Indra es desde el pasado verano el primer accionista de TESS Defence, empresa encargada de la fabricación del nuevo vehículo de combate sobre ruedas (VCR) 8 x8 Dragón para el Ejército de Tierra. Un proyecto que acumula sucesivos retrasos en las entregas, que preocupan al Ministerio de Defensa. Así se lo trasladó el pasado 7 de octubre la propia Margarita Robles al presidente de Indra, Ángel Escribano, como responsable del consorcio desde julio de este año.
Fue el propio Ministerio quien informó de la reunión en un comunicado en el que señaló que “se reservan las acciones oportunas”. El Ministerio de Defensa ya interpuso a principios de 2024 una sanción por 9,2 millones de euros por los retrasos en la fase de desarrollo, como reconoció General Dynamics en sus cuentas de 2024, según informó Expansión.
Sin provisión por los retrasos
Sin embargo, los administradores de TESS Defence en la formulación de las cuentas a mediados de julio -ya con Indra como accionista de control-, se muestran confiados en las negociaciones con Defensa. Tanto en el ejercicio 2024 como en 2023, la sociedad reconoce que no ha registrado ningún pasivo contingente.
“El contrato de suministro de los VCR 8×8 Dragón a la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa contempla penalizaciones por retrasos. Sin embargo, los Administradores de la Sociedad consideran que, en base al estado actual de las negociaciones con el Ministerio de Defensa a fecha de formulación de las presentes cuentas anuales no es necesario el registro de provisión alguna al respecto”, recogen específicamente las cuentas de TESS Defence presentadas en el Registro Mercantil.
Pendientes del aumento del presupuesto
La relación de Defensa con el consorcio es compleja. El Ministerio adjudicó este contrato en junio de 2020 por 2.100,635 millones de euros. Tres años después, el Gobierno acordó un incremento del presupuesto del 20%. Entonces, el Consejo de Ministros reconoció la evolución de los programas tecnológicos asociados al futuro vehículo VCR 8×8, precisaban de una nueva estimación de costes del contrato en la fase de producción. Y así se fijó un alza de 420 millones para las anualidades entre 2024 y 2028.
Sin embargo, estos recursos aún no se han materializado, como así consta también en las últimas cuentas de TESS Defence: “Se estima que durante el año 2025 se materialice para el programa VCR8x8 una ampliación del techo de gasto del programa del 20%“. Las modificaciones requeridas incluyen pasar vehículos en configuración simple a completa, adquirir simuladores para entrenamiento y contratar un sistema de conciencia situacional LSAS, entre otros.
En la página de contratación pública, en 2025, solo figura ligado a la fase de arranque un contrato de mantenimiento y reparación por 743.628 euros, mientras que un año antes se asignaron 1,95 millones para el transporte por carretera.
Retos
La relación con Defensa es uno de los asuntos pendientes que hereda Ángel Escribano, como representante del inversor mayoritario en TESS Defence, una empresa que conoce bien. Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) es también accionista, junto SAPA y GDELS-Santa Bárbara. En 2024, antes de la toma de control por Indra por 107 millones, General Dynamics figuraba como primer accionista con un 26%. El resto del capital se repartía entre Indra, EM&E y SAPA Operaciones, con un 24,66%, respectivamente. Las cuentas reflejan a su vez la carga de trabajo de cada uno de ellos. Ese año, Indra solo logró el 10% del total, frente al 46% de Santa Barbara Sistemas.
El pasado 30 de julio, Indra selló la adquisición a Duro Felgera de El Tallerón en Gijón, con el objetivo de convertirlas en la sede de su nueva división Land Vehicles, destinada a la fabricación de vehículos militares y carros. En su hoja de ruta, está ensamblar en estas instalaciones el VCR 8×8. Si se cumplen estos planes, las futuras cuentas de TESS Defence previsiblemente reflejarán una mayor carga de trabajo para Indra.
Las cuentas al detalle
En 2024, los costes incurridos por los cuatro socios y subcontratistas principales alcanzó los 341 millones, un 66% más que un año antes. Por su parte, EM&E fue el tercer contratista con un 13%, mientras que SAPA Operaciones alcanzó el 12%. El resto de proveedores sumaron un 19%. Estos gastos reflejan una mayor carga de trabajo de este programa. Unos gastos que podrán ser auditados por el Ministerio de Defensa, pero que a fecha de julio de 2025 – cuando se formularon las cuentas- no habían sido auditados. La sociedad sí tiene abierta inspección del Ministerio de Hacienda sobre el impuesto de sociedades desde el ejercicio 2020 y siguientes.
De esta forma, importe bruto de la cifra de negocios sumó 345,34 millones, frente los 208,4 millones de un año antes; este importe que se reduce a 4,37 millones de cifra de negocio neta, un 48% más que en 2023. Por el contrario, el beneficio neto de TESS Defence se redujo un 30%, hasta 425.080 euros.