Entrevista exclusiva A14

Richard Linklater: “Supongo que la industria del cine me ha dejado por imposible”

Pendiente de estrenar 'Nouvelle vague', su gran reconstrucción de la revolución que cambió el cine para siempre, el director presenta esta semana 'Blue Moon', una historia encerrada en un bar sobre el compositor de la más célebre, bella y triste de las canciones

Richard Linklater.
KiloyCuarto

En su 25º largometraje, Blue Moon, el director de títulos tan memorables como Antes del amanecer (1996) y sus dos secuelas, Escuela de rock (2003) y Boyhood (2014) se centra en la figura de Lorenz Hart, que hace ocho décadas escribió junto al músico Richard Rodgers canciones tan famosas como My Funny Valentine, The Lady is a Tramp o, claro, Blue Moon. La película, eso sí, se sitúa en la noche del estreno neoyorquino de Oklahoma!, el primer musical de Broadway que Rodgers creó sin su viejo socio; lo compuso junto a Oscar Hammerstein, con el que acabó formando la pareja de autores teatrales más famosa del siglo pasado. Hart, en cambio, moriría solo ocho meses después de esa noche, el 22 de noviembre de 1943, a causa de una neumonía y del alcohol.

'Blue Moon', la nueva película de Richard Linklater, protagonizada por Margaret Qualley y su fiel Ethan Hawke
‘Blue Moon’, la nueva película de Richard Linklater, protagonizada por Margaret Qualley y su fiel Ethan Hawke

¿Qué relevancia tiene en la actualidad la figura de Lorenz Hart en Estados Unidos?

Sin duda quienes están familiarizados con el mundo de Broadway y el del teatro musical en general conocen su legado, pero para el resto es un personaje completamente desconocido, como tantos otros genios de su misma industria. En realidad, eso resulta positivo a la hora de hacer una película sobre él, porque no tiene nada que ver con iconos como Elvis Presley o Bob Dylan, sobre quienes cada espectador siente que le pertenecen. Blue Moon, en cambio, es una invitación al público, para que conozcan quién fue Hart.

Hasta cierto punto, la película trata el fin de la relación entre Hart y Rodgers como si del fin de un romance se tratara. ¿Por qué?

Existen muchas historias sobre rupturas sentimentales, pero a mí me interesan más las rupturas profesionales. Para Hart, su relación con Rodgers lo significaba todo y, sin ella, sentía que estaba completamente acabado. La película intenta ser como una de las canciones que crearon juntos: hermosa y llena de ingenio, pero también devastadoramente triste.

La primera vez que usted le ofreció a Ethan Hawke el papel de Lorenz Hart fue hace 12 años. ¿Por qué ha tardado tanto el proyecto en hacerse realidad?

Por varios motivos, pero uno de los más importantes es que, por entonces, Ethan era demasiado joven para el papel, y demasiado guapo. Ahora es mucho mejor actor, y en la película captura a la perfección las contradicciones que definen a Hart: es un hombre muy celoso pero también atento y cariñoso, muy gracioso y a la vez totalmente autodestructivo, y un homosexual enamorado de una mujer.

El reparto de Blue Moon junto a su director, Richard Linklater
El reparto de Blue Moon junto a su director, Richard Linklater
Biennale di Venezia

Usted y Hawke llevan tres décadas colaborando. ¿Cómo se explica su relación?

Somos amigos, pero nuestra relación está ligada al trabajo. Casi todo nuestro tiempo juntos lo pasamos hablando de proyectos. No somos el tipo de amigos que se van juntos de vacaciones. Me gusta colaborar con él porque admiro sus habilidades como actor y su ética laboral; siempre está tratando de poner a prueba sus límites artísticos. Además, la familiaridad que existe entre nosotros hace que el trabajo en equipo sea más fácil. Durante el rodaje de Blue Moon fui tan duro con él que estoy convencido de que, si no fuéramos amigos, en algún momento me habría dado un puñetazo.

¿Qué relación personal tiene usted con las composiciones de Rodgers y Hart?

