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Belén Funes, directora de cine: “El sistema es el mayor antagonista al que nos enfrentamos”

'Los Tortuga', que ya se puede ver en cines, es el segundo largometraje de Funes, tras haber dirigido 'La hija de un ladrón', la serie 'La Ruta' y los cortometrajes 'La inútil' y 'Sara a la fuga'

La directora Belén Funes posa en el photocall de la película ‘Los Tortuga' que se presenta este domingo durante el 28º Festival de Málaga.
EFE/Daniel Pérez

Belén Funes se consagra con Los Tortuga, una historia familiar de superación personal, proceso del duelo, comunicación intergeneracional, migración, derecho a una vivienda digna y otras experiencias vitales que nos son intrínsecos al día a día, así como a la manera de afrontar sentimientos tan profundos que nos marcan de por vida. Precisamente por ello ganó la Biznaga de Plata a Mejor Guion en el Festival de Málaga, la Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado y fue premiada por SIGNIS España, distinción que reconoce el cine con valores humanos, espirituales y sociales.

“Muchas veces la política no sabe dar respuesta a los ciudadanos. Las estructuras del sistema no siempre se acompasan con las estructuras de lo emocional”. La directora barcelonesa aborda la crisis “demencial y grotesca” que vivimos en España del 2008 al 2012 para retratar a Los Tortuga, familias enteras que emigraban desde los entornos rurales de Andalucía a Cataluña en busca de un mejor rendimiento económico. Funes pone el foco en dos mujeres protagonistas y admite que la forma en la que escribe a las mujeres tiene mucho que ver con la admiración que siente por ellas, “siempre tan valientes, tan duras, tan complejos y resistentes” y asegura que los humanos “somos totalmente imperfectos y que eso es bueno que esté también en las narrativas, en las películas”.

Es precioso que el título haga homenaje precisamente a esta anécdota de transmisión verbal entre lugareños y familiares… ¿cómo descubriste la historia de Los Tortuga? ¿Este fue el germen para hacer la película?

“Tortuga” es un término que he escuchado desde pequeña, pero que tardé mucho en entender y en el que empecé a bucear cuándo decidimos hacer la película. Pero, a decir verdad, el germen para empezar a pensar en este proyecto nunca fue ese. Fue que teníamos tanto Marçal (guionista) cómo yo, muchas ganas de hacer una película entre Catalunya y Jaén, una película dividida entre dos territorios con personajes que viven en esa “ida y vuelta”.

En tu cine hay una tensión constante entre la institución y el individuo. ¿Cómo se manifiesta esa tensión en Los Tortuga? ¿Qué papel juega el Estado, o su ausencia, en la vida de estos personajes?

En mis películas no suele haber personajes antagonistas que van en contra de las protagonistas y que les impide conseguir sus objetivos. No solemos trabajar así porque creo que en realidad el sistema es el mayor antagonista al que nos enfrentamos cotidianamente y hemos querido que en las películas que escribimos juegue ese papel.

Yo soy hija de la gran crisis 2008-2012 (¡la gran recesión! ¡las hipotecas subprime!) y creo que seguimos con ese relato de precariedad muy pegado a nosotros, sigue viviendo no solo en nuestra memoria sino en muchos comportamientos que tanto yo como gente de mi generación hemos adquirido. Creo que entre 2008 y 2012 vivimos ciertas cosas y vimos tantas otras que nos va a costar mucho olvidar. El telediario era un ataque de ansiedad diario, vimos a la gente obligada a abandonar sus viviendas porque ya no podían pagarlas. Creo que esa crisis demencial y grotesca que vivimos ha condicionado las películas que hago y Los Tortuga no es una excepción. Creo que no me gusta hablar de estado, que es un término demasiado volátil. Pero sí que creo que muchas veces la política no sabe dar respuesta a los ciudadanos. Las estructuras del sistema no siempre se acompasan con las estructuras de lo emocional.

En tus películas anteriores, las mujeres han tenido un rol complejo, muchas veces atrapadas entre la lealtad familiar y el deseo de liberación. ¿Qué rol ocupan las mujeres en Los Tortuga?

Las mujeres en Los Tortuga ocupan un lugar muy importante, de hecho, a lo largo del metraje de la película los hombres van desapareciendo. Creo que la forma en la que escribo a las mujeres tiene mucho que ver con la admiración que siento hacia esos personajes, siempre tan valientes, tan duros, tan complejos y resistentes. Me producen mucha ternura y a la vez las admiro porque son mucho más fuertes que yo, llegan a lugares y aguantan situaciones con las que yo sería incapaz de lidiar. Son mujeres con mucho conflicto, intentamos que sean tridimensionales y a la vez que no caigan bien todo el rato, creo que los humanos somos totalmente imperfectos y que eso es bueno que esté también en las narrativas, en las películas. Delia, sin duda, representa a esa mujer que es madre, pero que ante todo es una mujer sumida en la tragedia. Ahora mismo necesita más ser cuidada que cuidar.

Elvira Lara apunta a ser una joven promesa de la interpretación, desprende mucha luz pero a la vez transmite ese aire auténtico y natural de una chica joven. ¿Cómo la descubriste?

Hicimos un casting masivo que capitaneó Cristina Pérez. Vimos a muchas chicas de esa edad, las buscábamos en las calles, manifestaciones, discotecas, universidades… en todos los lugares en los que Anabel pudiera estar. Al final de uno de esos días de búsqueda sin frutos, Cris regresó a casa y la vio en una biblioteca, en la puerta, con más amigos. Y le propuso hacer un casting. Elvira es una actriz excepcional. Puede hacer lo que ella quiera.

El personaje de Antonia Zegers es genuino, pero de primeras sorprende que sea chilena, ya que no hay apenas chilenos migrantes en España. ¿Cómo fue el proceso de creación de este personaje?

En contra de lo que se piense, la migración chilena es importante en España. Hacia 2018 había unos 106.060 chilenos residiendo en territorio español. Para mí también era una forma de alejar la película de otros relatos de migración que quizás están más presentes en el cine español. Y darle una dimensión nueva, ya que Delia, por ejemplo, no trabaja como limpiadora ni en el sector de los cuidados, trabaja como taxista. Queríamos poder mirar ese proceso de llegada a España desde un lugar un poco menos contado.

Sorprende el abanico tan amplio de temas y valores a los que haces referencia en Los Tortuga, ¿por qué has querido incluirlos todos? ¿Dirías que es una película de activismo social?

Diría que es una película que lo que sí que pretendía era captar una instantánea del país. Sé que es una ambición muy grande y que seguramente no se haya conseguido en su magnitud, pero sí que creo que la película es muy contemporánea con todo lo que está pasando. Nosotros lo que queríamos era desmontar ese mito, esa frase hecha de “que la muerte es igual para todos” porque nada es igual para todos, todo depende del momento y de las circunstancias de presente que, como individuo, estés atravesando en ese momento, de ahí todo ese universo temático. La clase está relacionada con absolutamente todo y nos define, es otro ADN.

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