España vive las últimas horas de una intensa ola de calor que ha mantenido en vilo al país durante varios días. Con temperaturas extremas que han rozado o superado los 40 °C en numerosos puntos del territorio, el episodio ha obligado a activar alertas en todas las comunidades autónomas. Sin embargo, aunque el calor empieza a ceder, la atmósfera no ofrecerá descanso. Lo que viene ahora es una inestabilidad marcada por tormentas, granizo y viento fuerte.
La tercera jornada de la ola de calor se ha saldado con valores extraordinarios en zonas del interior peninsular. Este lunes, Sevilla alcanzará los 42 °C, seguida por Córdoba, Zaragoza, Lleida y Badajoz con 41 °C. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha mantenido las alertas por altas temperaturas en prácticamente todo el país.
Las alertas naranjas se han extendido por comunidades como Andalucía, Cataluña, Aragón, Galicia o la Comunidad Valenciana. Mientras que el nivel amarillo se ha activado en regiones como Madrid, Baleares, Canarias, Castilla y León o Murcia. Esta ola de calor ha estado marcada no solo por los picos térmicos diurnos, sino también por mínimas muy elevadas que dificultan el descanso nocturno, sobre todo en la mitad sur peninsular y el valle del Ebro.
Una transición violenta: tormentas intensas tras la ola de calor
Lo que sigue a la ola de calor no es precisamente tranquilidad atmosférica. A partir de este lunes por la tarde, los cielos despejados que dominaban la primera mitad del día darán paso a nubes de evolución y chubascos, sobre todo en el interior peninsular. Según la Aemet, las zonas más afectadas serán la Ibérica norte, Pirineos y áreas colindantes.
Las tormentas ganarán protagonismo en Asturias, Galicia, Cantabria, Castilla y León y Cataluña, todas ellas bajo alerta amarilla por este fenómeno. En Castilla y León y el Pirineo catalán, los chubascos podrían estar acompañados de granizo y rachas de viento muy fuerte, lo que hace temer una situación meteorológica muy cambiante y potencialmente peligrosa en algunas zonas.

Aunque la ola de calor empieza a remitir, las temperaturas seguirán siendo elevadas en buena parte del país. El descenso será más acusado en Galicia. En particular, en su litoral noroeste, donde la bajada térmica se notará de forma inmediata. En el resto del territorio, la caída será más ligera, aunque bienvenida tras jornadas asfixiantes.
No obstante, en el noreste peninsular, el litoral mediterráneo norte y Baleares las temperaturas seguirán subiendo ligeramente. En muchos puntos del interior peninsular todavía se superarán los 36 °C. Y en zonas como el valle del Guadalquivir o el Ebro es posible que se repitan los 40 °C, al menos durante un par de días más antes del cambio definitivo.
A partir del miércoles: tormentas aún más fuertes
Cuando se dé por finalizada oficialmente esta ola de calor, previsiblemente el miércoles, la situación no mejorará del todo. Según Meteored, se espera que las tormentas se intensifiquen a partir de mitad de semana, con acumulaciones de hasta 20 litros por metro cuadrado en algunas zonas del interior norte.
Este cambio brusco en el patrón meteorológico responde al choque entre la masa de aire cálido que ha dominado los últimos días y una entrada de aire más frío e inestable por el Atlántico, lo que podría derivar en episodios convectivos potentes con riesgo de inundaciones puntuales.