El ministro de Transportes y Movilidad Urbana, Óscar Puente, ha definido este jueves a Venezuela como “una dictadura” y “un régimen evidentemente autocrático”, al tiempo que ha felicitado a la líder opositora María Corina Machado por haber sido reconocida con el Premio Nobel de la Paz la semana pasada.
Durante una entrevista en el programa Más de Uno de Onda Cero, Puente señaló que, aunque no es un experto en la trayectoria política de Machado, no tiene “nada en contra” de su designación como Nobel y celebró que el galardón recaiga en una persona que “defiende la democracia en Venezuela”. Es así, el locutor Carlos Alsina le pareció “relevante” que un miembro del Gobierno haya definido al poder venezolano de tal manera.
“Si los jurados del Premio Nobel han considerado que tiene méritos para ser un premio Nobel, pues me parece bien, no tengo nada en contra. No soy un defensor de la dictadura venezolana, ni del régimen venezolano, no tengo nada que ver con el señor Maduro, y me alegro de que le den el premio Nobel a una persona que defiende la democracia en Venezuela”, declaró el ministro socialista, antes de subrayar que el país caribeño es “un régimen evidentemente autocrático”.
🔴 Óscar Puente, en @MasDeUno: "No soy un defensor de la dictadura venezolana"
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— Onda Cero (@OndaCero_es) October 16, 2025
Estas declaraciones llegan dos días después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fuera cuestionado por no felicitar públicamente a María Corina Machado. En una entrevista en la Cadena SER, Sánchez justificó su silencio asegurando que no se pronuncia sobre los premios Nobel, aunque dijo respetar “y mucho” el trabajo de la dirigente opositora.
El resto de ministros tampoco se han pronunciado públicamente. Este martes, ante la insistencia de la prensa, la ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se refirió a esta cuestión y justificó la ausencia de pronunciamientos señalando que “no todos se comentan o se explican”.
La posición de Puente contrasta con la prudencia adoptada por el jefe del Ejecutivo y con los antecedentes diplomáticos. La última vez que un miembro del Gobierno español definió a Venezuela como una “dictadura”, en palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, el Ejecutivo de Nicolás Maduro respondió con dureza: convocó al embajador español en Caracas y llamó a consultas a su representante diplomática en Madrid en protesta por lo que calificó de declaraciones “insolentes, injerencistas y groseras”.