Viajeros tirados

Atrapados hasta las 4 de la madrugada sin comida y con frío

Una de las familias afectadas por el robo de cable, nos cuenta la experiencia que vivieron en uno de los trenes

Una imagen correspondiente a la estación de Sants y a los problemas de movilidad tras el apagón
Efe

A Teresa y a su familia el robo del cable del cobre que había ocurrido en Toledo les sorprendió en pleno trayecto de los trenes que se vieron afectados. Tras haber pasado el puente de Mayo en Cádiz decidieron volver en coche hasta Sevilla y de ahí coger un AVE, el 2191, que les llevase a Madrid. “Íbamos con tres niños pequeños de entre seis y dos años y un bebé, así que pensamos que era lo mejor para no pasar tantas horas en el coche”, nos comenta.

Por supuesto, no esperaban vivir una pesadilla cuando a las 19.33h se montaron en el vagón. La hora estimada de llegada a Atocha era las 22.13h pero eso no ocurriría hasta seis horas después.

“Sobre las nueve, yo fui a la cafetería y vi que el tren se había parado, nos dijeron que había un robo de cable en la vía y que no sabían cuánto iba a durar la avería“, comenta Teresa López, una de las más de diez mil personas de los 30 trenes afectados. “A partir de ese momento la gente empezó a ir a la cafetería para no quedarse sin nada por que no sabíamos cuando íbamos a llegar a casa”, explica.

La situación no dejó de empeorar según iban pasando las horas. “Sobre las doce de la noche nos dijeron que podríamos tardar unas seis horas en llegar a Atocha”, y después de esa comunicación absolutamente nada más.

“Pasaron a ofrecernos una vez vasos de agua, pero nada más. Ni comida gratis como se dijo por la radio, ni mantas porque hacía muchísimo frío, ni tampoco oscurecer el vagón para que los niños pudiesen dormir. Nada. Fue un descontrol terrible“, comenta Teresa quien incluso vio “un camarero llorando” ante la situación de impotencia que se estaba viviendo.

En la cafetería no quedaba nada. Como es lógico, los viajeros habían comprado todo lo que quedaba. Solo quedaba esperar. “Lo que no entendíamos nadie es que si el robo se detecta a las 17.45h cómo permitieron que ese tren saliese”, una pregunta que durante horas se hacían los viajeros atrapados e indignados.

Pasadas las cuatro y media de la mañana su tren consiguió llegar a Atocha. “Siguió el caos porque no habían avisado y no había taxis para volvernos, los taxistas que se acercaron fue porque se habían informado ellos. Fue desesperante”, añade.

Al fin, a las cinco de la mañana pudieron llegar a casa. Sobre los billetes, “nos comunicaron que teníamos 24 horas para reclamar y que nos devolverían el dinero”, una medida que a Teresa le parece insuficiente tras lo vivido en la noche de este domingo. “Con una catástrofe por semana, era suficiente”, comenta sin perder el sentido del humor acordándose del apagón, sólo seis días antes.