Matilde Mancha Montero de Espinosa es la actual consejera delegada de Acosol, la empresa pública que gestiona el ciclo integral del agua en la Costa del Sol Occidental. Economista de formación y con un máster especializado en el sector, cuenta con una amplia trayectoria en la gestión hídrica tras su paso por compañías como Aquagest, Agbar e Hidralia. En septiembre de 2023 asumió el cargo, convirtiéndose en la primera mujer en liderar la entidad.
Experiencia previa
¿Qué experiencias y motivaciones que le llevó a especializarse en lo que es la gestión del ciclo integral del agua?
En una primera fase de mi trayectoria, como primera experiencia profesional, el ciclo integral del agua era un mundo que yo no conocía. Así que toda esa etapa inicial fue más de aprendizaje. Yo había estudiado Económicas, no una carrera específica del mundo del agua, por lo que me vino muy bien para abarcar conceptos generales a la vez que iba aprendiendo sobre el sector.
En esos primeros años, lo que realmente me motivó dentro de la gestión del ciclo integral del agua fue cuando me trasladaron a un servicio en una población. Es ahí cuando realmente vives el negocio en primera persona. A partir de ese momento empecé a comprender el negocio más allá de los números —que era desde donde yo había empezado— y me fui acercando a la problemática más integral.
Yo creo que todo el mundo que se ha dedicado a este sector se engancha. Es una actividad que tiene mucho sentido y que, además, ha evolucionado muchísimo, sobre todo en los últimos diez años, hacia niveles mucho más altos de eficiencia y de digitalización.
¿Esta experiencia previa cómo ha influido en su actual labor en ACOSOL?
La verdad es que ha influido en ciertos aspectos. Después de 26 años en esas empresas, llegas aquí con la seguridad de haber visto muchas cosas y eso permite ver problemáticas distintas, infraestructuras, diferentes temas de depuración temas de sequía, temas de escasez, mecanismos también para poder acometer inversiones.
Al final toda esa experiencia acumulada me facilitó el comprender cuáles son las grandes problemáticas que tiene la Costa del Sol, que ya las conocía porque de alguna manera indirecta en mi anterior trabajo ya trabajábamos de alguna manera con ACOSOL. Desde el punto de la responsabilidad toda esa experiencia previa te hace que tú puedas ver con una mayor nitidez y claridad cuáles son los grandes retos a los que te tienes que enfrentar.
Objetivos y desafíos
¿Cuáles han sido esos desafíos y retos en su nombramiento como consejera delegada?
Justo cuando arranca este cargo estábamos inmersos en la reciente declaración de una sequía extrema. El primer reto era cómo íbamos a afrontar una situación tan crítica y poder garantizar que ese suministro los siguientes meses esperando que llegase esa precipitación. Ese gran desafío de garantizar el suministro al final del año 2023 y todo el año 2024 hasta aproximadamente en Semana Santa, que tuvo muchísimas precipitaciones que nos dieron alivio.
Ese tiempo pude organizarme con todo el equipo de ACOSOL, que es un equipo impresionante desde el punto de vista humano, trabajadores y además entregados con un compromiso total al servicio. La sequía son ciclos y nos tocaba en ese momento apretarnos, pero tendríamos que ir pensando en ese plan de inversiones. Es muy importante la visión a corto, medio y largo plazo para poder asegurar tener los mecanismos suficientes y que no volvamos a pasar por esta situación.
¿Cómo evalúa la resolución de estos desafíos?
En esa época tan complicada de la escasez fue la coordinación con la administración autonómica, que es la que de alguna manera marcaba las pautas por sus planes especiales de sequía de hacia dónde teníamos que ir. Aquí lo que hemos podido ver en la Costa del Sol Occidental es que se ha producido un crecimiento importantísimo de población en las últimas dos décadas, tres décadas y sin embargo la infraestructura hidráulica es la misma que se hizo hace treinta años.
También que se habían pasado demasiados años sin ampliarla, sin mejorar esa infraestructura, en una situación en la que ya pues cumple sus cuarenta y cincuenta años que están obsoletas y de alguna manera infra dimensionadas.
Actualmente están trabajando en la mejora de las instalaciones de la desaladora de Marbella…
Correcto, esa fue una de las iniciativas que yo ya me encontré lanzada cuando aterrice en septiembre de 2023 y la Junta de Andalucía había lanzado un poquito antes esta iniciativa porque había una planta desaladora en Marbella que estaba infrautilizada.
Ha sido una obra que se ha ido desarrollando a lo largo de 2024, que ha supuesto triplicar la capacidad de producción de agua desalada que teníamos en aquel momento en el que se producían seis hectómetros. Ya estamos finalizando la ampliación y tendrá una capacidad nominal de veinte. Ya la vamos a tener prácticamente terminada en breve semanas.
Están de celebración por el treinta aniversario de ACOSOL, ¿qué estrategias a largo plazo considera esenciales?
Separaría la gestión continua de las inversiones. En gestión, estamos centrados en ganar eficiencia y mejorar el servicio, sobre todo con transformación digital. A corto plazo, estamos terminando la planta desaladora, que nos hará menos dependientes de la lluvia.
También trabajamos con agua regenerada, la que sale depurada, para ampliar su uso en riego. Ahora solo usamos una parte porque hay que mejorar infraestructuras como las depuradoras y el sistema terciario. Esto nos permitiría ahorrar agua potable y preservar los acuíferos.
Además, tenemos en marcha el anteproyecto de una segunda desaladora en la Costa del Sol, probablemente entre Mijas y Fuengirola. Y, a más largo plazo, participamos en un proyecto conjunto con el Campo de Gibraltar para una nueva presa que daría recursos a Cádiz y a nosotros.
Mujer en el sector
¿Cómo ha percibido la evolución de la presencia de la mujer en puestos de responsabilidad en este ámbito profesional?
Yo voy viendo que sí hay mujeres que ocupan puestos de responsabilidad como el mío. Nos reunimos en muchas ocasiones con empresas de agua aquí en Andalucía, que son grandes, y se va viendo una pequeña presencia mayor de mujeres. Pero todavía es muy minoritaria. Yo llevo muchos años y he estado muy sola, mujeres había muy pocas.
Este sector ha tenido siempre una inclinación hacia el liderazgo masculino. Ya desde la base, con los operarios, que son hombres. Ha costado muchísimo incorporar operarias. Y eso se compensa a veces con más mujeres en atención al cliente o administrativos.
El problema es que deberíamos ser capaces de tener equipos mixtos en todos los campos. En los mandos intermedios o técnicos sí se ve casi equidad, pero cuando subes, los hombres predominan. Hay pocos referentes, y eso lo hace más difícil. Yo pienso que es 100% enriquecedor tener equipos mixtos. Estoy completamente en contra de equipos solo de hombres o solo de mujeres. Lo que enriquece es que sean mixtos, porque somos muy buenas.
Y ante esta falta de uno de referentes, ¿qué papel considera que podrían desempeñar las mujeres en esta transformación del sector?
Yo creo que las mujeres tenemos una capacidad a la hora de transformar, de ponernos en la piel de los que tienen que transformar. Muchas veces creo que las transformaciones son muy difíciles, a veces por una cuestión cultural o de percepción. Hay que entender bien por qué cuesta, a veces, hacer cambios y transformaciones. Y eso, las mujeres podemos ser más intuitivas a la hora de entender. Y cómo, si lo entiendes, sabes cómo poder ayudar y cómo poder solucionarlo. Esa perspectiva más humana o empática.