular.
Por tanto, concluye que el informe de la UCO “viene a profundizar en los indicios de criminalidad” porque certifica que Ábalos estuvo años “recibiendo indistintamente ingresos irregulares y opacos de diversa procedencia, eventualmente fruto de la comisión de los graves ilícitos penales que se les atribuyen”.

Ábalos espera no entrar en prisión
Pese a todo, los investigados sostienen que no hay motivos para que el juez acuerde esta medida. Koldo García asegura a Artículo14 que no declarará sino tiene toda la información de sus dispositivos móviles para defenderse y cree que no “se cumplen los criterios para entrar en prisión”.
Por su parte, Ábalos -que declarará un día antes que él- considera que el juez “no tiene sustento legal” para decretar esa prisión, y añadió en una entrevista en RTVE: “No sé qué alegría hay con llenar las prisiones al primer indicio”.
En concreto, ambos niegan el lenguaje en clave que detalla la UCO en el que “chistorras” eran billetes de 500, soles de 200 y lechugas de 100. Y aseguran que “los folios” de los que hablaban en sus conversaciones de Whatsapp eran folios en blanco para la fotocopiadora.

Sin embargo, las conversaciones con ese lenguaje en clave son las más incriminatorias y las que más evidencian que hablaban de dinero, aparentemente ilícito, según el tono de los mensajes intercambiados: “Tengo una pequeña alegría para el día de las elecciones: 200 chistorras”, decía Koldo García en marzo de 2019. A lo que su mujer le contestaba: “Eso es imposible. Para nosotros ¿no? Si los cálculos los hemos hecho bien, no necesito ninguna chistorra más nunca. ¿Eso es 1 M?”. Siguiendo con el símil de la chistorra le decía Koldo: “Tenemos carne para un tiempo”.
También hablaban en clave con el propio Ábalos. En su caso se referían a “folios”. En una ocasión, Ábalos solicitó a su asesor un lugar donde comer con Jésica Rodríguez, su pareja en el momento, señalándole que no llevaba dinero encima y unas horas después le dice: “A ver si mañana te acuerdas y me traen folios a casa”. El asesor terminaba la conversación respondiendo: “Mañana tienes una caja de folios”.
Y no solo hablaban entre ellos con este lenguaje. También había terceros interlocutores que sabían de este código. Como un tal Luis, que tenía una tienda en Navarra, y al que acudían para cambiar dinero: “Cariño, me meto ya a la cama para ir mañana a primera hora con este y las chistorras”, anunciaba la entonces mujer de Koldo García, Patricia Úriz. Días ante le había avisado a este tal Luis: “El fin de semana va a ir Pati a darte de esos de la otra vez, lleva 30 papeles”.