En pleno corazón de la Sierra de Grazalema, entre montañas abruptas y nubes bajas que acarician los picos, se esconde uno de los paisajes más singulares de Europa: el Pinsapar de Grazalema, un bosque milenario donde sobrevive una especie única de abeto, el pinsapo (Abies pinsapo). Este árbol, considerado un fósil viviente de la era glacial, convierte esta sierra gaditana en un santuario natural de incalculable valor ecológico.
Un bosque único en el mundo
El pinsapo solo crece en unos pocos rincones del planeta, todos ellos en Andalucía. Sus masas forestales se concentran en dos zonas: la Sierra de las Nieves (Málaga) y la Sierra del Pinar, dentro del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Este abeto, descendiente de los grandes bosques húmedos que cubrieron el Mediterráneo hace millones de años, sobrevivió a los cambios climáticos refugiándose en las umbrías más frías y húmedas de estas montañas.
Con más de 400 hectáreas de extensión, el Pinsapar de Grazalema es una reliquia de aquellos tiempos, un bosque denso, silencioso y sombrío donde la luz apenas penetra y donde las ramas más bajas se desnudan en la eterna búsqueda del sol. El ambiente húmedo y fresco crea una atmósfera casi mística, con aromas de resina, tierra mojada y musgo.
@julosal 🧭kilómetros de aventuras, ésta vez llena de pinsapos 🌲✨ . . . #grazalema #elpinsapar #pinsapo #cadiz #andalucia #españa #naturaleza #rutas #parati #benamahoma #deporte #fotografia #bosque
Cómo acceder: un sendero protegido
El acceso al Pinsapar está restringido y requiere autorización previa, una medida esencial para proteger este frágil ecosistema. Los permisos pueden solicitarse de forma telemática a través del portal de la Junta de Andalucía, o bien en el Centro de Visitantes El Bosque (tel. 956 709 733, correo: cvelbosque.amaya@juntadeandalucia.es).
Desde el 1 de junio al 15 de octubre, el recorrido solo puede realizarse acompañado por empresas de turismo activo autorizadas, y únicamente se permite la ruta desde su entrada por Grazalema (zona de Las Canteras) hasta el inicio del bosque de pinsapos, regresando por el mismo camino. Durante el resto del año, el itinerario puede hacerse de forma libre, siempre con la debida autorización.
Es importante recordar que no se permite el acceso con animales de compañía, al tratarse de un área de reserva ecológica.
@chitoronda 🎒Hoy me he asomado a una de esas visitas recurrente cuando vives en la Serranía de Ronda🧢 🌧️El Pinsapar de Grazalema es uno de esos sitios impresionantes por su belleza, su atmósfera y su conservación💎 🌲Ejemplares con un porte que, durante toda la ruta (en torno a 11kms si se hace completa), te hacen sentir pequeñísimo🐝 ✅Una especie botánica superviviente de las glaciaciones y que ha sabido adaptarse a nuestro tiempo buscando las caras norte y las umbrías más poderosas❄️ 🍃La Sierra del Pinar ve alzarse un bosque único en el mundo: El Pinsapar de Grazalema🌲🌲🌲 . . . #trail #running #trailrunning #runner #run #loverunning #montaña #Pinsapo #montagne #love #landscape #paisaje #nature #naturaleza #outdoor #Ultra #ultratrail #meta #finisher #Chito #Speaker #viral #parati #foryou #Grazalema
La ruta: un viaje al pasado
El sendero del Pinsapar parte de Las Canteras o Los Areneros, a unos dos kilómetros del pueblo de Grazalema, en la carretera que asciende al Puerto de las Palomas. El recorrido comienza entre pinos de repoblación, plantados para frenar la erosión causada por las intensas lluvias de la zona —no en vano, Grazalema es el lugar más lluvioso de la Península Ibérica—.
A medida que se gana altura, el camino alcanza el Puerto de las Cumbres, un mirador natural desde el que se pueden contemplar vistas espectaculares de la Serranía de Ronda y del Torreón, el pico más alto de Cádiz con 1.654 metros. Es en este punto donde los primeros pinsapos hacen su aparición, anunciando la entrada en un mundo aparte.
Adentrarse en el bosque es como retroceder en el tiempo. Las copas de los abetos se entrelazan formando un techo verde oscuro bajo el que reina el silencio. El suelo, cubierto de hojas, helechos y líquenes, amortigua los pasos del visitante. Los rayos de sol apenas logran filtrarse, y la sensación es la de caminar por un paisaje ancestral, anterior incluso al ser humano.
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Un recorrido lleno de vida
El sendero continúa hasta alcanzar zonas donde los quejigos sustituyen poco a poco a los pinsapos. Desde aquí, el descenso hacia Benamahoma ofrece una panorámica majestuosa de los tajos y barrancos de la sierra. En el cielo, es frecuente avistar buitres leonados y chovas piquirrojas, que sobrevuelan las crestas rocosas aprovechando las corrientes de aire.
Consejos para la visita
El recorrido completo, de unos 12 kilómetros (ida y vuelta), tiene una dificultad media y se realiza en unas 4 a 5 horas. Se recomienda llevar calzado de montaña, agua suficiente, ropa adecuada para cambios bruscos de temperatura y, sobre todo, respeto por el entorno.
Visitar el Pinsapar de Grazalema no es solo hacer una ruta de senderismo. Es viajar al pasado, a un tiempo en que los abetos cubrían Europa y el clima era muy distinto al actual. Y una oportunidad para reconectar con la naturaleza más pura y entender por qué este bosque fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.