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Un oficio feminizado en plena revolución en el Congreso: las taquígrafas aparcan el estenotipo

En las dos últimas convocatorias de oposiciones a las Cortes ya no les ofrecen concurrir por el método de la estenotipia. Llevan 215 años adaptándose sin dejar de recoger las palabras de sus señorías

Las máquinas de estenotipia, utilizadas en el Congreso y el Senado para plasmar las palabras, los aplausos o los insultos de sus señorías durante décadas, son cada vez más difíciles de ver. Las taquígrafas entran y salen del hemiciclo durante el pleno, y hacen lo propio durante las comisiones, pero es poco común que porten el aparato que sólo ellas saben manejar.

Siguen vertebrando el Diario de Sesiones, interpretando y corrigiendo lapsus y dando fe de lo pronunciado, pero su forma de trabajar ha experimentado nuevos cambios. Ya había ocurrido otras veces en los más de 215 años de actividad de este cuerpo profesional en las Cortes Generales, que opera desde la Constitución de Cádiz, en 1810.

En origen, las integrantes del Cuerpo de Redactores Taquígrafos y Estenotipistas de las Cortes Generales plasmaban lo dicho con símbolos hechos a mano. Las taquígrafas siguen recurriendo al bolígrafo hoy, pero las estenotipistas utilizan un aparato con veintiuna teclas que, hasta ahora, era frecuente observar durante los plenos.

La estenotipia es un método de escritura rápida que permite transcribir la información oral a un texto prácticamente en tiempo real. Y para ello emplea un teclado especial que facilita la grabación de palabras y frases enteras con una sola pulsación de tecla.

Ellas siguen allí; el Cuerpo de Redactores Taquígrafos y Estenotipistas de las Cortes Generales desarrolla una función indispensable, y seguirá haciéndolo dejando en una esquina, poco a poco, las máquinas de estenotipia.

Las últimas convocatorias de oposiciones (2025 y 2022) ya no recogen la elección que sí planteaban los anteriores procesos a quienes se postulaban: “Deberá especificarse el método por el que el aspirante concurrirá a la oposición: taquigrafía, estenotipia o estenotipia informatizada”, reza la convocatoria de 2019.

Dejó de ofrecerse esta posibilidad hace seis años. La tendencia, asumen fuentes de la Cámara, es que las nuevas taquígrafas se apoyen cada vez más en la tecnología, que les ayuda a recoger los textos y darles forma. El hecho de que se grabaran las sesiones en audio, y después en vídeo, ya supuso un salto importante a la hora de ejercer.

Hoy, todas las sesiones de pleno y de comisiones se celebran a puerta abierta y cuentan con señal de vídeo en directo, por streaming, que puede volver a consultarse. Ya no hay que esperar más que unos segundos para acceder a lo que ha dicho un diputado desde la tribuna, sin aguardar a que se publique el diario de sesiones. Su nombre aparece en la señal de la web, y es posible descargar el vídeo con un solo pinchazo.

La tecnología ha revolucionado la forma de acceder a esta información, y ha hecho propio con el trabajo de las taquígrafas.

La profesión más feminizada del Congreso

Este cuerpo profesional es, de largo, el más feminizado de los que operan en las dos Cámaras del Parlamento. Entre el personal funcionario del Congreso (letrados, ujieres, administrativos, técnicos administrativos, asesores facultativos, archiveros bibliotecarios y redactoras taquígrafas y estenotipistas) hay 231 mujeres (60%) frente a 154 hombres (40%).

Sin embargo, en el cuerpo de taquígrafas hay 31 mujeres y 4 hombres (2024), y en 2021 sólo había un taquígrafo varón. En el Senado se da prácticamente la misma proporción. Hay 156 mujeres (59,3%) frente a 107 hombres (40,7%), y 27 taquígrafas frente a un único compañero del sexo contrario.

La foto de la composición de la plantilla varía si también se tiene en cuenta al personal laboral, adscrito y eventual. De los 1.578 trabajadores de las Cortes, 714 son mujeres (45,25%), frente a los 864 hombres (54,75%).  Las taquígrafas representan el 3,9% de este músculo laboral, pero sin ellas no habría Diario de Sesiones.

Además de contar al menos con una diplomatura, de conocer el temario sobre Constitución, Derecho y el funcionamiento del Parlamento, o de demostrar velocidad en la escritura, para acceder a una de las 12 plazas de la convocatoria de marzo de este año hace falta superar cinco ejercicios: un tipo test de cien preguntas; dos pruebas de transcripción con correcciones lingüísticas y de contenido para que el texto tenga coherencia y a la vez refleje los incidentes que surjan; otras dos pruebas específicas para corregir errores, salvar errores y omisiones, un cuarto ejercicio para desarrollar dos de los temas, y una quinta prueba optativa de idiomas.

Quienes superan estas pruebas y logran plaza pueden integrarse en un cuerpo que asiste a los plenos desde el centro del hemiciclo, a los pies de la tribuna de oradores y de la bancada azul (del Gobierno), a la vez. Lo que ya no pueden hacer las nuevas taquígrafas es elegir de partida el estenotipo como herramienta para plasmar sus notas.