Cuando yo era niño, mi madre se pasaba el día poniendo discos de las bandas sonoras de los musicales clásicos de Broadway, y desde entonces me sentí cercano a ellas. Recuerdo que en una ocasión, coincidiendo con un cumpleaños de Ella Fitzgerald, en la radio sonó una canción interpretada por ella, y me encantó, así que fui a la tienda a comprar el disco, un álbum doble en el que Fitzgerald canta canciones de Rodgers y Hart. Desde entonces, me sentí un bicho raro. Por un lado escuchaba punk rock y a Frank Zappa, y por el otro escuchaba la música de Duke Ellington, Glenn Miller y Tommy Dorsey.

Entre otros muchos asuntos, Blue Moon habla de las concesiones que el arte se ve obligado a hacer por imperativos comerciales. ¿Diría que, en ese sentido, funciona como crítica a la cultura del entretenimiento actual?

Sin duda, el conflicto entre los impulsos creativos individuales y las exigencias del mercado siempre es relevante, especialmente si hablamos del cine o el teatro. Escribir una novela o crear una pintura o una escultura son formas artísticas mucho más sencillas a niveles logístico y financiero, pero al hacer una película estás obligado a tener en cuenta el interés del público, porque necesitas el apoyo de un productor. Y yo no he conocido a ninguno que diera luz verde a una película de la que tuviera la certeza que iba a ser ignorada por el público.

Richard Linklater es conocido, entre otras cosas, por la trilogía 'Antes del amanecer'
Richard Linklater es conocido, entre otras cosas, por la trilogía ‘Antes del amanecer’

El declive profesional de Lorenz Hart se debió sobre todo a su alcoholismo, pero también tuvo que ver con su negativa a hacer ese tipo de concesiones. ¿Qué hay de usted? ¿Siente que ha pagado un precio por mantenerse fiel a sí mismo?

Constantemente. Con el tiempo me he granjeado una reputación, así que sé que hacer el cine que quiero hacer me obliga a librar ciertas batallas. Y diría que he ganado todas las batallas, porque siempre he hecho lo que he querido, pero a veces he pierdo la guerra porque los productores en ocasiones se niegan a promocionar mi trabajo o a estrenarlo en condiciones, porque no ven potencial en él. Pero no me importa: si logro hacer la película que quiero hacer, estoy contento. En general, siento que no he tenido que hacer verdaderos sacrificios. He oído historias de terror sobre cineastas que han tenido que renunciar a su propia voz, pero yo nunca he tenido ese problema. Supongo que la industria me ha dejado por imposible.

Cada vez hay menos espacio en las salas de cine para películas como Blue Moon. ¿Qué opina al respecto?

Me entristece, claro, pero acepto que el modelo del negocio cinematográfico ha cambiado. No me ofendo si alguien me explica que, por ejemplo, ha visto una de mis películas en un avión. Si un joven de 20 años me cuenta que ha visto Antes del amanecer, doy por hecho que la ha visto en streaming, porque no tiene más opciones. No sé, hay mucha gente que había abandonado el hábito de ver películas porque dejaron de ir al cine, y las plataformas les han permitido recuperarlo. Obviamente, siento que la mejor manera de ver cine es en una sala oscura y enfrente de una pantalla grande, pero las cosas han cambiado.

¿Le preocupa la vida que tendrán sus películas cuando usted no esté? ¿Le importa el legado que dejará?

No, la verdad. Creo que quienes se preocupan por esas cosas probablemente no se centran en lo que verdaderamente importa. Soy consciente de que algunas de mis mejores películas apenas han tenido público, pero no voy por el mundo sintiéndome un genio incomprendido. Para mí el cine es, simplemente, una forma de vida. Disfruto todas las etapas de la producción de una película. Me encanta escribir, adoro los ensayos con los actores… No hay ningún aspecto del cine que no me guste. Tengo amigos que solo han hecho unas pocas películas a lo largo de su vida porque detestan el 95% del proceso. Yo, en cambio, vivo para el cine. Los rodajes son mi lugar preferido, donde estoy más relajado. Cuando presento una película ante una gran audiencia me pongo muy nervioso, pero en el set de mi propia película me siento como en mi propia casa.

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