En medio del debate jurídico y político que ha suscitado la Ley de Amnistía, una figura ha emergido con fuerza desde el seno del Tribunal Constitucional: Inmaculada Montalbán, la magistrada encargada de redactar la sentencia que hoy ha avalado uno de los textos legales más controvertidos de la democracia reciente.
Aunque gran parte del foco mediático recae sobre el presidente del tribunal, Cándido Conde-Pumpido, lo cierto es que Montalbán se ha convertido en una pieza clave. Y, según voces cercanas al alto tribunal, en una de las figuras con mayor peso real en sus deliberaciones.
Trayectoria judicial y perfil progresista de Inmaculada Montalbán
Nacida en Iznalloz (Granada) en 1959, Inmaculada Montalbán no es una recién llegada al poder judicial ni al debate político. Con una trayectoria sólida y respetada, ha estado vinculada desde hace décadas al movimiento progresista en la judicatura, formando parte de la asociación Jueces para la Democracia, cercana al PSOE. En este contexto, su nombramiento como ponente de la Ley de Amnistía no ha sorprendido a quienes conocen su perfil y su recorrido.
Entre 2008 y 2013, Inmaculada Montalbán fue vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Allí compartió espacio y sintonía ideológica con Margarita Robles, entonces también vocal del órgano y hoy ministra de Defensa. Ambas lideraron el bloque progresista del CGPJ y trabajaron conjuntamente en impulsar políticas centradas en derechos sociales. Entre ellas, la consolidación del Observatorio contra la Violencia de Género, que Montalbán presidió con firmeza.

La carrera de Inmaculada Montalbán ha estado estrechamente ligada a la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia machista. Esta especialización le ha valido un notable reconocimiento dentro del sector judicial, además de un prestigio que va más allá de etiquetas partidistas. Su formación sólida y su capacidad de análisis jurídico la han llevado a ocupar posiciones clave, incluso en los momentos más sensibles.
Pero también ha sido protagonista de decisiones polémicas. Su participación en la sentencia del caso de los ERE en Andalucía —en la que fueron exonerados los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán— generó críticas en determinados sectores. No en vano, fue Griñán quien le concedió en 2012 la Medalla de Andalucía, lo que avivó el debate sobre su imparcialidad en aquel fallo. A pesar de ello, fuentes jurídicas insisten en su rigor técnico y en su “capacidad para separar su biografía personal de sus dictámenes judiciales”.
Montalbán y la ponencia sobre la Ley de Amnistía
La decisión del Tribunal Constitucional sobre la Ley de Amnistía marca un antes y un después en la historia institucional española. Y ha sido Inmaculada Montalbán quien ha tenido la responsabilidad de elaborar la ponencia que articula jurídicamente esa decisión. Una tarea de enorme complejidad. No solo por el contenido legal, sino por las implicaciones políticas, sociales y territoriales que arrastra la ley.
Con Cándido Conde-Pumpido al frente del Tribunal Constitucional hasta 2026, ya se especula con que Inmaculada Montalbán podría convertirse en su sucesora. De ocurrir, sería la segunda mujer en presidir este órgano tras María Emilia Casas, quien lo hizo entre 2004 y 2011.