Vivian Gornick: “El feminismo sobrevivirá”

La escritora neoyorquina reflexiona sobre feminismo, memoria y escritura en un emotivo encuentro en la sede de Fundación Telefónica con motivo de su presencia en la Feria del Libro de Madrid

La escritora neoyorquina Vivian Gornick
La escritora neoyorquina Vivian Gornick. Montaje: kiloycuarto

A sus 90 años, Vivian Gornick no baja el tono ni el pulso. Sentada en el escenario del Espacio Fundación Telefónica, flanqueada por la escritora Beatriz Serrano, habla con lucidez y determinación sobre el feminismo, la política estadounidense y el derecho a una vida con sentido. Su nuevo libro, Por qué algunos hombres odian a las mujeres (Sexto Piso), recoge artículos escritos en los años 70 que, lejos de haber envejecido, se leen hoy como un mapa de la lucha feminista aún inconclusa.

“Nos encontramos lejos de lograr el cambio cultural necesario para conseguir una vida nueva”, dice Vivian Gornick en la introducción del volumen. “Esa revolución que yo creía que habíamos llevado a cabo hace cincuenta años me parece ahora un episodio más en nuestro largo y torpe pedaleo hacia la ciudadanía de primera clase”.

Es un diagnóstico lúcido y doloroso, que no por ello desemboca en la desesperanza. Al contrario: en cada una de sus intervenciones en Madrid, desde la Feria del Libro hasta el auditorio de la Fundación Telefónica, Vivian Gornick se mostró convencida de que el feminismo no retrocede. “Cada diez años sale alguien diciendo que el feminismo ha muerto, eso es imposible”, repitió varias veces. “No puedes volver a meter al genio en la botella”.

'Por qué algunos hombres odian a las mujeres' (Sexto Piso) es el nuevo libro de Vivian Gornick
‘Por qué algunos hombres odian a las mujeres’ (Sexto Piso) es el nuevo libro de Vivian Gornick

Un movimiento humanizador

Autora de obras fundamentales como Apegos feroces o La mujer singular y la ciudad, Vivian Gornick es una de las grandes cronistas de lo íntimo, pero también una ensayista combativa. En Por qué algunos hombres odian a las mujeres disecciona las estructuras culturales que sostienen la misoginia, desde las conversaciones en una peluquería hasta los textos de escritores como Norman Mailer, Saul Bellow o Philip Roth, a quienes acusa de haber contribuido a una narrativa de odio soterrado hacia las mujeres. “Veían a las mujeres como objetos sexuales. Esa visión se mantuvo durante décadas y el ‘MeToo’ solo vino a evidenciar que el antagonismo persiste”.

Vivian Gornick no se refugia en el desencanto. “Yo no creo que ellos nos odien más de lo que nosotras les odiamos a ellos”, afirma con ironía, antes de añadir que las relaciones entre hombres y mujeres han sido históricamente “instrumentales, transaccionales, no de camaradería”. Pero también observa signos de transformación: “Muchos jóvenes han sido profundamente humanizados por el movimiento femenino. Creo que más de los que creemos”.

La larga batalla

Con un tono entre el análisis y el testimonio, Vivian Gornick defiende que el feminismo es la “batalla más larga” de la historia contemporánea, incluso más que la lucha contra el racismo. “Es imposible que se termine. Nunca es un caso de mujeres regresando. Nunca va a suceder de nuevo”. Pero eso no evita el dolor de los retrocesos.

“La era Trump es muy dolorosa y terrible, pero las mujeres sobreviviremos y el feminismo sobrevivirá”, declaró con firmeza. Recordó cómo, tras la derogación en 2022 de la sentencia Roe vs. Wade, que garantizaba el derecho al aborto en Estados Unidos, surgió una red espontánea de ayuda a mujeres para que pudieran abortar en los estados donde seguía siendo legal. “No sé si eso es bueno o malo, pero lo cierto es que, al año siguiente, se practicaron el doble de abortos. Las mujeres dejaron claro que no iban a dejarse intimidar por ninguna ley”.

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Es un ejemplo de lo que ella llama “democracia de base”: una resistencia sostenida desde abajo, más allá de las instituciones. “Estamos viviendo un periodo terrible de enorme regresión política en Estados Unidos, pero sigo creyendo en la democracia, y cada cosa que haga este régimen autoritario será combatida”.

Trabajo, no reverencia

En su intervención madrileña, Vivian Gornick volvió sobre algunos de sus temas clave: la maternidad, el trabajo, el valor político de lo personal. Para ella, el gran cambio que trajo la segunda ola del feminismo fue “sacar a las mujeres del hogar”. “Freud dijo que la vida es trabajo y amor; para las mujeres, el amor siempre fue lo primero, pero el feminismo devolvió el orden correcto: primero el trabajo, después el amor”. Y matiza: un trabajo con propósito, que permita a las personas vivir una vida significativa. “La base de todo movimiento de justicia social es el derecho a tener un trabajo con sentido”.

Rechaza, en esa línea, la idealización de la maternidad. “La maternidad no es un credo ni una pancarta. Es algo natural, que puede ser una maldición o una bendición, pero convertirlo en algo reverencial o romántico tiene un mensaje oscuro: quédate en casa y ocupa tu lugar”. “No veo ninguna razón para que la maternidad tenga un lugar especial”, remacha.

El feminismo no ha muerto

Vivian Gornick se reconoce herida por la lentitud de los cambios. “Me enseñaron que las revoluciones necesitan tiempo, pero ver cómo retrocedemos duele”, confesó durante la conversación con Beatriz Serrano. Sus padres, militantes de izquierdas, le enseñaron a mirar la historia como un proceso de largo aliento, sin soluciones rápidas. Esa conciencia le ha servido como escudo ante la desilusión, pero no la inmuniza frente al malestar: “Cada día veo cómo se tambalean los derechos conquistados, cómo se perpetúa el desprecio a las mujeres, cómo siguen vivas tantas cuentas pendientes”.

La escritora neoyorquina Vivian Gornick.
La escritora neoyorquina Vivian Gornick.

Pese a todo, se muestra agradecida. “Me parece un milagro que mis libros sigan vivos”, dijo tras un fin de semana de firmas multitudinarias en la Feria del Libro de Madrid, que este año tiene como ciudad invitada a Nueva York. “Y que yo también siga viva”, añadió, entre risas.

Esa vitalidad es la que se transmite en cada página de su obra. El título del libro, aclara, fue sugerencia de la editorial española. “Quizá diga más sobre la sociedad española que sobre la mía”, apunta con sorna. Pero lo asume, porque el propósito sigue siendo el mismo: invitar a reflexionar, cuestionar lo establecido, convocar una vida distinta. “Espero que los lectores hispanohablantes se sientan interpelados, que se unan a quienes ponen sus vidas al servicio de la gran causa de la igualdad sexual”.

Porque si algo queda claro después de escuchar a Vivian Gornick es que el feminismo, lejos de haber muerto, es una llama encendida en mitad de un tiempo oscuro. Y ella, desde Nueva York, sigue avivándola.

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