La Selección confirmó su favoritismo con una victoria sólida en su estreno, y ahora encara el segundo partido de la fase de grupos en un ambiente completamente alemán. El Inselpark Arena se llenará de aficionados y aficionadas de la anfitriona. Un escenario que exigirá máxima concentración a la selección de Miguel Méndez.
Gran comienzo en la competición
España llega lanzada a su segundo compromiso tras un estreno convincente ante Gran Bretaña (70-85). El equipo de Méndez dominó desde el inicio, apoyado en la defensa, la intensidad en transición y la puntería exterior de jugadoras como Iyana Martín y Alba Torrens. A pesar de alguna desconexión en los dos últimos cuartos, la Selección supo controlar los intentos de reacción británicos y gestionó la ventaja con solvencia hasta el final. Con la moral alta y ajustes pendientes en el rebote, España buscará asegurar el liderato de grupo y evitar encontrarse con Bélgica en cuartos.
Alemania: anfitriona con talento WNBA
El combinado germano presenta una de las plantillas más atractivas del torneo. Entre sus figuras destacan Luisa Geiselsöder, pívot de 1,92 metros y recientemente campeona de la liga francesa y con experiencia en la WNBA. Así como Satou Sabally, referente en el ala-pívot de enorme impacto y también con pasado en la liga estadounidense. Además de Leonie Fiebich, jugadora versátil en varias posiciones interiores.
Junto a estas jugadoras, el grupo se completa con jóvenes talentos como Alexis Peterson, especialista en transición y contribución reboteadora. Su combinación de juventud y fuerza física, junto a la presión de ser anfitrionas, las convierte en candidatas firmes a liderar el grupo.
España: continuidad y ambición
La victoria ante Gran Bretaña permitió a España desplegar su mejor versión, con Alba Torrens ejerciendo de líder y las nuevas apuestas, como Raquel Carrera y Paula Ginzo, dejando buena impresión. Aunque sin duda alguna quien más destaca es la joven Awa Fam, que desde su llegada a la absoluta, ha sido imprescindible para Miguel Méndez. Con esto, el seleccionador ha subrayado que el equipo está formado para competir con regularidad y sustentar la transición generacional rumbo a Los Ángeles 2028.
Tras su sólido arranque, España necesita ahora dar un paso más. Un triunfo frente a Alemania garantizaría el liderato del grupo y el pase directo a cuartos. Tanto desde lo emocional como lo deportivo, supone una afirmación de poderío frente a un rival con armas similares.
Claves tácticas del duelo
El enfrentamiento entre España y Alemania promete ser una batalla de derroche físico y precisión táctica. En este sentido, hay que tener en cuenta que ambas selecciones se enfrentan después de pasar el debut el día anterior, por lo que ya existe un desgaste.
Para imponerse en Hamburgo, la Roja deberá controlar la zona pintada y limitar el impacto de figuras clave como Sabally y Geiselsöder. El dominio del rebote, tanto defensivo como ofensivo, será fundamental para frenar las segundas oportunidades de las germanas, que se muestran muy agresivas bajo el aro.
En ataque, España necesita paciencia y movilidad de balón para desarmar la defensa alemana, que alterna la presión en línea de pase y ayudas constantes cerca del aro. Pero lo más importante será minimizar las pérdidas. Cada error se convertirá en una transición letal para Alemania, que no duda en correr la pista con jugadoras rápidas como Fiebich.
Por último, mantener la calma ante la presión ambiental será un factor invisible pero determinante. Si España logra imponer su ritmo, castigar desde el perímetro y cerrar bien su aro, tendrá media victoria en el bolsillo. En un contexto tan igualado, cada detalle táctico puede marcar la diferencia entre la tranquilidad de un pase directo a cuartos o la obligación de jugarse el billete en un cruce previo.
Una batalla que promete intensidad
Con el objetivo de estar en las eliminatorias, España sabe que este partido ante Alemania puede marcar un punto de inflexión en su camino por el Eurobasket. Un triunfo consolidaría la confianza de un grupo que combina el talento de nuevas generaciones con la experiencia de referentes que ya saben lo que es pelear por medallas.
Más allá del resultado, el encuentro servirá para medir la madurez competitiva de una selección que, pese a estar en plena transición, mantiene intacta la ambición de mirar de tú a tú a cualquier rival del continente. Hamburgo será testigo de una batalla que promete intensidad, emoción y, sobre todo, baloncesto de alto nivel.